
En Italia, la Juventus ha sido eliminada por la Roma (1-0). La falta de ambición que condenó al gigante del Calcio en la Champions League también le ha pasado factura en la Coppa. En el Olímpico, sucumbió del mismo modo que lo hizo en Estambul: especulando desde su superioridad. La liga es suya, la final de la Europa League se jugará en su estadio y es un gran estímulo, pero las dos decepciones han sido mayúsculas.
El mayor shock copero sucedió en el Parque de los Príncipes. El todopoderoso Paris Saint Germain, líder de la Ligue 1 y coloso de Europa, fue eliminado por el Montpellier (1-2). Con Cavani y Thiago Silva en el once no fue capaz de superar los goles de Congré y Montaño. En una competición inundada de sorpresas (el L'Île-Rousse y el Moulins, equipos de la quinta y cuarta división, han pasado de ronda) el PSG se ha quedado sin optar al trébol. Ibrahimovic no va a hacer pleno.
A los 'grandes' no les gusta irse de copas. La carga de partidos hace que los clubes roten en el torneo del KO. La Champions League centra las aspiraciones de unos equipos que bajan su nivel cuando juegan ante rivales 'inferiores'. Se creen superiores y pagan su soberbia. Los suplentes no tienen la intensidad de los titulares. Además, el jugar la Copa a partido único también contribuye a que las sorpresas aumenten. Las competiciones se vuelven más atractivas. España debe tomar nota.
Juventus, Manchester United y PSG están KO. Los campeones de la Serie A, la Premier League y la Ligue 1 ya han pedido la cuenta. La fiesta se ha acabado. Ya no hay más copas.
Fotografía: Le Parisien