A Pita Cega.
Sábado 3 de agosto
13:00 hrs.
Día flor con luna menguante.
La botella lleva 36 horas abierta.
Es trigo limpio con la nariz metida en ese corredor ecológico que limita la viña por abajo, por el sur vamos. Un Edén de lavandas y tomillos que huelen a limón y hierba buena, buenísima y flores blancas pequeñas de pistilo largo como una flauta de donde libar algo dulce, líquido, ligero.
Mineral de la piedra sobre la que se debaten a vida o muerte cada día de su vida las viñas, con pocos centímetros de cuarzo pulverizado y algo de tierra de profundidad. Macedonia de peras y melocotones en su punto, ácidos, dulces, muy jugosos. Sensación de verano y de infancia en la playa. Piscina de agua salada incrustada en Sabaríz inmediaciones de Ribeiro.
Capricho de Pilar que yo celebro.
Fuente: Observatorio de vino
A Pita Cega: caprichos de Pilar con aires de Ribeiro.