Revista Vino

A propósito de Parker.

Por Louzan
Hola. Tras un breve periodo de ausencia a causa de la carencia de wi-fi (mudarse es lo que tiene, tu vas rápido pero Telefónica no) no me da mas la paciencia y ciertos acontecimientos recientes me llevan a ocupar unas lineas.
A propósito de Parker.La verdad es que no se por donde empezar. Esta el mundo del vino de bote en bote. Por razones que no llego a comprender lo que algunos auguramos (y mantenemos) se comienza a materializar sin que medie ningún colapso, ningún golpe de efecto. La revolución del vino como axioma se hace patente en sus inicios y elementos que solo sirven para perpetuar el régimen anterior (cantidad=dinero=marqueting=mas cantidad) parecen ser ahora el detonante de la gran pregunta, a saber; "¿Porque me dicen que es vino cuando en realidad quieren decir refresco de marca?"
Neal Martin (este señor) fue enviado por el TWA (siglas de The Wine Advocate) a España a resolver una crisis de credibilidad. El anterior catador para este calificador (agencia de rating quedaba mas ajustado pero se usa para cosas menos prosaicas que el vino) Jay Miller, dejó la credibilidad de la casa a niveles bajo cero después de un par de patinazos (bueno, mas de dos, aunque dos fueron los muy evidentes) calificando vinos muy por encima de su calidad real. Mucho.
Sierra Carche 2005. A este vino la TWA le adjudico 96 puntos. Se trataba de un Jumilla que pasó directamente al mercado americano donde, a raíz de su consumo por conocedores y blogueros se determino, casi sin genero de duda, no solo que 96 eran muchos puntos sino que a lo mejor hasta 86 eran muchos puntos. Lo resumo en extremo porque la polémica en si dio para mucho y tampoco se trata de estar siempre metiendo el dedo en la herida. Pero quiero que trascienda a los que leéis esto lo grave del panorama que obligó a cambiar a Miller por Martin.
A propósito de Parker.Con estas "credenciales" Neal Martin llegaba a España con el marchamo de ser el catador de Parker en la Borgoña y un tipo muy diferente a Miller. Menos madera, mejor usada, mas viveza, mas frescura, menos peso aunque con mas sofisticación. En resumen, un tipo distinto. Hasta que puntuó.
Martín cambió y mucho, si, en ciertos aspectos, lo que era de su gusto y lo que no. Cae mucho mas a blancos que a tintos, hasta el punto de considerar que el mejor vino de Dominio do Bibei era un Lapola y no un Lalama (o la Lacima) como hasta ahora. Considero con puntuaciones excelentes a vinos de la Ribeira Sacra hasta ahora mas "apartados" por considerar su juventud y ausencia de madera una desventaja en vez de una virtud. Actuó diferente, en sus modos y en sus declaraciones. No se escondía y he leído hasta tres artículos distintos con declaraciones suyas en otros tantos medios escritos. Un tipo distinto. Un tipo fugaz.
Esta semana la red conocía de la decisión de devolver a Martin a donde estaba, Francia, y de elegir para España otro catador que califique (insisto) los vinos patrios para este particular "Standard&Poors. A esta hora se ignora de quien se tratará, pero en cierto modo da igual. Parker lanza un mensaje claro, uno que es evidente a ojos vista pero que se hace cuanto mas nítido después de esta decisión. El mercado español carece de peso alguno a nivel mundial si se habla de vinos de calidad. Simple, sencillo, evidente. Mortal. Tras el paso de Neal Martin, una vez mas, los vinos mejor puntuados de los hechos en el floreciente noroeste peninsular eran hijos o sobrinos de Raúl Perez. Como siempre.
A propósito de Parker.
Nunca fue intención de las grandes bodegas, de la "industria" del vino en España ser nada mas que comercializadores de litros. De barcos-tanque que surcaran las olas camino de Rusia cargados de vino de Valdepeñas, de la Mancha. Millones de litros, tinto y blanco. Da igual. Se trata de vender y de subsistir en base a las bastas extensiones, a los millones de botellas, al vino en tetra-brik. Lo demás nunca importó demasiado.
Parker siempre tuvo una opinión clara sobre los vinos en España. Los vinos de calidad Españoles son aquellos que mas se parezcan a un Burdeos. Sin mas. De hecho me da la sensación, salvo por algunas puntuaciones que despistan, que nunca tuvo otro criterio para ningún vino mas allá de esta máxima. Desde Ornellaia a los super Toscanos pasando por los Chateau`s y con hueco para algunos Borgoñas que, de no ser incluidos, delatarían  lo parcial de la cata. Delatarían que, como siempre y en todos los casos, es solo cuestión de gustos. Del gusto de una persona. Sin mas.
A propósito de Parker.Estas semanas e vivido dos episodios que me han hecho reflexionar sobre todo esto. El primero, al gozar de la compañía de personas de esas que uno se encuentra por el azar del vino, mi amigo Joan, Antonio "el maestro" Portela, Xurxo. Ver Albamar al pie del atlántico, bañado literalmente por el mar de la Galicia mas extrema. Compartir filosofía con alguien a quien no conocía de nada y que te sienten a su mesa, con sus amigos. Soy periodista, de los "chungas" de esos que escriben sobre muertes, políticos y tribunales. Que alguien no te conozca de nada, que ignore si eres importante o no, y te siente a su mesa, te enseñe a sus "hijos" vínicos, te haga acompañar a sus amistades...no tiene precio.
Yo no puntúo vinos porque no sabría hacerlo. Pero si se decir que me gusta, que me parece sincero y que manipulativo, que cosas creo que están bien y cuales no. Son mi punto de vista y mercantilizar todo esto es difícil. Hace falta, supongo, la distancia de un numerito. Donde Miller dijo 86 Martin afirmo 93. Siete grados de distancia entre la vida y la muerte de un proyecto.
Crisopa. Albamar. Nombres de sensaciones, no medibles, no calculables, incalificables.  Me quedo con estas y con la revolución en marcha, que al amparo de la crisis obliga a ser mas escrupuloso con lo que se compra y con lo que se gasta. La gran pregunta; ¿de quien me voy a fiar ahora?.
A propósito de Parker.
*Fotos de mi autoría. Viñedo en Cambados de Albamar y Nanclares.


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