Los directores I: los abanderados
James Cameron: su amor por el cine le llegó con 2001 de Stanley Kubrick y tras un gran prestigio labrado en los 80 con la secuela de Alien, su original creación de Terminator, y una menos conocida aunque igualmente soberbia propuesta de ciencia-ficción y suspense (Abyss), en 1991 realizó una brillante y extrema secuela de la misma, para luego, en mi opinión, patinar con la comedia familiar de acción (términos estos, comedia, acción y familia, que rara vez me ha gustado verlos fundidos en una película, y ésta no iba a ser una excepción, a pesar del indudable talento y sello de Cameron) Mentiras arriesgadas (True lies, 1994), para convertirse, literalmente, en “el rey del mundo” con Titanic en 1997. 12 años más tarde, en 2009, dirigiría sin duda su proyecto más ambicioso: la digital y visualmente impresionante, y poco se debe añadir (pues era un truño), Avatar.
The abyss (1989)
Puede vérsele como el creador del actioner moderno por el magistral uso que hace de las multicámaras y el travelling. También ha sacado lo mejor (si podía hacerse tal cosa) tanto de megaestrellas como Schwarzenegger, como de buenos secundarios, como Michael Biehn o Bill Paxton. Además, debe atribuírsele el ascenso al Olimpo de los héroes de acción a intérpretes femeninos, como Sigourney Weaver (Aliens), Linda Hamilton (díptico Terminator) o, en menor medida, Jamie Lee Curtis (Mentiras arriesgadas).
Linda Hamilton en Terminator II
Quizás lo que más podemos destacar en él es la elegancia que transmite su puesta en escena y la claridad de sus action set-piéces, todo ello acompañado de los espectaculares efectos especiales y/o digitales (que cada uno los llame como quiera hoy en día) especialmente memorables en Abyss y Terminator II, los cuales nunca resulta gratuitos y están siempre al servicio de la trama de sus cintas.Por otra parte, es mejor director que guionista- ahí lo demuestra Rambo (First blood. Part II, George Cosmatos, 1985)-. Tras Avatar, actualmente prepara dos secuelas de ésta, además de una aventura interestelar titulada Battle angel, y el thriller The informationist. Pero vamos, para todos esos proyectos va para rato la cosa…
Quizás su trabajo más memorable a día de hoy (galardones aparte, pues si por ellos fuera hablaríamos de Titanic) sea todavía Terminator II, en el que Cameron utiliza el campo de la sci-fi (en su variante de los viajes en el tiempo) para narrar un excelente relato con todo tipo de escenas de acción (cuerpo a cuerpo, con helicópteros, etc.). A pesar de la brillantez de todas esas secuencias, es recordada por sus efectos digitales (se notan sus 100 millones de dólares de presupuesto, récord absoluto para la época), con ese Terminator malo transformado en líquido que todavía deja con la boca abierta actualmente, a más de dos décadas de su realización. Oficialmente es una secuela del film de 1984, pero también puede verse como un remake. En ambos casos supera con claridad al original (y eso que tal cinta ya era claramente notable)
Terminator II (1991)
Michael Bay: fichado por el mecenas Jerry Bruckheimer, iniciaría su andadura tras las cámaras con la comedia de acción Dos policías rebeldes (Bad boys, 1995), a mayor gloria de un entonces primerizo en el cine Will Smith pero que era bastante divertida. Bruckheimer volvió a reclutarle para sus tres próximas películas- que resultaron ser los proyectos más ambiciosos y millonarios de ambos- como La roca (1996), con un espectacular trío protagonista: nada menos que Nicolas Cage, descubriéndolo para el cine de acción, Ed Harris y Sean Connery; Armageddon(1998), la seguramente mejor disaster-moviede la historia, con un casting multiestelar, mezclando miembros del star-system como Bruce Willis o Ben Affleck con los miembros más destacados del indienorteamericano, tales como Billy Bob Thornton o Steve Buscemi. Luego la pifió con, curiosamente, su film más ambicioso: la recreación del bombardeo japonés a la base norteamericana de Pearl Harbor (2001), que no convenció a absolutamente nadie con dos dedos de frente y que emanaba, en el tercio final de una larga y aburrida función, un tufillo facha que hacía recordar los tiempos de Rambo.
Bad boys (1995)
Luego volvió con el rabo entre las piernas y Bruckheimer le dejó dirigir la secuela, inferior a todas luces, de su propia Dos policías rebeldes. Después se responsabilizaría de la, esta vez sí, interesante La isla (The island, 2005), que recordaba a cierta ciencia-ficción de calidad de los años 70, y ya se centraría en la saga de Transformers, las cuales ni he visto ni sé cuantas hay o van a haber. En la última década, personalmente, creo que destaca más como productor que como cineasta, produciendo remakes ((unos más interesantes que otros, claro está) de clásicos del terror como La matanza de Texas y su secuela (The Texas chainsaw massacre, 2003-6), La morada del miedo (The Amityville horror, 2005), Carretera al infierno (The hitcher, 2007) o La semilla del mal (The unborn, 2009).
The Texas chainsaw massacre (2003)
Por lo que respecta a su estilo, viene de la escuela de la publicidad, así que planifica de forma impecable escenas de shock, como las destrucciones de Nueva York o París en Armageddon, haciendo sentir la acción en carne viva. Como Cameron, integra los efectos perfectamente en los argumentos de sus cintas aunque, como demostrara en Pearl Harbor (quizás el mayor fracaso de la historia al menos a nivel artístico y de expectativas previas), abandona a sus personajes en favor de esos mismos efectos (otra vez Pearl Harbor), con una muy preocupante incapacidad para simplemente contar una historia con algo de emoción (una vez más, Pearl Harbor). (Tráiler de Pearl Harbor, un tráiler que vale más que muchas películas, incluida la propia Pearl Harbor)
De entre sus trabajos, sin duda merecen destacarse dos: por una parte, La roca (The rock, 1996). A uno de los grandes temas del género como es la fuga carcelaria se le da aquí la vuelta, con un comando del ejército USA, liderado por Cage y Connery, intentando entrar, y no salir, en la antigua prisión de Alcatraz, tomada por un grupo de renegados mercenarios mientras unos turistas la visitaban. Supuso una puesta al día de, también, dos situaciones clásicas del cine de acción de los 80: la situación de asedio (o sea, Jungla de cristal) y la buddy movie que tanto se exprimió en esos mismos eighties, como por ejemplo Arma letal). También homenajeó al genial Bullit (1968) “de” y con Steve McQueen, con la espectacular persecución automovilística modernizada, claro está, por la ciudad de San Francisco hacia la mitad de la cinta. Una de los actioners más recordados y populares de los 90.
The rock (1996)
Por otra parte, Armageddon (1998) supuso quizás el pináculo del cine de Jerry Bruckheimer, debido a su estética y espectacularidad visual y pirotécnica, además de contar una historia por momentos realmente emocionante, a pesar de saber uno/a, desde el minuto uno, que está viendo un trozo del cine americano más comercial y convencional (o sea, credibilidad cero). Pero su bella fotografía y su ritmo frenético hacen pasar un rato de lo más entretenido. Narra la llegada del fin del mundo en forma de un asteroide gigante, de modo que la NASA recluta una panda de losers y outsiders (clara referencia a Doce del patíbulo, uno de los mejores títulos de los 60) liderados por el jefe de todos ellos, Bruce Willis. Son los mejores del mundo en su campo (perforar para sacar petróleo y, en este caso, para partir el asteroide y que no impacte contra la Tierra), pero sin experiencia alguna como astronautas. Sólo un blockbuster típicamente veraniego y americano como éste podía hacernos creer que se puede preparar a alguien para ser astronauta en 2 semanas. Con un climax final heroico, llegando a comparar a Bruce Willis casi con Jesucristo…Sin duda la mejor peli de desastres de la historia, además de un título básico en el devenir del cine popular americano, con la adrenalina videoclipera y la épica como marca de la casa.
Armageddon (1998)
Robert Rodríguez: debutó en el 92 con El mariachi, hecha con cuatro duros (literal), que triunfó en festivales como el de Sundance y que le llevó a hacer una secuela ya con capital norteamericano con el título de Desperado (1995), un excelente actioner con un emergente Antonio Banderas y una Salma Hayek a la que lanzaría al estrellato. Establecería amistad con Tarantino, tras la cual cada uno de ellos dirigiría uno de los cuatro (los más divertidos, al menos el de Tarantino) capítulos de Four Rooms (1995) y Rodríguez dirigiría, con Tarantino de guionista y co-protagonista junto a George Clooney, Harvey Keitel y, otra vez, Salma Hayek, una cumbre del cine de los 90 como es Abierto hasta el amanecer (From dusk till dawn, 1996), una curiosa mezcla de film de acción y vampiros. Un par de años más tarde dirigiría The faculty (1998), a partir de un guión de Kevin Williamson (saga Scream), y que era una versión teen y realmente interesante de La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of body snatchers, Don Siegel, 1956) y La cosa (The thing, John Carpenter, 1982) para luego ya centrarse en su saga de Spy kids con Banderas (las cuales no he visto y tampoco me llaman), la interesante Sin city (2005), El mexicano (Once upon a time in Mexico, 2003, y una nueva secuela de Desperado que tampoco he visto ni falta), la genial Planet terror (2007, parte del díptico Grindhouse junto a Tarantino) y la también brutal y tremenda Machete (2010). Actualmente prepara secuelas de Machete y Sin city.
From dusk till dawn (1996)
En su estilo podemos apreciar la etapa asiática de John Woo (frenético) y ciertos aspectos del spaguetti-western, todo ello dándole el toque latino tan característico en él. Sin duda y aunque haya mucha gente que no lo vea, uno de los creadores más interesantes del cine norteamericano.
Machete
Desperado (1995) es quizás el mejor ejemplo de la fuerza visual de Rodríguez, con un Banderas melena al viento y corriendo con Salma Hayek sobre un fondo de explosiones que se ha convertido en todo un icono del género y del cine de los 90.
John Woo: realizador chino que ya en los años 70 destaca como creador de acción y artes marciales en Hong Kong, aunque no será hasta bien entrados los 80 cuando empiece a acumular prestigio con A better tomorrow (1986), que consigue fundir las coreografías del cine de artes marciales con estilizados tiroteos y escenas de acción urbanas, lanzando además al estrellato a Chow Yun-Fat (Tigre y dragón, Ana y el rey) y, sobre todo, con la gran The killer (1989) toda una influencia seminal en el cine de acción desde entonces.
En los 90 seguiría acumulando elogios con A bullet in the head (1990) y Hard boiled (1992), lo cual le serviría para dar el salto a Hollywood, donde no tuvo más remedio que servir a la entonces estrella Jean Claude Van Damme en Blanco humano (Hard target, 1993), donde, pese a todo, se nota el sello de Woo. Después dirigiría una tontería como Alarma nuclear (Broken arrow, 1996) antes de embarcarse en el sin duda mejor film de Woo en América que no es otro que Cara a cara (1997), demostrando que un presupuesto millonario (empleado, entre otras cosas, en pagar a Nicolas Cage y John Travolta, inesperadas- al menos el primero- estrellas del género) no resulta incompatible con el talento y la personalidad de un autor. Sin duda una de las obras más cautivadoras y revolucionarias de los 90, siendo, por otra parte, todo un actioner al más puro estilo americano. Luego Tom Cruise le daría las riendas de su esperada secuela de Misión imposible (2000) que no estuvo nada mal, para después realizar el interesante (a tenor de su argumento) aunque flojo film bélico Windtalkers (2002) y el impersonal y por lo tanto olvidable thriller de ciencia-ficción Paycheck (2003), para después volver a su país para rodar un ambicioso film bélico sobre las dinastías chinas titulado Acantilado rojo(2008).
Face off (1997)
Cara a cara (Face off, 1997) es una película que bordea el género fantástico y define el actioner moderno, además de resultar una visión macabra del mito del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Destacan muchísimas escenas, como la del asesinato del hijo de John Travolta en el prólogo (rodado con unos tonos fotográficos realmente trágicos y a cámara lenta), o la escena con todos apuntándose a todos en la iglesia hacia el final, convirtiendo a este film en un título básico y esencial de los 90. Con su Mision imposible II (2000) Woo logró un enorme éxito comercial, con una persecución en moto que es una de las escenas cumbre del cine de acción de toda la historia.
Paul Verhoeven: tras labrarse un gran prestigio en su país de origen, Holanda, saltó a Hollywood con Robocop(1987), un feroz y muy violento actioner de ciencia-ficción donde llamó la atención de todo el mundo, dándole a partir de entonces empresas mucho mayores, como la inmensamente influyente Desafío total, una inteligente adaptación de un relato del muy adaptado al cine Phillip K. Dick, donde Verhoeven, aunque rodando un film al servicio de Schwarzenegger (era todavía 1990) supo transmitir su inteligente personalidad, además de descubrir definitivamente (ya había hecho sus pinitos) al mayor icono erótico del cine moderno como fue Sharon Stone, que fue la protagonista absoluta de su siguiente y polémica Instinto básico (Basic instinct, 1992), algo así como un traslado de su anterior y todavía europea El cuarto hombre (De vierde man, 1983) al cine mainstream americano.
Robocop (1987)
Su siguiente trabajo, Showgirls (1996) fue también polémico, además de vapuleado por todo dios aunque personalmente la considero un guilty pleasure y una ácida crítica a la superficialidad de un mundo como Las Vegas.
Showgirls (1996)
Después volvería a un universo más familiar con la admirable, vigorosa y muy goreStarship troopers (1997), despreciada en su momento y alabada hoy como un título clave de la sci-fi noventera, y la muy interesante y taquillera El hombre sin sombra (Hollow man, 2000), con la que recuperó su lugar en la industria abordando un tema poco explorado en el cine como es el del hombre invisible (con unos efectos digitales realmente soberbios) para después regresar a su país y rodar la estupenda El libro negro (2008).
Hollow man (2000)
Su estilo es bastante visceral, realista y sincero (ver el asesinato del policía en Robocop). Así, suele ocultar muy poco al espectador (las sangrientas batallas de Starship troopers), destilando, otra vez, realidad y sincera maldad (El hombre sin sombra), lo cual le ha provocado críticas (y censura) dentro del sistema y una cierta mala prensa ante cada uno de sus proyectos (en Hollywood, claro)
Total recall (1990)
Desafío total (Total recall, 1990) se columpiaba entre la realidad y la ilusión, quizás anticipando, para quien quiera verlo así, el universo de la posterior Matrix (1999), sirviéndose de mucha ciencia ficción de los 70, además del clásico Planeta prohibido(Forbidden planet, Fred M. Wilcox, 1956), con constantes escenas de violencia (como la de la persecución en el metro).
Se acusó a Verhoeven de fascista con Starship troopers (1997), ambientada en un futuro militarizado y permanentemente en guerra con unos insectos gigantes (aliens, por lo tanto). El realizador holandés utilizó un amplio abanico de referencias y géneros- desde la sci-fi de los 50 hasta el cine bélico y el western clásico (ver la escena del asedio de los aliens a un fuerte, en plan como los indios)- para una película que lo mejor que tiene es que nunca es tomada en serio (o así debe verse para disfrutarla en todo su esplendor)
Starship troopers (1997)
Michael Mann: alabado por la crítica como el creador del thriller de acción moderno o inteligente (por ser el primero que utilizaba cámaras HD para filmar sus películas, además de ser el que mejor uso les da), no supedita todo a la adrenalina y pirotecnia, sino que pone esos mismos conceptos al servicio de una buena historia.
Last of the mohicans (1992)
Tras una larga carrera de productor (entre otras, la serie Corrupción en Miami) se lanza a la dirección en los 80 con las poco conocidas Ladrón (Thief, 1981), un thriller con James Caan, y Manhunter (1986), que muy poca gente sabe realmente que era la primera adaptación de la novela de Thomas Harris El dragón rojo, tratándose con lo cual de una precuela de la celebrada El silencio de los corderos (The silence of the lambs, Jonathan Demme, 1991). Ya en los 90, da el gran salto al realizar el gran film de acción y aventuras El último mohicano (Last of the mohicans, 1992), una cinta con Daniel Day- Lewis de un valor mucho mayor al de su popular partitura musical.
Heat (1995)
Este trabajo le abrió las puertas para empresas mayores, y vaya si lo aprovechó: en 1995 realizaría Heat, seguramente el mejor thriller de acción de los 90 y con un reparto de campanillas (nada más y nada menos que De Niro y Pacino, además de un buen puñado de conocidos secundarios). Volvería a colaborar con Pacino y un ascendente Russell Crowe en su posterior y ambiciosa El dilema (The insider, 1999), un thriller periodístico con denuncia social de fondo que le valió un buen puñado de nominaciones a los Oscar. Luego, con Ali (2001), una cinta al servicio de Will Smith y a mayor gloria de éste, se alejaría de lo que mejor sabe hacer, aunque aun así mostraba destellos de su gran personalidad como realizador. Volvería con su esperadísima Collateral (2004)- por aquello de ver a Tom Cruise haciendo de malo y con el pelo blanco- al thriller de acción urbano.
Collateral (2004)
Ésta y su posterior y en la misma onda (ciudad, noche, tecnología digital y HD, escenas de acción escandalosamente bien rodadas) Corrupción en Miami (Miami vice, 2006), adaptación de su propia serie, acabarían por darle el prestigio que hoy en día tiene y que empezó a acumular con Heat como revolucionario autor del thrillerdel futuro (ya presente), aunque volvió a dar un poco el cante con su último trabajo (pese a, otra vez, excelentes destellos de su calidad), Enemigos públicos (Public enemies, 2009), nueva adaptación, tras la realizada por John Milius en los 70, de las aventuras del gángster John Dillinger, con Johnny Depp y Christian Bale. Actualmente trabaja en Cyber, un thriller informático que ya veremos qué nos depara. Su mayor crítica viene de ser considerado un estilista visual, pero precisamente por eso me gusta tanto, además de llegar a más gente.
Miami vice (2006)
Public enemies (2009)
Tony Scott: el ya tristemente desaparecido siempre ha estado a la sombra de su hermano Ridley, pese a que precisamente en el género de la acción le ha dado mil vueltas.
The hunger (1983)
Aunque coqueteó con el cine de autor en sus inicios con la vampírica El ansia (The hunger, 1983), se pasó enseguida a la adrenalina de la acción con Top gun (1986), un vehículo al servicio de Tom Cruise y uno de los filmes USA más populares de la década, pese a sus incontables carencias y lo trillado de su argumento.
Crimson tide (1995)
En su haber hay más que en su debe, y mucho más de lo que muchos (pre)suponen, como la estupenda Marea roja (Crimson tide, 1995)- un filme totalmente a reivindicar, supuestamente de acción pero sin acción, sólo un claustrofóbico suspense-, sus homenajes al cine de espías (Los tres días del Cóndor) y el thriller político (La conversación) con Enemigo público (Enemy of the state, 1998) y Spy game (2001), un estilizadísimo, sexy y mareante divertimento como Domino (2005) y posiblemente la mejor película de venganza de la historia con El fuego de la venganza (Man on fire, 2004) que avalan el prestigio de este efectista saturador de imágenes, al que curiosamente le llovieron los homenajes y las alabanzas de muchos críticos una vez muerto, mientras en vida fue denostado.
Spy game (2001)
Sus últimos trabajos, eso sí, fueron muy mediocres pese al (supuesto) intento de originalidad de alguno de ellos como Deja vú o el remake de un clásico de los 70 como Pelham 1-2-3. Del resto de su filmografía, cabe resaltar Amor a quemarropa (True romance, 1993), a partir de un guión de Tarantino y que, siendo notable, seguro que habría sido mejor en manos del propio Tarantino, y la estilizada, como siempre en Scott, Revenge (1990). Olvidar tonterías como Días de trueno (Days of thunder, 1990), El último boy scout (Last action hero,1991), Fanático(The fan, 1996) o Imparable (Unstoppable, 2010).
Man on fire (2004)
Los directores II: menor interés, apreciables muestras
Antoine Fuqua: director afroamericano seguramente admirador de Sidney Lumet y que adquirió prestigio dirigiendo a Ethan Hawke y Denzel Washington en el admirable policíaco Training day (2001), intentando repetir más o menos la misma fórmula en la estimable aunque inferior Los amos de Brooklyn (Brooklyn’s finest, 2009). También probó el actioner histórico cuando Jerry Bruckheimer le hizo responsable de la algo infantil y ya olvidada El rey Arturo (King Arthur, 2005). A parte de eso, insulsos aunque entretenidillos, ideales para una tarde de resaca y bien rodados actioners Shooter (2007) y Lágrimas del sol (Tears of the sun, 2003). Acaba de estrenar la (me temo que también insustancial, aunque ya la veré) Objetivo: la Casa Blanca (Olympus has fallen, 2013) y tiene en cartera Pablo Escobar (que promete ser un El precio del poder del siglo XXI) y The equalizer, thriller con Denzel Washington.
Training day (2001)
Guillermo del Toro: tras unos inicios dubitativos, este mexicano realizó la prestigiosa (y española) El espinazo del diablo, que le abrió las puertas para mayores acometidas, como la secuela de Blade en 2002 (para mucha gente mejor que la original) una estupenda muestra de acción. Después ha convertido a Ron Perlman en un actor de culto con su díptico del también héroe de culto Hellboy (2004-08). A punto de estreno (este año, vamos) tiene Pacific rim, un actioner de ciencia-ficción que ya veremos qué tal sale, y está confirmado para la nueva versión, más oscura y adulta que de costumbre, de Pinocho.
Blade II (2002)
Doug Liman: realizador cuyas excelentes- Vidas al límite (Go, 1999)- o al menos curiosas- Swingers (1996)- primeras películas, pasaron sin pena ni gloria, por no decir otra cosa bastante más cruel, y que más tarde se encargaría de llevar al cine las no sé cuántas novelas de Jason Bourne (sólo vi la primera, y no estaba mal, pero nunca me han interesado el resto) y de hacer de celestino para Brad Pitt y Angelina Jolie en la entretenida versión de Mentiras arriesgadas que era Señor y Señora Smith (2005). Luego vinieron Jumper (2008), de la cual no tengo referencias, y la interesante Caza a la espía (Fair game, 2010). A día de hoy prepara la secuela de Jumper y All you need is kill, un film bélico de ciencia-ficción con Tom Cruise, además de Everest, un film supongo al estilo de la estupenda Límite vertical.
The bourne identity (2004)
McG: el realizador de esas dos soberanas tonterías que fueron las dos partes de Los ángeles de Charlie ,se gana un pequeño sitio en esta entrada gracias al buen film de acción que realizó con Terminator salvation (2009), alejándose de las versiones de Cameron y buscando únicamente brindar un par de horas de buen entretenimiento. A ver qué ofrece con Three days to kill, thriller con Kevin Costner y Amber Heard sobre un hombre (Costner), exagente del gobierno y que desea reunirse con su hija (Heard), al que le ofrecen tomar una droga que salvaría la vida de ésta última a cambio de una última misión.
Terminator salvation (2009)
Jonathan Mostow: tras realizar un gran homenaje a clásicos submarinos como El submarino (Wolfgang Petersen, 1981), La caza del Octubre rojo (The hunt for Red October, John McTiernan, 1990) o Marea roja (Crimson tide, Tony Scott, 1995) con la, de verdad admirable, U-571 (2000), no se encontró a nadie más que él para destrozar la saga de Terminator en el verano de 2003. Como film de acción resultó notable, pero no llega ni a la suela de los zapatos a los dos anteriores. Luego estrenaría Los sustitutos(Surrogates, 2009), olvidable cinta de ciencia-ficción con Bruce Willis. Nada más se sabe de él a día de hoy.
U-571 (2000)
Stephen Norrington: tras prometer una barbaridad con su vigorosa dirección en Blade (1998), lo último que ha hecho en el género de acción fue La liga de los hombres extraordinarios (The league of extraordinary gentlemen, 2003), la cual tengo pendiente.
Blade (1998)
Dominic Sena: le llegó la gloria con su asociación con Bruckheimer con una entretenido aunque directamente mala 60 segundos (Gone in sixty seconds, 2000) para deslumbrar al año siguiente con la revolucionaria y excelente Operación Swordfish (Swordfish, 2001), esta vez con los billetes de Joel Silver. De momento nada más en el género.
Swordfish (2001)
Bryan Singer: excelente director que no sé porqué no continuó realizando excelentes muestras de cine de género como las noventeras Sospechosos habituales (The usual suspects, 1995, toda una cult movie revolucionaria) y Verano de corrupción (Apt pupil, 1998), en lugar de marcharse a dirigir cosas como la saga de X-Men (supongo que molan si eres fan…) o absolutas tonterías como Superman returns (2006, y esperemos que Man of steel nos quite ese mal sabor de boca pronto) pese a que entre medias dejó el apreciable aunque al mismo tiempo predecible thriller Valkyria (2008) con Tom Cruise como cabecilla de un complot dentro del ejército alemán para asesinar a Hitler.
Valkyrie (2008)
Stephen Sommers: tras adaptar a Mark Twain y Rudyard Kipling en sus inicios, se apuntó un megahit con La momia (The mummy) y su secuela. Después llegaría la anodina Van Helsing (2004) y la aventura de ciencia-ficción G.I. Joe (2009). Actualmente tiene en preproducción When the worlds collide, la nueva (y supongo que costosa) versión del maravilloso clásico de ciencia-ficción catastrofista (y parodiado en un especial Halloween de Los Simpson) Cuando los mundos chocan(Rudolph Maté, 1951).
The mummy (1999)
Hermanos Wachowski: Larry (ahora Lana tras su cambio de sexo) y Andy, tras la trilogía de Matrix, han legado al mundo supuestas tonterías como El atlas de las nubes y Speed racer, sobre las cuales ni he visto ni tengo el menor interés en hacerlo. Ahora preparan Jupiter ascending. Ya veremos…pero parece que Matrix fue flor de un día (sí, sólo uno…el primero).
The matrix reloaded (2003)
Kathryn Bigelow: realizó la fallidísima K-19: the widowmaker (2000) aunque luego se resargió dirigiendo las ciertamente prestigiosas En tierra hostil (The hurt locker, 2008) y, sobre todo, La noche más oscura (Zero dark thirty, 2012), sobre la operación llevada a cabo por el US army para asesinar a Osama Bin Laden.
Zero dark thirty (2012)
Martin Campbell: será recordado, sobre todo, por haber realizado el primer film de Bond con Daniel Craig, Casino royale (2006) y, sin ánimo de escandalizar a nadie, seguramente el mejor de la historia. Además, también dirigió a Pierce Brosnan en su primera aventura como 007 (Goldeneye) y, entre medias, se entretuvo con La máscara del zorro (1998) y la genial Límite vertical (2000). Últimamente ha realizado el buen thriller Al límite (Edge of darkness, 2010), con Mel Gibson, y Linterna verde (Green lantern, 2011)
Casino royale (2006)
Rob Cohen: se dio a conocer realmente con Pánico en el túnel (Daylight, 1996), una chorradilla sin pies ni cabeza al servicio de un ya renqueante Stallone para más tarde inaugurar dos de las sagas más económicamente beneficiosas de la primera década del siglo XXI, como XXX o la genial primera parte de A todo gas (The fast and the furious, 2001). Luego realizaría Stealth (2005), que no estuvo mal y una entrega de la saga de La momia (2008). Actualmente prepara una nueva de XXX. Poco interés (el que se pretenda ponerle a A todo gas, que sí entretenía y muy bien)
The fast and the furious (2001)
Andrew Davis: después de tener el cielo ganado con ganadores del Oscar (es coña) como Norris (Código de silencio) o Seagal (Por encima de la ley, Alerta máxima) en “maravillosos” (otra coña, aunque entretenían y hasta podría decirse que eran buenos, caso de Código de silencio) actioners ochenteros, adquirió cierta celebridad como el realizador de El fugitivo, uno de los filmes más populares e imitados de los 90, al servicio de Harrison Ford. Luego rodó la ridícula Reacción en cadena (Chain reaction, 1996) y recién estrenado el nuevo siglo volvería a las andadas con Daño colateral, una violenta cinta con Schwarzenegger. Entre medias ya había realizado el que considero su trabajo más conseguido: Un crimen perfecto (A perfect crime, 1998), con Michael Douglas, Gwyneth Paltrow y Viggo Mortensen, un elegante remake en clave noir del clásico que Alfred Hitchcock realizara en 1955, el cual tiraba más hacia la comedia. No se le conoce proyecto.
The fugitive (1993)
Jan De Bont: tras iniciar su carrera al lado de Paul Verhoeven, realizó Speed (1994) una muy estimable cinta de acción con Keanu Reeves, heredera de Jungla de cristal, y una espectacular Twister (1996) aunque luego la cagó con la ridícula secuela de Speed (con Jason Patric, un actor la mar de insípido) y un no menos vergonzante remake de un clásico del terror como La guarida (1998), para volver a engancharse (al menos económicamente) a Hollywood con la secuela de Lara Croft en 2003. Actualmente prepara Five minutes to live. Veremos si se parece a Speed 1 o al 2.
Speed (1994)
Roland Emmerich: absoluto megalómano alemán con una preocupante irregularidad en lo que despacha, pero que al menos ha tenido y tiene una fructífera carrera en Hollywood. Tras apurar la efímera trayectoria de Dolph Lundgren con Soldado universal (1992) y avisar ya de lo que vendría después (Stargate), ganó todo el dinero del mundo con la popularísima Independence day (Will Smith mediante, y cuyas escenas de destrucción resultan realmente admirables), se pegó un batacazo histórico (artísticamente hablando) con Godzilla (1998)y más tarde, discursos políticos aparte, realizó un buen filme de acción como El patriota (The patriot, 2000), con Mel Gibson (curiosamente, ni el realizador ni la estrella eran americanos en una película tan rematadamente yanqui). Entonces le entraría la fiebre por el cine ecologista con El día de mañana (The day of tomorrow, 2004) y luego algo que prometía mucho y se quedó en nada (10,000 BC). Entonces cambiaría de registro con una disertación sobre la autoría de las obras de William Shakespeare en Anonymous (2011), que tengo pendiente de ver, para luego volver las aguas a su cauce con la horrenda 2012. Cualquier día de estos estrena (si no lo ha hecho ya, no estoy tan puesto) Asalto al poder (White house down), su respuesta a Objetivo: la Casa Blanca.
Independence day (1996)
Renny Harlin: tras pertenecer este finlandés a ese manzano llamado “saga Pesadilla en Elm Street” del que poco a poco iban cayendo manzanas (realizadores) se le confió la realización de la secuela de la influyente y prestigiosa Jungla de cristal, provocando más abucheos que alabanzas. Pero luego realizaría la excelente Máximo riesgo(Cliffhanger, 1993) film de acción montañosa que sí, comía de la mano de Stallone, pero con sus paisajes y su bien recreada tensión consiguió redimirle. Sus film más destacables desde entonces fueron la comedia negra con tiburones Deep blue sea (1999), una polémica precuela de El exorcista que entre todos la mataron y ella sola se murió (aunque no estaba mal, ni su versión ni la posterior de Paul Schrader) y Cleaner (2007) un polícíaco bastante mejor de lo que se ha dicho.
Cliffhanger (1993)
Wolfgang Petersen: alemán especializado en cine comercial a punta pala (tanto alemán-La historia interminable- como norteamericano- la absolutamente risible Air force one-. Aún así, realizó una muy interesante incursión en el tema de la acción submarina con El submarino (Das Boot, 1981) y, ya instalado en Hollywood, quizás su trabajo más interesante ha sido un buen film con Clint Eastwood y John Malkovich, titulado En la línea de fuego (In the line of fire, 1993, y un clásico ejemplo de cómo hacer un thriller como si estuviéramos todavía en los años 70), un comercial y entretenido primer borrador de lo que Steven Soderberg haría con su Contagio con Estallido (Breakdown, 1995) y también entretuvo un buen rato al respetable con La tormenta perfecta (Perfect storm, 2000) y Troya (Troy, 2004), para después centrarse en un insulso remake de La aventura del Poseidón, uno de las más populares películas de catástrofes de los 70.
In the line of fire (1993)
Simon West: realizador británico que debutaría en el cine de la mano de Bruckheimer con la divertidísima y ciertamente original Con Air (1997), uno de los mejores filmes salidos de esa factoría, para después responsabilizarse de una soberana tontería como fue La hija del general (The general’s daughter, 2000) tras la cual volvió a hacer lo que mejor sabía: desvergonzados filmes de acción como la adaptación de Lara Croft en 2001 o la secuela de Los mercenarios (2012), que es una maravilla. Entre medias realizó la adaptación de Fríamente…sin motivos personales, con Jason Statham (The mechanic). Su último asuntillo ha sido colaborar de nuevo con Nicolas Cage tras Con Air en Contrarreloj (Stolen), que simplemente entretenía. Ahora prepara Heat (afortunadamente no es un remake del clásico de Michael Mann, sino algo con Jason Statham, actor que está emulando a Stallone y Schwarzenegger con todos sus títulos de una palabra: Parker, Blitz, Safe, etc…)
Con Air
Los productores:
Jerry Bruckheimer: en sus inicios flirteó con cierto cine de autor y de verdadera calidad produciendo algunos de los mejores trabajos de Paul Schrader como American gigoló (1980), El beso de la pantera (Cat people, 1982) o la nueva incursión de Robert Mitchum en el terreno de Raymond Chandler (Adiós, muñeca, 1975), pero pronto se aliaría con Don Simpson (fallecido en 1995 por abuso de drogas) para producir uno de los filmes icono de los 80 como Flashdance (1983) que fue un sorprendente éxito, centrándose ya en los actioners como Superdetective en Hollywood (1984) y Top gun (1986). En los 90 viviría su época de mayor gloria y esplendor, encadenando Marea roja, Dos policías rebeldes, La roca, Con Air, Armageddon y Enemigo público. Empezó el nuevo siglo con un fracaso (artístico, para nada comercial) como Pearl Harbor y una muy estimable aproximación al cine bélico con Black hawk down (2002), dirigida por Ridley Scott y basada en uno de los mayores desastres de la administración Clinton. También ha producido la interesante Veronica Guerin (2003), sobre una periodista que se atrevió a enfrentarse a la mafia irlandesa, aunque siguió ganando millonadas con la saga de Piratas del Caribe además de producir la serie C.S.I.
Black hawk down (2002)
Arnold Kopelson: comenzó produciendo ciertos trabajos de prestigio como el Platoon de Oliver Stone para después poner la pasta para El fugitivo, seguido del cult classic Seven, demostrando la compatibilidad entre comercialidad y calidad. Luego ya, durante unos años, se lanzó unos años a producir malos filmes de acción (Eraser, U.S.Marshals), mezclados con alguna cosa realmente divertida (Pactar con el diablo) y de cierto estatus (el Mad city de Costa-Gavras o el remake de Crimen perfecto).
Eraser (1996)
Mehahem Golan: seguramente y junto a su socio Yoram Globus, los mayores productores de basura de la historia, mediante su productora Cannon Group, en los mayores días de “gloria” de ésta. A él debemos bastantes secuelas de El justiciero de la ciudad (así como más cosas de Charles Bronson) y el grueso de las carreras Chuck Norris, Van Damme, mientras también produjo algunas tonterías Stallone y no sé si incluso de Schwarzenegger.
Missing in action (1984)
Mario Kassar: asociado durante buena parte de su carrera con el húngaro Andrew Vajna para casi siempre cine de acción, desde el primer Acorralado (First blood, 1982) hasta las últimas entregas de Terminator, mezclado con algo de desvergonzonería (Showgirs, Instinto básico), más tranquilidad y ciertamente mejor presencia como El corazón del ángel (Angel Heart, Alan Parker, 1987), La escalera de Jacob (Jacob’s ladder, Adrian Lyne, 1990), Posibilidad de escape (Light sleeper, Paul Schrader, 1991) o El cielo y la tierra (Heaven and Earth, Oliver Stone, 1993)
First blood (1982)
Joel Silver: tras producir algunos de los trabajos más recordados de un director de películas de sucia acción como Walter Hill (Los amos de la noche, Límite: 48 horas o Calles de fuego) se hizo un verdadero nombre en la industria y ganó cantidades indecentes de dinero produciendo, encadenadamente, Arma letal, Depredador y Jungla de cristal, además de todas las secuelas de estas cintas. Siguió nadando en dinero con la trilogía de Matrix y las muy apreciables adaptaciones de Sherlock Holmes, V de Vendetta (James McTeigue, 2005) y El libro de Eli (Eli’s book, Allan Hughes, 2010).
Eli's book (2010)