Revista Diario

Adiós al Jardín

Por Josefina
Hoy Joaqui se despidió del jardín.Si bien las clases finalizaron el viernes pasado, hoy era la entrega de los trabajos hechos durante el año, y los niños se despedían de este rincón que los cobijó durante los últimos 4 años a muchos de ellos, tal vez solo este último año a otros, como Joaqui.Fue una ceremonia sencilla, y sin embargo, super emotiva.No hubo disfraces. No hubo canciones. No hubo coreografías. Llegamos al cole, y como siempre los niños ingresaron primero al salón. Luego entramos los padres, y nos sentamos detrás de los niños.Enfrente, se habían dispuesto tres rincones: en uno esperaban las carpetas con el nombre de cada niño, conteniendo los trabajos del año; en otro, las labores de los niños; en medio de ambos rincones, una imagen llena de figuras de pastores y pastoras, leñadores, tejedoras, campesinos y campesinas.Los maestros cantaban villancicos y un violín se escuchaba de fondo.De a una, las maestras se acercaban a los niños, y llamaban a uno solo con la mirada. Los padres se acercaban a su hijo y juntos, acompañados por la maestra, se acercaban al primer rincón, donde les entregaban la carpeta que atesoraba los trabajos de todo el año. Adiós al JardínLuego se acercaban al rincón de labores, y les hacían entrega de los pompones y trabajos de telar de cada niño. La maestra, en cuclillas para poder estar a la altura del niño, hacía algún comentario sobre las labores (muy bajito, era imposible escuchar lo que decían a cada niño, porque era sólo para que cada niño pudiera escucharlo).
Adiós al JardínPor último, todos pasaban a la imagen final. Allí la maestra explicaba al niño (esto lo supe cuando le tocó a Joaqui) que allí estaba representada la tierra, con todo lo que nos dá: el agua, el trigo para el pan, los arboles, los animales; e invitaba al niño a elegir una figura de las tantas que se veían allí representadas.Adiós al JardínJoaqui escogió a un leñador con su hacha.Adiós al JardínA medida que iban completando el camino, cada familia se despedía de los maestros, y luego se retiraba, en silencio.Sin actos. Sin disfraces. Sin estridencias. Así terminamos el año.Y todo lo que tuvo de sencillo, lo tuvo de hermoso.

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