No es ni de lejos la primera vez que una vida privada nos abre las puertas a uno o varios hechos históricos; tampoco es algo nuevo convertir hechos en emociones (¿qué sería el cine si no?). Lo que hace de “Lucía” una película especial es aquella curiosa mezcla entre crudeza y calidez en sus imágenes.
¿De qué va?
Lucía es una joven que trabaja como costurera en una fábrica y vive junto a su padre en una vieja casa en Santiago de Chile. La película transcurre en diciembre de 2006, en las semanas que van desde el funeral del ex dictador Pinochet hasta la Navidad. A través de la simple observación de la vida cotidiana de Lucía, el espectador accede al universo olvidado de una generación de chilenos que luchan por recuperarse luego de una dictadura militar.
¿Quién está detrás?
Se trata de la ópera prima de Niles Atallah, hijo de inmigrantes chilenos nacido en California que ha querido significarse como director retratando primero sus raíces y lo que suponen para él.
¿Quién sale?
Gabriela Aguilera, fuertemente vinculada a la industria audiovisual chilena encarna a Lucía. Más recientemente también la hemos podido ver interpretando con acierto a la cantautora Violeta Parra. El reparto lo completan Gregory Cohen y Eduardo Barril, con larga trayectoria también en cine y televisión chilenos.
¿Qué es?
“La mujer rubia” + “Machuca”
¿Qué ofrece?
"En sus casi ochenta minutos Lucía tiene éxito allí donde pocas cintas chilenas lo logran. Crea imágenes de singular belleza, al tiempo que da cuenta de una realidad cotidiana, profunda, en algunas ocasiones dolorosas. Permite darle una mirada al Chile que hemos sido -al Chile que hoy nos duele- con acidez y ternura, con una destreza que invita a hacer preguntas y despertar inquietudes". (Antonella Estévez. Cine Chile)