Revista Cocina
(Por Marina La Forgia) La denominación de origen Ribera del Duero tienen ya una reputación mundial bien ganada y consolidada, gracias a su calidad, diversidad y elegancia. Tuve el honor recientemente de asistir y participar de una degustación realizada en Montreal organizada por una quincena de bodegas asociadas (ASEBOR) que ofrecieron a los asistentes un variado abanico de vinos, para el más amplio de los disfrutes.La uva indígena Tempranillo fue la gran estrella, gracias a su carácter intensamente frutal, con notas de frutos rojos y silvestres absolutamente perceptibles tanto en los vinos jóvenes como en los de guarda, donde todo el aporte de la madera en diferentes grados de influencia nos ha permitido deleitarnos en un sinfín de propuestas.Más allá de pertenecer a la misma región, y por ende tener una identidad que los define, los vinos de Ribera del Duero ofrecidos en esta degustación eran al mismo tiempo diferentes, únicos y especiales, los cuales pudimos aún descubrir en profundidad gracias a la minuciosa explicación de sus productores, conociendo sus reglamentaciones, sus suelos y características de elaboración. Además de la pasión bien manifiesta de los bodegueros, los vinos de Ribera del Duero responden a ciertos criterios, y es ese conjunto de características la esencia que los representa. Un clima y una región únicosRecientemente galardonada como la mejor región vinícola del mundo por la revista Wine Enthusiast, la Ribera del Duero tiene razón suficiente para sentirse orgullosa. Un clima mediterráneo y continental tiene la influencia y variación de temperaturas necesarias para ofrecernos uvas deliciosas, sanas e intensas que son simplemente el origen de vinos que con el tiempo se convertirán en supremos. La Tempranillo, también conocida como Tinto Fino o Tinta del País, es la uva emblema, aunque hay plantaciones de otras uvas internacionales, como la Syrah o la Cabernet, utilizadas mayoritariamente para vinos de corte.Las diversas categorías o segmentosDe acuerdo al estilo buscado, tuvimos la oportunidad de degustar vinos tintos jóvenes, frescos y frutados, y otros con la denominación “roble” o “barrica”, que siguen siendo de la añada precedente pero con un breve paso por madera. Un vino que ha pasado al menos 12 meses en barrica se lo denomina “Crianza”, aquellos que han tenido una guarda de 36 meses (entre barrica y botella) son los famosamente llamados “Reserva” y los vinos de más excepcionales, aquellos de calidad indiscutible y una guarda en bodega de 60 meses son los maravillosos “gran reserva”. Lamentablemente, los vinos presentados aún no están disponibles en Quebec. Aquí les dejo la lista de mis 10 favoritos, mi TOP TEN ¡que espero en un futuro próximo poder encontrar en las góndolas de la SAQ para que ustedes también tengan el placer de conocer y disfrutar!Ceres, de Bodega Asenjo y Manso: Un Tempranillo 100%, una selección bien cuidada de uvas para la elaboración de este vino tinto intenso y delicioso. La cosecha presentada, la 2009, nos demuestra en magnitud, las características más buscadas de la cepa: fruta, color y sabor bien amalgamados con las notas balsámicas de la barrica.De las Bodegas Arroyo me ha gustado particularmente su vino joven, bien logrado y de excelente relación precio-calidad. Un vino fresco, frutado y ya elegante para conocer la esencia de esta denominación de origen tan particular. Un cosecha 2012 listo para beber y disfrutar.Con un toque más tradicional, Bodegas Pascual ofreció una interesante gama de productos. El vino que más me ha gustado es el llamado “Heredad de Peñalosa”, un vino joven con un suave aporte de madera que tiene todo lo necesario para distinguirse en su categoría. Las intensas notas de frutos rojos me sedujeron sobremanera.El Lagar de Isilla Crianza 2009, de la bodega homónima, es un gran vino con cuerpo y estructura que bien representa la tipicidad de la Tempranillo y el carácter aportado por la madera. Un bouquet intenso de aromas especiados, frutados y algunos toques de cuero y tabaco le dan un marco interesante. Bodegas Pinord nos ha presentado su etiqueta Vacquos, de la cual su Reserva me ha dejado un agradable recuerdo. Un vino intenso, sobrio y moderno que vale la pena degustar. Sus 24 meses de envejecimiento hicieron el trabajo de necesario para redondearlo y poner en el mercado un producto de calidad.Si hay un grupo de bodegas del cual siempre he hablado con admiración, sobre todo por su carácter innovador y moderno, ese es Matarromera. Finalmente tuve el gusto de deleitarme con sus caldos, de diversas líneas y gamas pero todos de excelente relación precio-calidad. Le doy un punto adicional al “Melior”, un vino joven de 6 meses de barrica que posee un carácter frutado y fresco, ideal para disfrutar en una cena entre amigos.Si hablamos de alta gama, la mención especial se la lleva la Bodegas Valduero, con su “Reserva Premium 6 años”. Un 100% Tempranillo, que ha pasado 36 meses en barrica y 36 meses en botella. Un vino delicioso, redondo y desbordante que me ha parecido de excepción. La cosecha presentada fue la 2005. Altamente recomendable.De la Bodega Martin Berdugo destaco su marketing con etiquetas innovadoras y atractivas, pero también sus vinos bien logrados. Un ejemplo de ello es el Crianza 2010, con su tipicidad bien definida, con esos frutos rojos carnosos e intensos y un cierto dejo de especias y mentolado que le dan un toque agradablemente refrescante. Es un vino que ha pasado 12 meses en barrica y 6 meses de botella antes de salir al mercado.Bodegas y Viñedos Garcia de Aranda ofrece un vino interesante: PG Pedro Garcia es un vino de autor que pasado 19 meses en barrica y 18 meses de botella para que al momento de ponerse a disposición de su consumidor, todo esté de maravillas. Un 100% tempranillo 2009 de gran personalidad, estructura y cuerpo. Un vino complejo que merece ser descubierto…Pago de los Capellanes es otro gran ejemplo de bodega donde la calidad es premisa en cada uno de sus vinos. Me ha gustado particularmente “El Nogal”, un tempranillo de cosecha 2009 con 22 meses de guarda. Un vino sobrio, intenso con todo el carácter frutado de la tipicidad y de su terruño único y especial.