Revista Cocina

Amenaza de huelga

Por Dolega @blogdedolega

Así con el Frío

Está el país totalmente revuelto. Protestas y manifestaciones por todas partes, los padres, los hijos, los maestros, los médicos, los funcionarios…

La sombra de la huelga general planea constantemente sobre el país y… sobre mi casa.

Sí si, los tengo a todos soliviantados acusándome de inhumana, dictatorial e incluso he escuchado por lo bajo algo como “esto es fascismo puro y duro”.

No he querido yo impartir cátedra sobre el fascismo, que luego me acusan de cansina.

¿Y porque todo este malestar? Simplemente porque yo, al igual que el gobierno, tengo que racionalizar los gastos.

He puesto como fecha inamovible para encender la calefacción el 1º de Noviembre; fecha muy apropiada y por cierto, ampliamente utilizada en este país para encender las calefacciones centrales de la mayoría de edificios.

¿Y saben ustedes cómo se me han puesto aquí los habitantes del castillo? ¡Como panteras!

-¡Madre, hace un frío que pela! ¿Dónde está el mando de la caldera? Debe de estar sin pilas ¡porque no hay calefacción!

-El mando está confiscado hasta el 1º de Noviembre. A partir de esa fecha el horario de calefacción incluirá “pequeñas” modificaciones con respecto al invierno pasado.

Esto lo digo con una sonrisa para que luego no me acusen de intolerante, poco dialogante ó autoritaria. Que tengan una imagen clara de que negociación sí, pero imposiciones ¡no les tolero ni una!

-¿Ehhhh? ¡De qué diablos estás hablando, hace frío! Mira el termómetro del salón, estamos a 18ºC.

-Temperatura muy sana e ideal en muchos hogares, por ejemplo en los británicos sin ir más lejos.

-¡¡Aaaachus!! Madre, déjate de chorradas que me estoy resfriando. Además siempre has dicho que los ingleses tienen las casas heladas. ¡Siempre te lo he oído decir! ¡¡Aaaachísss!! Tengo frío.

-¿Pero sabes por qué tienes frío? Yo te lo digo.

Porque planchas poco, más bien nada. Si plancharas un par de horitas, como yo hoy, no tendrías ni pizca de frío. Te lo digo yo.

-Estoy tiritando. Me pillaré una pulmonía y tú tendrás la culpa…

-¡Qué va! Acuérdate de la historia de tu tatarabuela que se la llevaron los abuelos a Madrid cuando estaba ya muy mayor y después de seis meses en la capital se empezó a poner mala y mala y malísima. Vino el médico y le dijo a la familia que se la llevaran al pueblo que no tenía remedio.

Así que se la llevaron a su pueblo salmantino a que muriera en paz, y allí en pleno invierno, llegaron a la casa que hacía que no veía una mísera brasa desde hacía más de seis meses, la metieron en la cama y cuando esa mujer levantó el embozo de las sábanas y las movió para romper la escarcha que las cubría, soltó un placentero

-¡¡Señor que a gusto en mi cama!!

Mientras estaban los hijos y las nueras intentando encender un hogar en la cocina para poner alguna salamandra y algún brasero por la casa para no morir de frío, de repente entró en la cocina a paso ligero y sentenció:

-Si estáis repartiendo la herencia, tendréis que esperar, porque pienso vivir algunos añitos más.

Y así fue. Un total de diez años más estuvo dando guerra por tierras salmantinas.

El médico del pueblo determinó, que lo que la estaba matando en Madrid ¡era la calefacción!

-Vale, pero yo no he heredado el gen salmantino de la tatarabuela. Tengo el gen panameño de mi padre ¡¡¡Aaaachuusss!!! Y me estoy poniendo enfermo y de muy mala leche, te lo advierto.

-¿Quieres entrar en calor? Fácil: Pasa la aspiradora. Nuestra máquina de última generación, hecha un airecito calentito por la parte trasera que da gusto. Además con el filtro ese anti animales sale limpito, limpito. Piensa que tu guarida, al verse libre de suciedad, tendrá una explosión de placer que se considerará la madre de todos los orgasmos.

-Hacemos algo, yo te pago el gasto de calefacción. ¿Vale?

-Eso lo quiero por escrito ante notario. Que luego pasa lo que pasa y empezamos con que tienes muchos gastos, que el gas está muy caro y cosas por el estilo. A partir de ese momento hablamos.

-¿Y qué es eso de “ligeros” cambios en la programación de la calefacción?

-Bueno, eso por ahora, no está decidido. No hagas caso a lo que veas publicado por ahí. Además, no adelantemos acontecimientos, que no es conveniente.

Tú mientras no me veas ir al MacDonals a comprarme un cono de helado de 50 céntimos, para poder usar el wi-fi y postear, estate tranquilo.

-Definitivamente el estar en casa todo el día, ¡te está sentando fatal ehhh! Me voy a la cama. ¡Estas insoportable! En cuanto venga papá tenemos que solucionar esto. ¡¡¡Aaaachísss!!! ¡¡Es que manda huevos!!

-¿Me estás amenazando, Ehhhh? Qué vas a hacer ¿Una huelga? Ehhh, ehhh. ¿Me vas a empapelar la casa?

¿¡¡A que extiendo la fecha hasta navidad, cuando esté todo nevadito!!? Ya está bien, tanto diálogo, tanta tolerancia y tanta tontería, ¡coño!

Y ahí se ha ido, a la cama y de mala leche. Eso sí en camiseta de manga corta, porque las mangas largas “le agobian” para dormir.


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