Revista Deportes
Como Tigres sólo fue una comparsa, esta Final se escribe desde el frenesí del nuevo grande y la amargura del que hace mucho dejó de serlo y apenas ayer se dio cuenta.
América derrotó 3-0 a Tigres en el partido de vuelta de la Final del Apertura 2014 de la Liga MX, para un global de 3-1 que los coloca como el nuevo campeón del futbol mexicano y el equipo con más títulos en el balompié azteca.
Los capitalinos hicieron trizas el último bastión del que se sostenía el golpeado orgullo rojiblanco, que a últimas fechas sólo se presumía como el máximo campeón del futbol nacional, así fuera un orgullo compartido con el acérrimo rival.
El mito que construyó el Campeonísimo y ya nadie pudo sostener en Chivas, ayer fue dinamitado por el América que es el nuevo grande del futbol mexicano.
América entró al partido nervioso y sin claridad futbolística, pero con la idea ferviente de salir a ganar el partido.
Para tal efecto, Antonio Mohamed, en su anunciado último cotejo como timonel de los de Coapa, decidió poner de inicio a Rubens Sambueza, pero sin trastocar su aparato defensivo de toda la Liguilla. Así, dispuso del puesto de Luis Ángel Mendoza para dárselo Rubens, y fue a más, con la inclusión del atacante Martín Zúñiga en lugar del volante ofensivo Osvaldo Martínez.
La otra novedad era cantada: el ingreso de Michael Arroyo por un improductivo Luis Gabriel Rey.
Enfrente, Ricardo Ferretti sólo hizo un movimiento: dejó fuera su lateral con más llegada, Iván Estrada, para acomodar ahí a Jesús Dueñas y meter en el medio campo a un recuperador como Guido Pizarro.
Los felinos hicieron el ridículo de salir a defender un gol de ventaja desde el primer minuto. Cuando parecían haber equilibrado un partido que comenzó con el dominio local, ellos mismo abrieron la puerta del cielo para las Águilas.
Al minuto 35, Álvarez retrasó de manera comprometida un balón para Egidio Arévalo, quien perdió en la disputa con Michael Arroyo, que se llevó fácilmente la marca de Hugo Ayala en el área. Dueñas, lejos de cerrar, se quedó en el área chica marcando a nadie. El último pecado lo cometió el arquero Nahuel Guzmán, que se regaló a primer poste, precisamente por donde entró el fogonazo de Arroyo, para el 1-0 y el 1-1 global.
Sin más luces, así se fueron al descanso.
El otro protagonista
En el complemento el “Tuca” se decidió, por primera vez en la Liguilla, a jugar con un centro delantero, para lo cual ingresó a Emanuel Villa por Gerardo Lugo.
Entonces empezó el desgaste invisible, quirúrgico de Paul Delgadillo. Primero, comenzó a pitar a favor del local todas las divididas.
Antes de su gran show, América, con toda autoridad, puso el marcador a su favor cuando al 61’ Pablo Aguilar remató de cabeza un servicio a balón parado de Sambueza. El cabezazo del paraguayo tomó a medio camino a Nahuel Guzmán, que se comió el segundo tanto, el que le daba la ventaja a las Águilas.
La mesa estaba puesta para que por fin, América tuviera contrincante en la Final. Tigres sin embargo, se cayó apenas se vio en desventaja en la eliminatoria.
Al 63’, Hernán Burbano, que tenía apenas unos segundos en la cancha, derribó como último hombre a Miguel Layún, que se escapaba en un contragolpe tras un tiro de esquina a favor de los felinos. Paul Delgadillo, implacable, sacó la roja directa sobre el colombiano.
Tres minutos después, el silbante le dio la última puñalada a la Final cuando expulsó a Damián Álvarez por tirar un golpe a Osmar Mares, en una acción que no quedó del todo clara y donde el argentino estuvo lejos de hacer contacto con el elemento de América.
Al 71’, ya como anécdota, Delgadillo echó a Nahuel Guzmán por una supuesta falta sobre Arroyo en una acción donde ya se había señalado fuera de lugar del ecuatoriano, con lo cual Tigres se quedó con ocho elementos.
Así, el 3-0 que consiguió Oribe Peralta y que obligaba a Tigres a hacer dos goles en 15 minutos, pareció más de ornamento. En el festejo, llegó la cuarta expulsión, esta vez americanista, al “Quick” Mendoza, tras un conato de bronca.
Para entonces, América ya era el máximo campeón del futbol mexicano.
EL ÁRBITRO
Lo negro
Paul Delgadillo
4 expulsiones
Cuestionada desde el principio su designación para pitar el partido, Paul Delgadillo hizo realidad los peores designios que se tenían sobre él. Delgadillo Haro hizo un trabajo localista, marcando toda las divididas a favor del América, e hizo un trabajo en extremo rigorista con las tarjetas rojas, sobre todo en las expulsiones de Damián Álvarez y Nahuel Guzmán, en jugadas donde no se aprecia contacto de los felinos.
Vía el informador
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