Amontillado Tío Diego

Amontillado Tío Diego
Bodega Valdespino (Grupo Estevez)
D.O. Jerez
Bueno, pues volvemos a la carga despúés de cinco días de asueto, con otro amontillado de los que llamo yo de cabecera, de los que no fallan ( ¿acaso falla alguno, Guillermo?); un amontillado del que hemos dado buena cuenta durante este Puente de La Inmaculada de frío y lluvia, en la Sierra de Aracena, con buena carne y mejor vino.
De la bodegaValdespino, poco podré comentar que no se sepa ya. Es una de las más antiguas de Jerez, si no la más, y eso ya dice mucho, y de su Pago Macharnudo Alto, han salido y salen de los mejores vinos del marco.
Este amontillado, clásico donde los haya, elaborado de la manera más tradicional, pasa 8 años de crianza bajo velo de flor, crianza biológica, para después pasar otrso 8 años de crianza oxidativa. Son pues 16 años mínimo de crianza, que se dice pronto, para un vino cuyo resultado es espectacular.
Estamos hablando de un auténtico Vino de Pago, un vino cuyas uvas proceden de una sola parcela o viña, entonces hablamos del terruño jerezano, como ya hemos comentado aquí; single vineyard, reza bien visible en su etiqueta, y su since 1430, nos traslada a los límites del bajo medievo, cuando ya la familia Valdespino estaba asentada en el entorno de Jerez.
...El tipo de un vino, como es natural, depende en gran medida del lugar de procedencia de la uva. Balbaina es especialmente buena para los finos que también se crían en Añina y Los Tercios. Macharnudo destaca particularmente por los finos que acaban convirtiéndode en amontillados, mientras que Carrascal produce olorosos.( De El Vino de Jerez, de Julian Jeffs).
Ya en la copa el vino desprende un aroma bien intenso. Es de color castaño algo oscuro (no olvidar sus 8 años de crianza oxidativa). Las notas del gran fino de procedencia, el carácter punzante, y los frutos secos,  lo hacen aún más complejo. Y al primer trago, es muy agradable, seco con un toque amargo, y excelente final.
Un excelente vino que acompaña todo el tiempo una comida, desde el aperitivo, con un queso curado en aceite y con una carne ibérica a la brasa de una chimenea de casa de montaña, ya se pueden imaginar.