La vida no es de color rosa ni el mundo en el que vivimos puede alardear de ser pacífico y perfecto. La vida se construye a partir de momentos buenos y momentos malos, momentos especiales y momentos traumáticos. Las experiencias personales son las que van curtiendo a las personas y el entorno que nos rodea nos hace ser quienes somos.
Con respecto a la literatura juvenil, ¿qué nos cuentan estos libros que tanto nos gusta leer acerca del mundo que nos rodea? ¿Quién se atreve a retratarnos un mundo cruel ajustado a la realidad? ¿Qué libros nos muestran nuestro día a día sin teñirlo de colores pasteles? Los hay, por supuesto que sí, y hoy quiero aprovechar este artículo para demostrarlo; para ello me serviré de una escritora inglesa nacida en el 82, una mujer que tiene dos libros editados en España y que ya está trabajando en su tercera obra. Su nombre es Annabel Pitcher y de ella podemos leer Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea (2011) y Nubes de kétchup (2013).
Pitcher ha aprovechado sus dos libros para retratarnos la sociedad tal y como nos la encontramos tras el umbral de la puerta de nuestra casa. Una sociedad buena, pero en la que también hay gente mala y suceden desgracias, en la que las personas tienen que sufrir por salir adelante, en la que no todo el mundo es feliz con un beso.
En Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, nos presenta a un niño, Jamie, que ha perdido a su hermana en un atentado terrorista. Él era muy pequeño y no puede recordar bien a Rose, pero sí convive con gente que no ha podido superar la muerte de la chica: Jas, su otra hermana, gemela de Rose, y sus padres. Terrorismo, alcoholismo, abandono de los padres, acoso escolar, racismo; todos ellos se dan la mano para narrar una historia valiente, potente, con garra.
Nubes de kétchup, la novela más reciente de la autora, no se queda atrás en lo que a drama se refiere. En ella, Zoe escribe cartas a un presidiario que está en el corredor de la muerte para contarle un secreto que ha sido incapaz de confesar a nadie: ha matado a su novio, a una persona de la que se suponía enamorada. Aunque en este caso los problemas son más propios de adolescentes, Pitcher también sabe cómo darles vida y hacer que lleguen al lector: inseguridades, asesinatos, traición, malas decisiones, accidentes. La historia de Zoe, unida a la de Stuart Harris, el presidiario, nos muestra cómo un pequeño desliz, un simple acontecimiento que dura tan solo unos minutos, puede cambiarnos la vida para siempre y hacernos eternamente infelices.
Esta es la vida: no es fácil, no es un camino de rosas, pero tenemos que aceptarla y vivirla. Annabel Pitcher lo dice en sus novelas, pero el día a día nos lo corrobora.