Año par. Año de Mundial y amor

Una vez oí que el amor movía montañas, que de amor vive el hombre y que de amor se alimenta la tierra. En el fútbol también existe este amor, y no, no hablamos de amor a unos colores, que también, a un escudo o una ciudad, que también. Vamos a explicarlo con calma. Con amor.
No puede ser casualidad. Los miembros de este humilde blog, todos, nacíamos el mismo año que Maradona dejaba el mejor gol de la historia. Aquel tanto que hizo vibrar al Mundo, Argentina días después sería campeona y el ‘diez’ eterno. Sin embargo, de aquella tarde no nos quedamos con ese tanto, que siempre lo recordaremos, ni si quiera con su mano, que siempre la recordaremos. A los aquí presentes nos apasiona todo lo que rodeaba a aquel fútbol, al fútbol ‘vintage’ de hoy. Desde los pantalones más cortos que nunca hasta las camisetas, tan clásicas y a la vez tan bonitas. Esto si era amor.
De aquella tarde nos quedamos con la narración del gol, o con la sombra de las palmeras mexicanas sobre el césped del Estadio Azteca. Amor. Esos detalles que hacen grande el fútbol y tan precioso este deporte. Esos detalles tan pequeños y a la vez tan enormes, capaz de llegarte muy adentro hasta el punto de no olvidarlos jamás.
Porque con el tiempo hemos visto al Athletic eliminar al United dando una enorme exhibición de fútbol, y sin embargo del viejo San Mamés siempre me quedaré con su gente cantando el himno a la salida de los suyos del vestuario. Amor. Porque hace algunos años viajamos a Londres, aquel fin de semana se jugaba la final de la Champions que a la postre coronó a Drogba y cía, sin embargo nosotros visitamos Craven Cotage, el mitico ‘The Den’ del Millwall y decidimos ver el partido en el barrio de West Ham. Y no, no hablamos del encuentro del Chelsea, esa tarde se jugaba el ascenso a la Premier, el club de Londres frente al Blackpool. Eso es amor y eso no se olvida.
Porque un día decidimos que el ascenso del Granada en Alcorcón era un acontecimiento ‘que igualaba’ a la mano de Maradona. O el último Sporting vs Oviedo en Primera. Porque viajar a Swansea a ver a los ‘Cisnes’ de Gales nos llamaba más que el Etihad del millonario City. Siempre recordaremos el último gol del Athletic en su ya mítico San Mamés, lo marcaba Llorente y nosotros lo vivimos. Y lo recordaremos. Esto es amor.
Si es año par es año de Mundial, Brasil será testigo de una fiesta de fútbol, de la fiesta del fútbol. Vive Brasil 2014. Porque allí nació Pelé, Romario, Dunga, Bebeto o Mazinho y Mauro Silva. Más recientemente Rivaldo, Ronaldo, Ronaldinho, Kaká y un tal Neymar Jr. Y sin embargo de Brasil nos encanta la imagen del Cristo de Corcovado con Marcaná de fondo. O recordar la victoria de Uruguay en su casa. Somos así.
España como campeona, u Holanda, que podrá quitarse la espina de Sudáfrica a las primeras de cambio. O el debut de la canarinha. De la argentina de Messi. Tal vez ver a Cristiano Ronaldo. A Rooney, Özil, Cavani, Ribery y Luis Suárez. Y a nosotros nos llama la atención el debut de Bosnia, esa ‘nueva’ selección que hace historia, volver a disfrutar de un nuevo intento de los combinados africanos por hacernos sonreir. O Costa Rica y Australia, que con estar ya brindan. Y luego Bélgica y Colombia. Esto es amor.
Colombia. Vaya recuerdos con Colombia. Todos pendientes de Falcao, James, Cuadrado y ese central prometedor de River, Balanta. Aquí sin embargo nos acordamos de Asprilla, Valderrama y el enorme plantel que presentó Maturana en USA 94, aquí siempre presente Escobar, el pobre Escobar. Y para nosotros esto es amor.
Hoy día es casi sencillo vivir el fútbol en directo, vivir esas emociones que solo se producen cerca del estadio, el día que amanece con hambre de partido. Hay mucha gente detrás de este deporte que ayuda y lo pone fácil, casi que te invita y medio te obliga a vivirlo de cerca, véase Ticketbis. Nunca tuvimos el placer de coger un vuelo rumbo a un Mundial, todo llegará. Pero el día que esto ocurra, tal vez a Brasil, ojalá, no dudaremos en tirar de amor, de historia, un viaje con regreso al pasado, al del fútbol ‘vintage’ de hoy. Sin olvidarnos de lo que nos depare la estancia. El amor del futuro.
Si vemos a Italia recordaré a Baggio, si es Argentina a las palmeras de México y si pudiéramos ver a Bulgaria o Rumanía, recordaríamos la zurda de Hagi y Stoichkov. O Yekini si es Nigeria. Diouf si vuelve a un Mundial Senegal o Trinidad y Tobago en Alemania 2006 con el mítico Yorke en el campo. Sin embargo, una cosa está clara y a la vez segura. Dentro de 20 años, quizás menos, recordaremos al fútbol de hoy como el vintage del mañana. Pero ahora disfrutemos de Brasil, de Brasil 2014. Porque esto será amor, solo hay que buscarlo y tendrás recuerdos para siempre. Créenos.