El décimo poeta que
antóloga Gerardo Diego en 1934 para su Poesía española,
antología (contemporánea) es Tomás Morales (Moya, Gran Canaria, 1885 – Las Palmas, 1921). Morales
es de los pocos poetas que ya estaba muerto al ser incluido en esta antología.
Parece que el bélico
era uno de sus temas. Dejo aquí un poema que evoca la insularidad del poeta:
HA LLEGADO UNA ESCUADRA
Ha llegado una escuadra; anochecido
buscó refugio al sur de la bocana
y a la ciudad entera ha sorprendido
surta en el antepuerto, esta mañana.
Seis unidades de combate forman
la división, y sus guerreras trazas
sobre el ambiente mate se uniforman
con el esmalte gris de sus corazas.
Por toda la ciudad ha trascendido
la noticia, y el ánimo despierto,
por toda la ciudad se vio invadido,
en su afán de novedad el puerto.
¡Helos allí! con sus recién pintadas
carenas y sus fúlgidos metales,
torreados de cofas artilladas:
graves de orgullo y de vigor navales.
Y acusan sus severas proporciones,
en son de paz, una agresión latente...
Desde las explanadas y espigones
los curiosea, a su sabor, la gente…
Más lejos, los de tipo acorazado;
ya en bahía, las fuerzas de crucero;
y junto al farallón, pulimentado
como un juguete lindo, un torpedero…
Brega por las cubiertas e imbornales
en fajina, la tropa marinera;
y pasan los imberbes oficiales
con los gemelos a la bandolera.
Y pasma la premura diligente
Con que ejecuta el atinado coro
las órdenes que mandan desde el puente
los comandantes de silbato de oro.
Todo está listo. Cesa el ajetreo.
Los artilleros guardan avizores.
¡Todo es prestigio, precisión y aseo
bajo los emblemáticos colores!
Y en tanto que las nubes se serenan
y la mañana perezosa avanza;
a intervalos iguales, lentos, truenan
los veintiún cañonazos de ordenanza.