Sigo en pie de guerra. No me dejan otra opción. Los medios se recrean en la crueldad y en las bajezas humanas. Y desgraciadamente, éstas son muchas.
Cada vez estoy más convencido del principio filosófico de que el hombre es malo por naturaleza y que sólo unas normas establecidas limitan tal mezquindad quién sabe si más por un instinto de supervivencia de la especie que por creencia real.
Pero vamos, ese es otro tema. Temas más escabrosos de actualidad que me revuelven el estomago podrían plasmar esta tesis, pero me limitaré a un ejemplo, banal, fútil, e incluso cómico para desarrollar esta reflexión.
Como buen culé, estuve atento a la pantalla para animar a mi equipo en el partido de Champions contra el Chelsea inglés. El match acabó y más satisfecho que apesadumbrado di por acabada la jornada para disfrutar del merecido descanso que me permitiera afrontar el mañana con plenas garantías.
Al día siguiente prensa escrita, radio, televisión… las noticias llegaban a mí y en el plano deportivo me explayaba con la victoria de mi equipo. Y no fue hasta bien entrada la jornada que en cierto programa de ****** gusto y prestigio periodísticos me enteré de que en el Nou Camp un sector minoritario de la afición había insultado a Morata (de pasado merengue) y éste había reaccionado haciendo un Hugo Sánchez, es decir acomodándose los cataplines para demostrar que los cánticos recibidos (“no tiene *****, Morata no tiene *****) eran inciertos de todas todas.
Valiente tontería pensé. E ipso facto cambié de canal continuando mi ronda de zapping que me había llevado a tan ***** sección deportiva.
Movido por la curiosidad indagué en la web a ver si estaba colgado el programa en cuestión y así fue. Pensé en hacer un post al respecto y para tal efecto debía visionar el programa en cuestión y poner en riesgo así mi salud mental. Pero ya se sabe, quien algo quiere algo le cuesta, y no hay bien que por mal no venga (¿era así?)…, mi intención, al margen de corroborar el tono y rigor informativo del mismo, era averiguar cuánto tiempo se dedicó a tan trascendental suceso. Y mi sorpresa fue relativa porque ni más ni menos dedicaron 12 minutos . Podría decirse que la pluralidad de opinión existió, pero tuve la sensación de estar ante el contrato de un crédito, toda la sensatez estaba en letra pequeña, muy pequeña y la carnaza estaba en mayúsculas, subrayado, negrita… Morata hizo ese gesto una sola ocasión con dos acomodamientos de cataplines pero en el programa contabilicé 80 tocamientos, y es que el debate en muchos minutos usaba de fondo las imágenes del deportista en tan primitivo gesto, vamos que al acabar el programa hasta a mí me dolían los susodichos con tanto refrote genital
Luego nos quejaremos de la violencia del mundo futbolístico, pero políticas de información, mejor, entretenimiento como éstas no ayudan a mitigarla. Que sí, que personas con dos dedos de frente no se toman esta “filosofía” de actuación más que como un entretenimiento pero los medios de comunicación han de ser conocedores de que no siempre el receptor es el adecuado y que en ocasiones esta información pueda llegar, por ejemplo, a un descerebrado con una zamarra blaugrana y que se cruce con Morata por la calle y le agreda... Evidentemente el chiringuito no será responsable de esta agresión pero si no hubiera dado el trato sensacionalista al hecho, o ni tan siquiera lo hubiera mencionado quién sabe si esta hipotética agresión se hubiera podido evitar.
Y si extrapolamos esta reflexión a temas más trascendentales…