Una de mis excursiones favoritas desde Madrid es El Real Sitio y Villa de Aranjuez. A tan solo 45 minutos de la capital, ofrece arte, cultura, arquitectura, gastronomía, paisajes y una histórica huerta. Es un plan perfecto para pasar el día con niños, y la estación más bonita para visitar Aranjuez, es sin duda el otoño, cuando los árboles cambian de color y con ellos el ambiente se trasforma en una bella melancolía. La primavera llena de flores y color sus parques y la monumentalidad de la ciudad es digna de admirarse siempre.
En el ancho valle que forma la vega del Tajo y del Jarama. Declarado Paisaje Cultual Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Real Sitio y Villa, residencia de reyes durante la época primaveral. Un hermoso Palacio acariciando el Tajo, los Jardines del Príncipe y las calles de la ciudad merecen que se le dedique un tiempo que no habremos perdido. Una hermosa villa inspiración de pintores, escritores y todo tipo de artistas. La cocina también es un arte. Y Aranjuez tiene algo más, en su ancho valle crece uno de los mejores “mercados naturales” de la zona. La tierra fértil y rica, regala excepcionales productos de la huerta, que durante siglos han deleitado a los paladares más exigentes. Productos de fama mundial que se vendían en calles y plazas, así como en el famoso Mercado de abastos de Aranjuez.
Pero si optamos por un plan cultural y gastronómico, para disfrutar en pareja o con amigos, mi sugerencia es hospedarse en el hotel NH Príncipe de la Paz. Ubicado en pleno corazón de la ciudad, y justo en frente del Palacio Real. Muchas de sus habitaciones tienen magníficas vistas hacia el Palacio.
El Príncipe de la Paz ocupa un emblemático edificio histórico de los siglos XVIII-XIX, época en la que fue residencia de D. Manuel Godoy, favorito del rey Carlos IV.
Sus habitaciones son amplias, luminosas y la decoración sencilla y muy acogedora. El servicio del hotel es impecable, siempre atentos y dispuestos a ayudar al visitante para que la estancia sea lo más agradable posible. Además cuenta con un restaurante estupendo.
El Palacio de Aranjuez fue construido entre los años 1561 y 1586, durante el reinado de Felipe II. En 1715 Felipe V encargó su ampliación que no terminó hasta 1839. Es uno de los reales Sitios elegidos por los monarcas españoles para su disfrute durante más de 5 siglos. El Palacio es un maravilloso ejemplo de integración y combinación de arquitectura y de los bellos espacios ajardinados que lo rodean.
Tanto la parte exterior del palacio como su interior muestran una gran variedad de estilos y la decoración es rococó, el espectacular Gabinete de Porcelana que representa el mayor logro de la Real Fábrica de Porcelana china, el barroco Salón del trono, estilos isabelinos e incluso árabes como el salón de fumar que es una réplica de la sala de las dos Hermanas de la Alhambra.
El Jardín de la Isla es uno de los más antiguos del Real sitio, conformado por una serie de fuentes y paseos decorados con personajes de la mitología, fuentes de Neptuno, Apolo, Diana, Ceres, Hércules, Anteo…
Pasear por los Jardines del Príncipe es un lujo a disposición que nadie debería perderse. Fue el primer jardín botánico de España y en él se conservan especies traídas en la época desde las Américas. Como los gigantes ahuehuetes, los sauces llorones, magnolios, arces…
Nosotros lo hicimos en el tren turístico o Chiquitren, que en apenas una hora recorre el Jardín y nos da opción a bajar en el Museo de las Falúas Reales. El Jardín es otro espectáculo más para los amantes del paisajismo, la botánica o simplemente de la naturaleza.
En la Plaza de Parejas se encuentra la garita del Chiquitren donde se puede adquirir un billete que combina el paseo en tren por el centro de Aranjuez y Jardínes del Príncipe con el paseo en barco por el Tajo que es otro espectáculo.
Después de pasear por los jardines optamos por un cocido madrileño en La alegría de la huerta. Un restaurante que se encuentra junto al embarcadero, muy cerca de donde luego cogeríamos el barco. Nos habían recomendado el cocido que en La Alegria de la Hueta elaboran de forma individual en cuencos de barro. Efectivamente estaba espectacular y nos sentó de maravilla tras toda la mañana paseando por la ciudad. Como colofón pudimos disfrutar de las famosas fresas de Aranjuez.
Y tras un cocido madrileño que estaba de escándalo y la amabilidad recibida en La alegría de la Huerta optamos por pasear en el barco por el río Tajo. Lo más espectacular, el reflejo de tanta vegetación sobre las tranquilas aguas del rio..
El paisaje cultural de Aranjuez ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tanto la ciudad como su huerta, la primera del renacimiento y creada para probar el cultivo de todas las especies que iban llegando a España desde las Américas.
Desde entonces la integración de la ciudad de Aranjuez y su huerta, conforman un único espacio de ayer y hoy. La huerta de Aranjuez es probablemente la más importante de España.
El espacio agrario del Real sitio se reconvierte desde Carlos I con la intención de crear espacios agrícolas dentro trazados con paseos arbolados. Estos diseños empezaron con Gaspar Vega (alrededor de 1550) y posteriormente fueron seguidos por Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera en tiempos de Felipe II. Esta organización paisajística fue vanguardia y ejemplo en toda Europa.
La geometría de sus trazados arquitectónicos, la profundidad de sus jardines, la extensión de sus sotos y calles arboladas, han merecido que Aranjuez sea incluida por la UNESCO en si lista “Patrimonio de la Humanidad”.
La tierra de Aranjuez, regada por los ríos Tajo y Jarama, y por una extensa infraestructura hidrográfica, se convierte en un oasis envidiado por los agricultores del resto de castilla.
Desde las primeras huertas históricas hasta el día de hoy, los hortelanos de la vega practican una agricultura sostenible y comprometida con el medio ambiente. En la actualidad varios jovenes cocineros y maestros en la cocina de temporada, han logrado que Aranjuez sea pionero en restauración, consiguiendo para el Real Sitio varias estrellas michelín. Tal es el caso de Fernando de Cerro, heredero junto a su hermano Armando del prestigioso restaurante Casa José. Fernando ha modernizado y puesto de moda la huerta como principal materia prima. Y tanto las frutas como las verduras de su propia huerta son las protagonistas de su espectacular carta. Mezcla de sabores, de texturas, cocciones perfectas que logran unos platos de extraordinaria riqueza para el paladar. Es la nueva cocina por la que apuesta Casa José.
Fuimos a degustar sus exquisiteces arancetanas para cenar…
Pero la historia de Casa José bien merece una mención histórica.
En 1958 un humilde matrimonio manchego inaugura una pequeña taberna justo enfrente del Mercado de Aranjuez. Su intención fue abastecerse directamente de los productos autóctonos que cada día llegaban frescos al mercado y dar así de comer a los agricultores, ganaderos y tratantes del mercado. La filosofía de aquel matrimonio, de comercializar siempre con productos locales y de temporada, así como luchar por la conservación de los mismos, estaba tan clara y arraigada que saltó a la siguiente generación. En 1992 consiguen una Estrella Michelín y dos Gasolineras (antigua denominación de la Guia Campsa). En 2002 Fernando del Cerro, uno de los cinco hijos de aquel matrimonio manchego, y después de trabajar con chefs de la importancia de Paco Rubio o Juan María Arzak, se hace cargo de restaurante. Sin renunciar a la filosofía familiar crea una nueva y evolucionada cocina. Las materias primas típicas de la zona seguirán siendo de temporada, defendiendo siempre la conservación de un paraje único, las históricas huertas de Aranjuez.
En estos momentos Fernando continúa investigando nuevos tratamientos para sus verduras y hortalizas. Son las auténticas protagonistas de sus platos. Pero veamos qué nos ofrece, sin antes advertir, que uno de los placeres de Casa José es que uno puede o debe acudir al menos una vez en cada estación del año, pues las materias primas serán diferentes y la experiencia gastronómica será aún mas interesante. En invierno su fuerte son las coles. Fernando del Cerro es capaz de manipular con ciencia y sabiduría una simple coliflor. Manteniendo su sabor, su textura y consistencia ofrece en sus menús de temporada platos tan exóticos como deliciosos.
El Chef, erudito en vegetales trata a las patatas, zanahorias, lechugas, repollos o cualquier otra verdura que llegue del mercado como si fueran materias primas excepcionales y al tocarlas con su varita mágica consigue platos tan excitantes- Pero además es capaz de mezclar sabores, su especialidad mar y montaña, las carnes y pescados, también procedentes de lo que marque el mercado, son tratados como complemento a sus verduras. Sin dejar de cuidarlos con experiencia, temperaturas y cocciones perfectas. Y aquí encontramos una variedad única en caza, aves, extraordinarias carnes y deliciosos pescados. En los postres las opciones no empeoran, sino que son lugar de cuna de Fernando del Cerro, quien empezó su trayectoria profesional cursando estudios de pastelería en la Escuela de Pastelería de la asociación de Pasteleros de Madrid, y practicando después en la Pastelería Nazareno. A un buen cocinero se le reconoce por sus postres, pues es la repostería el arte más complicado en la buena mesa.
La gula es poderosa y en Casa José cobra significado.
Pero lo más bonito y romántico del momento se vive en el ambiente familiar del Restaurante. Sin pretensiones, como quien prepara una tortilla francesa, la familia del Cerro se vuelca con sus clientes, el servicio es exquisito, los tiempos adecuados, las temperaturas perfectas. Y termino transcribiendo literalmente lo que se puede leer al final de la carta. Prueba cariñosa del orgullo que en Casa José se tiene por el patrimonio gastronómico de la zona: “Desde aquí Casa José homenajea a los pequeños hortelanos de la comarca de Aranjuez por el trabajo que están realizando por el mantenimiento de los cultivos de las variedades de verduras y frutas autóctonas, respetando la localización del producto y sostenibilidad de nuestro campo” y enumera uno a uno a todos aquellos que hacen posible encontrar una materia prima excelente que en manos de Fernando del Cerro se trasforma en un sueño.
Aquí unas “sencillas” pochas con verduras de otoño…
Para terminar una jornada culinaria, redondeada con bellos paisajes y coloreada con arte, nada como un pink tonic en la zona de La Habana de Aranjuez. Allí las terrazas y bares se suceden creando un ambiente juvenil y entretenido. Para terminar en otro local al que también debo agradecer su hospitalidad. Se trata de la Belle Epoque, moderno y muy bien decorado, estupenda música y auténticos pink tonic para celebrar una jornada perfecta entre amigos.
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Hotel NH Príncipe de la Paz. C/ San Antonio, 22. 28300 Aranjuez Tel. 91.8099222
La Alegría de la Huerta. Carretera de Madrid, nº 4. Aranjuez 28300 Tel: 91 891 29 38
Casa José. Una estrella Michelin. Relación calidad precio EXCELENTE. C/Abastos nº 32. 28300 Aranjuez. Teléfono: 91 8911488
Belle Epoque. Palacio de Silvela 2. Aranjuez