Monika Branicka y Asia Zak. Foto: via artnet
En la historia del arte más reciente destacan dos deudas fundamentales, por un lado insertar en los discursos históricos el arte producido en los países externos al eje Europa/EEUU y por el otro revalorizar la obra de artistas que en su momento quedaron fuera del mercado del arte y cuya obra es fundamental para entender las prácticas artísticas del presente. La galería Zak Branicka cumple con ambas funciones, trabaja con el arte de la Europa del Este, desconocido a gran parte del público y omitido hasta hace poco por los historiadores, a través de un diálogo intergeneracional entre artistas de los años sesenta y setenta y artistas contemporáneos, mostrando la continuidad entre el trabajo de uno y otros. Esta metodología que no cierra la práctica del arte en fronteras cronológicas y que lo entiende como forma fluida y dialógica es esencial para comprender y analizar críticamente el arte del presente.El arte contemporáneo todavía se explica desde una narrativa centralista que deja al margen experiencias como las de la Europa del Este o Latinoamerica ¿Qué papel juega vuestra galería en el desarrollo de lecturas alternativas en relación a la historia del arte en Europa?Zak Branicka se especializa en arte de la Europa del este, principalmente de Polonia, pero también representa artistas de Croacia, Macedonia y Austria. Pretendemos compartir y focalizar la atención sobre la obra de estos artistas que hasta hace poco no habían recibido el reconocimiento que merecían. La Europa del Este siempre ha sido parte de Europa pero la gran mayoría de instituciones han elegido ignorar estos artistas y centrarse en artistas de la Europa occidental. Nuestra finalidad es la de enfatizar que la historia del arte no sólo pertenece a Occidente sino también a Oriente y re-direccionar esta falta de apreciación del arte de la Europa del Este. Nos alegra ver que instituciones como la Tate o el Pompidou han mostrado a través de recientes exposiciones su interés y que el foco se está moviendo hacia allí. Parece que las instituciones de Occidente están intentando recuperar el tiempo perdido.
Vista de la exposición de VALIE EXPORT en Zak Branicka, Berlin, 2013. Foto: Camilayelarte