Foto: Pedro Pegenaute (www.pedropegenaute.es)
El Centro Cívico de Ferreries es un proyecto de rehabilitación puro. El edificio es un mercado tipo del Ministerio de Vivienda franquista, construido en los años 60 con materiales y mano de obra local formando parte del complejo de viviendas inicial que inauguró el barrio, montado sobre unos terrenos inundables que contenían huertos de naranjos, mandarineros y hortalizas diversas organizados en parcelas largas y estrechas paralelas al río Ebro previas a la construcción de los pantanos que tranquilizaron su curso.El mercado se organizaba a base de un gran espacio central cubierto a dos aguas con una estructura a base de caballos de hormigón prefabricados, probablemente in situ, y correas también de hormigón rematadas con teja árabe. A lado y lado de este espacio (una Basílica, de hecho) se extendían los tenderetes, pegados contra las fachadas. En su eje mayor, los accesos des del barrio. En su eje menor se extendía, por su lado este, el mercado de pescado, en un cuerpo a parte. Se levantaba unos 70cm del nivel natural del terreno, por eso de las inundaciones. La puerta norte, importantísima, se abría sobre la carretera de acceso a Tortosa, que conducía a un puente de barcas primero y al primer puente fijo que hubo en la zona más tarde, dinamitado por las fuerzas republicanas en la Guerra Civil para obstaculizar el avance de las tropas sublevadas sobre Tarragona. Su pilona central soporta, todavía hoy, el horroroso monumento a los caídos que guarda el puente nuevo, proyectado también des de Madrid con un gravísimo error de replanteo que lo dejó unos metros por encima del nivel de las calles a las que sirve, creando un caos urbanístico todavía no resuelto. Los ministerios de Regiones Devastadas y el de Vivienda jugaron un papel clave en el desarrollo de la zona. Planta baja del mercado antiguo. Plano: Arquitecturia
La primera decisión, no del todo obra del equipo, fue la de conservar el mercado. Curioso: el material, un ladrillo local de color claro cocido a una temperatura no demasiado alta, jugó un papel determinante. Nos encontramos ante la decisión, muy interesante, de catalogar más un material que un edificio.
Vista del antiguo acceso principal. Foto: Jaume PratAceptado esto, los arquitectos decidieron dejar el edificio tal cual por fuera como primeradecisión. La segunda es la más determinante, y tiene que ver con la naturaleza del programa: un centro cívico, es decir, un edificio público muy abierto a la ciudad. Por tanto se decidió tratar como una prolongación de la calle, cosa que constituye un cambio de paradigma respecto de la naturaleza del mercado. Respuesta: convertir los antiguos accesos en ventanas, cegándolos sin desmontar, pero, las escaleras de acceso que salvan el desnivel ya citado, de modo muy similar a como Enric Miralles cegó el acceso lateral al ayuntamiento de Utrecht. Foto: Jaume PratRespuesta: derribar el mercado de pescado y construir un cuerpo de nueva planta que contenga la parte más privada del programa en altura y que dé escla a la nueva plaza creada en ese vacío, que urbaniza unos antiguos detrases y que relaciona el centro con un Centro de Día casi adyacente. Respuesta: organizar el espacio interior a través de unas diagonales muy potentes creadas en los tres ejes a partir de las vidrieras de fachada, de grandes puertas alineadas y de dobles espacios más la escalera. Planta baja de la intervención. Plano: ArquitecturiaUno de los rasgos que más me llamaron la atención de todo el discurso de Josep fue el que no justificase nada: todo lo que hay en el edificio está pensado y aceptado, y la pobreza de los acabados se hace jugar siempre a favor. Avanzo que el acabado de la plaza no me gusta. Tampoco me gusta demasiado, aún estando muy bien escogido, el linóleo del pavimento. Preguntado por el tema, Josep respondió que en proyecto se había previsto hormigón acabado en polvo de cuarzo para el interior y un pavimento de losas Breinco Vulcano en color negro (material muy bello que yo mismo he usado en varios proyectos) al exterior. Hecho el ejecutivo y preparada la obra en tres fases (rehabilitación, cuerpo de nueva planta, urbanización) se les pidió que lo ejecutasen todo en una sola… contando con poco más dinero que el necesario para la primera. El equipo respondió sacrificando acabados, ajustando medidas y renunciando a diversos elementos, todo sin una sola queja. Uno de los factores determinantes para conseguir esto fue su preparación técnica: el equipo construye bien. Muy bien. Este virtuosismo, consubstancial al proyecto, lo ha hecho terminar felizmente. La distribución en planta del edificio mantiene muy sutilmente lo que había. La nave del mercado se ha vaciado completamente, y los caballos de hormigón se han dejado vistos. Un altillo que contiene la sala polivalente, realizado como una losa de relativamente poco canto sin ningún soporte estructural intermedio, tapado con cristal por los extremos y ubicado dejando dos dobles espacios muy asimétricos (uno de ellos muy vertical, de unos dos metros o dos metros y medio, el otro de casi media nave) da escala a la intervención. Sección. Plano: ArquitecturiaLa estructura de tres naves con los dos laterales conteniendo tenderetes volcados al espacio central vacío se ha mantenido sutilmente unificando el espacio de los tenderetes para crear un deambulatorio que recorre la nave grande por todo su perímetro. Las vistas en diagonal se mantienen sobredimensionando los accesos a este deambulatorio para que las puertas queden alineadas. Para que el deambulatorio lo sea de realmente los arquitectos han cegado los testeros disponiendo una pared contra las antiguas puertas de acceso. Foto: Pedro PegenauteAdicionalmente aparecen dos nociones clave para entender la obra del equipo: el teatro y el barroquismo, combinados con un cierto sentido del efectismo y la escenografía. Estos dos últimos rasgos son a base de la noción espacial del Movimiento Moderno.Foto: Pedro PegenauteEl deambulatorio, las visiones cruzadas, la multiplicidad de circulaciones, los puntos de agua dejados en los pasillos como rastro de los antiguos tenderetes para limpiar pinceles, para maquillarse, convierten la sala en algo parecido a un happening, un lugar preparado para mirar y ser visto, realmente interactivo. En un espacio de actividad.