En estos días se estrena Seraphine, una excelente película francesa cuya historia se ubica entre 1914 y 1935. Allí se cuenta un caso real, la vida fuera de lo común, de la francesa Séraphine de Senlis, una mujer nacida en 1864 que fue pastora, luego ama de casa y, finalmente, pintora antes de hundirse en la locura. Comienzos de siglo XX. Séraphine Louis, de 42 años, vive en Senlis y se gana la vida limpiando casas. El poco tiempo que le sobra lo ocupa pintando. Es la mujer de la limpieza de la Sra. Duphot, que alquila un piso a Wilhelm Uhde, un marchante alemán fascinado por los pintores modernos e ingenuos. Durante una cena ofrecida por la Sra. Duphot, Wilhelm Uhde descubre un pequeño cuadro que había traído Séraphine unos días antes. Fascinado, lo compra y convence a Séraphine para que le enseñe otras obras suyas.
No es frecuente que el cine se dedique a retratar artistas plásticos y menos aún que lo haga con un lenguaje capaz de traslucir la necesidad expresiva que los lleva a la creación de una obra personal, donde se desdoblan en muchos sentidos sus fantasías, su entorno y las peripecias de su vida. Ese pequeño prodigio de que a través de una película el espectador entienda los impulsos que llevan al artista a trabajar con resultado a veces deslumbrante, es un logro que el cine ha conquistado pocas veces, quizá porque se necesita un realizador con maestría para que el producto esté a la altura del personaje elegido y tenga visualmente una sugestión similar a la de su obra.
Lo notable de Seraphine consiste no sólo en internar al espectador en las emociones apenas visibles de su personaje y en el rudo carácter que sólo se dulcificaba ante el acto de pintar, sino además en conectarlo con la misteriosa fuerza (la del instinto, la de la búsqueda de la belleza) que desemboca en el gesto creador, como una corriente que recorre el brazo del pintor y se alumbra finalmente sobre la tela.
Por otros conceptos, Seraphine resulta una experiencia conmovedora al estudiar a su figura central, esa provinciana montaraz que apenas se comunica con el prójimo, que sólo parece alegrarse en su solitaria comunión con el paisaje, que fabrica secretamente sus propios colores y en cuya absoluta inocencia está el germen de sus cuadros, pero también el de su mansa y lenta pérdida de la razón. (Fuente: diario EL PAIS)
Biografia de Seraphine (para que conozcan mas sobre la verdadera artista)
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