El partido en San Paolo no le fue del todo mal al Athletic y quizás por ello, Ernesto Valverde, técnico del conjunto vasco, decidió apostar por el mismo once que hace ocho días le diera el empate en el Partenopeo. Rafael Benítez, por su parte, cambió el lateral izquierdo, entrando Ghoulam por Miguel Britos, y dio entrada a Dries Mertens, que en la ida fue una pesadilla para el Athletic saliendo desde el banquillo.
Ya advirtió Valverde en la previa del encuentro que el suyo es un equipo que no sabe especular, y así lo demostró. El Athletic salió con un ritmo altísimo, presionando y metiendo atrás a un Nápoles que se reservaba para la contra. Tras un disparo alto de José Callejón en el 8’, el Athletic desperdició dos muy buenas ocasiones para adelantarse. Primero fue el capitán Carlos Gurpegi quien remató fuera un córner botado desde la derecha por Beñat. Y más clara si cabe fue la que tuvo Aymeric Laporte en el 27’. Con todo a su favor, el central envió fuera un buen centro del hiperactivo Iker Muniain.
El Nápoles, que el año pasado cayó en la fase de grupos a pesar de sumar doce puntos, se mostraba impotente y lo fiaba todo a una genialidad de Gonzalo Higuaín, Mertens o cualquiera de sus talentosos jugadores. Gorka Iraizoz, asediado en los últimos compases del choque en San Paolo, se retiró al descanso sin haber tenido que intervenir.
Pero el Nápoles es un equipo que se maneja a la perfección en este tipo de partidos, y nada más comenzar la segunda parte Marek Hamšík puso el 0-1 en el marcador. El eslovaco recogió una pelota muerta en la frontal y superó a Iraizoz con un zurdazo ajustado al palo. El Athletic reaccionó con orgullo, y Rafael tuvo que despejar el tremendo zurdazo de Balenziaga en el 51'.
Pero si el italiano es un conjunto rocoso y aguerrido, el Athletic no le va a la zaga, y ha forjado su leyenda a base de gestas y remontadas, conseguidas con la ayuda de su incondicional afición. Y justo pasada la hora de juego, Aduriz puso de nuevo las tablas en el marcador, y en la eliminatoria. Susaeta puso un córner desde la izquierda y el delantero recibió libre de marca en el corazón del área. Tras controlar a placer, superó a Rafael con la derecha.
Y ahí no quedó la cosa, ya que en el 69' el propio Aduriz hizo el 2-1 al aprovechar un malentendido entre la zaga napolitana y su portero. Con el partido cuesta abajo y la grada enloquecida no tardó en llegar el tercer gol vasco. En el minuto 74 un balón en profundidad de Unai López fue aprovechado por Ibai Gómez para romper la eliminatoria y dejar al Athletic con pie y medio en la fase de grupos.
A partir de ahí el Nápoles fue a por la gesta. Adelantó líneas, metió más hombres en el último tercio del campo y se descubrió atrás. No estaba fino en tareas ofensivas el conjunto de Benítez y el Athletic tuvo una gran ocasión para hacer el cuarto a diez minutos del final. Finalmente el partido murió con 3-1 en el marcador desatando la euforia de una afición que disfrutará en su nueva casa de la mejor competición de clubes del mundo.
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