Revista Cine
Título original:
Chevalier
Año:
2015
Atlántida Film Fest 2016:
Sección Generación
Duración:
99 min
País:
Grecia
Director:
Athina Rachel Tsangari
Reparto:
Giannis Drakopoulos, Kostas Filippoglou, Yiorgos Kendros, Panos Koronis,Vangelis Mourikis, Nikos Orphanos, Efthymis Papadimitriou, Giorgos Pyrpassopoulos, Sakis Rouvas
El cortometraje «Fit» (1994), primer trabajo tras las cámaras de la directora griega Tsangári, se nos presenta como una lectura del absurdo de la cotidianidad a través de los ojos de una chica joven que ve como numerosos obstáculos pretenden coartar su día a día y, por ende, su evolución personal. Ya podemos destacar en esa obra primigenia un deseo de la autora de diferenciarse, de experimentar sin ningún tipo de trabas con la narrativa cinematográfica, y lo cierto es que, aunque la idea era buena, su ejecución terminaba pasándole factura a un cortometraje, cuánto menos, curioso.
Desde ese momento, Tsangári ha seguido realizando proyectos variados, entre los que destaca el largometraje «Attenberg» (que guarda ciertos paralelismos con «Fit») y, especialmente, su labor como productora en películas tan rompedoras como «Kinetta», «Canino» o «Alps», todas ellas dirigidas por Lanthimos, o «Antes del anochecer», aquel broche maravilloso a la trilogía sobre las relaciones de pareja de Linklater. Su último proyecto como directora es esta «Chevalier», que participó en Locarno y que consiguió alzarse con el título de Mejor Película en el London Film Festival. Ahora Filmin nos la trae en el marco del Atlántida Film Fest, como una de las películas que analizan el fenómeno de las nuevas generaciones en esta Europa que parece derrumbarse.
El film de Tsangári puede tener muchas lecturas, pero lo que es evidente es que está cargado de mala leche, de toda esa furia silenciosa que debe estar sintiendo el pueblo griego a expensas de su situación política actual, tanto intramuros como sus relaciones con la UE. No puedo evitar ver la película como un grito de frustración de Tsangári, que decide vengarse con una historia de la que se desprende una crítica mordaz a las construcción de una sociedad patriarcal que todo lo acaba derrumbando.
En efecto, la película de la directora griega puede verse como una comedia negra en la que un grupo de amigos decide elevar el absurdo a la máxima potencia y se preparan para competir entre ellos a través de las más diversas pruebas, ya sea midiéndose el tamaño de sus miembros o demostrando sus habilidades en la limpieza del yate que tienen alquilado. Pero aún con todo, se trata de una película triste, inquietante, que deja correr el veneno por entre sus fotogramas.
Entre esos seis amigos (bien posicionados económica y socialmente) podemos encontrar una serie de perfiles que a buen seguro nos resultan familiares: el prepotente al que sólo le preocupa él mismo y lo que de él piensen los demás; el inseguro que no dudará en ir cambiando de bando dependiendo de cómo se vayan desarrollando las pruebas; el frío intelectual que pretende tenerlo todo bajo control, etc. El film se desarrolla con el seguimiento de ciertas anécdotas que van pasándoles a cada uno de los miembros de la tripulación, en los detalles de sus conversaciones, en las miradas que mantienen durante sus inmersiones en el círculo social
Y aunque la idea (una competición entre heterosexuales en un espacio reducido que quiere mostrar lo absurdo de la conducta humana) en un primer momento atrapa y consigue captar rápidamente la atención del espectador (también gracias a una puesta en escena calculada y estilizada), no es menos cierto que a medida que van pasando los minutos tenemos una sensación incómoda de déjà vu, que hace que decaiga el interés en lo que está pasando y que lleguemos al tramo final de la obra ante una perspectiva nada halagüeña. Chevalier, aunque interesante, es una película poco agradecida con el espectador, algo hermética en determinados tramos del metraje y dando siempre la sensación de idea que no termina nunca de aprovecharse. Seguiremos esperando el nuevo Canino
5,5/10