Revista Regiones del Mundo

Aumenta a 131 el número de fallecidos en Polonia por el frío en diciembre

Por Nestortazueco
(Berlín, 31/12/2010, EFE)
Aumenta a 131 el número de fallecidos en Polonia por el frío en diciembre El número de personas fallecidas como consecuencia de la ola de frío que afecta a Centroeuropa desde hace casi dos meses aumentó a 131 en lo que va del mes de diciembre en Polonia.
Las autoridades de Varsovia anunciaron que cuatro hombres perecieron como consecuencia del frío en las ultimas 24 horas en distintos puntos de Polonia.
Con los registrados en noviembre, la cifra se eleva a 146 fallecidos desde el comienzo de la actual ola de frío, muchos de ellos al quedarse dormidos a la intemperie bajo los efectos del alcohol.
Desde el Ministerio de Interior polaco se recuerda que los agentes patrullan regularmente las zonas en las que suelen encontrarse las personas sin hogar, fundamentalmente en las cercanías de conductos de calefacción, jardines y solares abandonados.
A pesar del dispositivo policial, las autoridades reiteran su llamamiento a la población para que alerte de situaciones de riesgo y evite que los mendigos pasen las noches a la intemperie en Polonia, donde se han registrado en algunos lugares temperaturas de mas de 20 grados bajo cero.
UN FRÍO CON ROSTRO DE POBREZA
(Varsovia, 02/01/2010, Colpisa, Paco Soto)
Aumenta a 131 el número de fallecidos en Polonia por el frío en diciembre
La Policía informó hace unos días que 127 personas murieron de frío en Polonia en el mes de diciembre. Desgraciadamente, todo hace pensar que cuando el lector lea esta crónica, el número de muertos habrá aumentado. El adelanto del invierno, con fuertes tormentas de nieve y temperaturas que en algunos lugares del país se situaron entre 15 y 20 grados bajo cero, es, oficialmente, la causa de estas muertes. Ni los poderes públicos ni los medios cuestionan los estragos materiales que causa el invierno en un país frío como Polonia. Que la nieve y las bajas temperaturas paralicen los servicios de transporte en las carreteras, ferrocarriles y vías aéreas y hagan impracticables las calles de muchas ciudades, es un hecho que se repite cada año.
Los polacos lo asumen con bastante tranquilidad. Pero por desgracia, las muertes de seres humanos también. Poca gente se inmuta ante el trágico reguero de fallecidos, la mayoría de ellos indigentes o personas que han bebido demasiado alcohol. Según el portavoz de la Policía, Mariusz Sokolowski, “indigentes, alcohólicos y enfermos” son las “víctimas potenciales” del invierno. “Todos tenemos que prestar atención durante estos días a las personas sin hogar, para evitar que queden a la intemperie durante la noche en parques o descampados”, advirtió Sokolowski a principios de diciembre, cuando el número de muertos por causa del frío se elevaba a 30.
Pocos días después, el 6 de diciembre, la ola de frío ya había causado 61 muertes, lo que puso en alerta al Centro de Seguridad del Gobierno de Donald Tusk. Y el número de muertos por hipotermia siguió creciendo… Sólo el día de Navidad hubo ocho muertos, la mayoría personas sin techo y con edades entre los 35 y 60 años. La ola de frío precoz también golpeó con dureza a otros países de la región como Chequia y Lituania, donde murieron varias personas, así como a Alemania, Francia, Reino Unido e incluso España e Italia. El mal tiempo ha costado a Polonia cerca de 350 millones de euros, principalmente destinados a la limpieza de calles y carreteras, según el diario conservador ‘Rzeszpospolita’.
Preguntas oportunas
El periodista y comentarista político Mariusz Borkowski se pregunta: “¿Por qué motivos en otros países el número de muertos es mucho menor que en Polonia?” El periodista contesta sin dudar: “porque en Polonia los poderes públicos carecen de medios materiales suficientes para hacer frente a este tipo de emergencias; hay una falta de previsión y no hay suficiente voluntad política”. Marek. A., un joven trabajador de la Cruz Roja de Varsovia, confirma las declaraciones de Borkowski, y pone de manifiesto que “las autoridades nacionales, regionales y municipales no se han tomado en serio el problema. Faltan albergues para los indigentes, no hay dinero suficiente ni personal cualificado. Hacemos lo que podemos con los medios que tenemos”. Fuentes del Ayuntamiento de Varsovia desmienten categóricamente semejante afirmación, y señalan que “es difícil obligar a las personas que viven en la calle a ingresar en un centro en contra de su voluntad”.
Sociedad civil débil
Borkowski destaca que el alcoholismo, que “goza de ciertas tolerancia social, es otro grave problema, y la falta de una sociedad civil organizada también”. En efecto, la sociedad polaca, si se la compara con la española u otros países de Europa occidental, es más apática, indiferente e individualista. Las protestas sociales son escasas, a pesar de que existen graves carencias y el funcionamiento de los poderes públicos es manifiestamente mejorable. Los medios de comunicación dedican poco tiempo y espacio a tratar seriamente los problemas sociales del país.
Ni siquiera la Iglesia católica posee redes de ayuda social potentes, como ocurre en España. “Esta desorganización y ausencia de espíritu ciudadano es consecuencia de la escasa cultura democrática del país y los pocos años que vivimos en un Estado de derecha. Arrastramos todavía una cultura campesina conservadora e individualista machacada por un largo periodo de invasiones extranjeras y autoritarismo y una etapa de 40 años de dictadura comunista”, recuerda Borkowski. El sociólogo Marcin Frybes advierte que “Polonia está empezando a salir del túnel”. El frío tiene en Polonia el rostro de la pobreza y la marginación. El pasado invierno murieron 298 personas en el país centroeuropeo. Mariusz Borkowski teme que “volverá a ocurrir lo mismo esta vez, sin que nadie dimita, sin que cunda la indignación social y sin las denuncias de los medios de comunicación”.

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