La primera impresión no es buena. Parece una típica película donde suceden las típicas cosas y donde se ven las típicas escenas de una película de suspense. Sin embargo no es así. Silenciosamente, sorprende la falta de tópicos. La inexplicable desaparición del marido de Tricia (Courtney Bell) cambió su vida. Ante la visita de su hermana menor (Katie Parker), Tricia intenta pasar página definitivamente, pero unos hechos extraños y misteriosos en su casa y en un túnel cercano no la ayudarán, ya que de ese túnel provienen unas presencias paranormales. Como revela el cartel, hay destinos peores que la muerte. Asusta.
Dentro del in crescendo en el que se adentra la película, los fallos de montaje (y alguno de sonido) se vuelven menos importantes por la forma en la que atrapa al espectador. Lo esperado se convierte en inesperado, y lo intrigante se transforma en emocionante. Una puesta en escena muy oscura acorde a su suspenso y unas buenas actuaciones conforman un resultado que derrocha creatividad a pesar de los interesantes cabos sueltos que deja. Ausencia, con poco presupuesto y con inteligencia para suplantar posibles efectos visuales, ganó muchos premios en diversos festivales y el proyectó tomó dimensión gracias a ellos.
Dentro de todas las maneras de hacer cine de terror, Flanagan escogió la más enigmática. Los motivos de una trama que parece simple y sencilla se vuelven complicados y misteriosos ante la falta de elementos que los describan para entenderlos. Algunas dudas del espectador se van resolviendo a lo largo de los casi noventa minutos, pero otras quedan en el aire para dejarlo con ganas de una explicación sobre lo que está ocurriendo enfrente de sus ojos.
Quizá no sea lo mejor, pero una segunda parte no sería nada extraño, aunque sólo sirviera para despejar dudas y corregir errores. Ausencia gusta por encima de sus errores porque imprime a su guión una fuerza y un misterio que atrapan a cualquiera. En carpeta queda Mike Flanagan, quien estrenará próximamente Oculus, el largometraje que completará el corto homónimo de 2006.