Hacía tiempo que una canción en clave Italo-disco no me golpeaba tan fuerte, exactamente desde la soberbia “Solo” de Linda Mirada, con la que guarda más de un punto en común. Esta “Ave Rapaz” que ha incluido Javier Carrasco en “Mítico“, el largamente esperado disco de debut de Betacam (no estamos considerando como tal “Saca Pecho“, aquella primera aproximación al universo tecno-pop del cántabro que reunía sus trabajos entre 2007 y 2015) va, como aquella otra canción de Ana Naranjo, mucho más allá del mero ejercicio de estilo y deja un buen poso que obliga a la repetición de la escucha.
No sólo es cuestión de nostalgia: en la pista (en todo el disco, en realidad) no es difícil encontrar referentes indispensables de nuestra educación musical -de Mecano a Dinarama, de Ryan Paris a las casetes del MaxMix- que predisponen al oyente hacia una cierta forma de melancolía. Creo, sin embargo, que lo que más me gusta del tema es el acierto con el que vira, líricamente y también en lo musical, entre la estrofa y el estribillo: como si el antiguo enamorado de la Deborah de “Disco 2000” dejara ver su verdadero rostro y transmutara en el hombre tras las cortinas de “I Spy“, y lo que parecía ser el amable recuerdo de amor juvenil hubiera degenerado con el paso de los años en una sutil pero nada sana forma de obsesión. En apenas unos segundos, recorremos la distancia que va de “te recuerdo en el instituto, con tu falda de color azul” o “eras la chica más guapa / nunca te fijaste en mí” a “ven con papá, suéltalte el pelo” y “La verdad es que yo aún te quiero / lo podemos volver a intentar / esta vez va a ser diferente“, y aquello suena como una caída libre, la que va de las mejores intenciones a la más perturbadora fijación ¿Es el ave rapaz la chica celestial de los sueños del protagonista del tema, o no suena más bien como si fuera él quien se ha convertido en depredador? El cambio en los acordes parece reforzar esa sensación, como si una sombra inquietante cubriera por un momento, como el paso de unas nubes pasajeras sobre el sol en una luminosa mañana, lo que parecía simplemente un recuerdo del pasado. Si el tipo que bailaba con la camisa por fuera y la mirada nublada por el alcohol en “Solo” resultaba patético, el que presta voz a esta “Ave Rapaz” resulta, cuanto menos, inquietante.
Disco más que recomendable, en conjunto: canciones como “Reliquias” o “La Discusión” u “Otras Chavalas” serán disfrutadas tanto por los fans de la mencionada Linda Mirada, como por los que difrutaron con la “Otra Era” de Javiera Mena, pero no sólo por la tropa ochentera. Por encima de décadas y sintetizadores, están las canciones, y las 10 que arman “Mítico” ya merecen un lugar destacado en la producción musical nacional de este 2018.
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