Revista Cine
Balance de los Oscars 2012. Respetando la tradición del muermo
Publicado el 27 febrero 2012 por Lapalomitamecanica
Una edición marcada por la previsión y la sobriedad
Sólo dos hechos quedarán grabados para la posteridad de la 84 Edición de la Gala de los Oscars (cuyos ganadores tenéis aquí), y ninguno de ellos corresponde al trabajo de la organización, que no se ha esmerado nada en recuperar una audiencia y un interés que lleva sucesivos años en decadencia gracias a lo insípido del evento. Uno de esos recuerdos queda patente gracias a The Artist al convertirse en el primer film no anglosajón en hacerse con el calvito a la Mejor Película, el otro se debe a Jennyfer López y su pezón, al que también le dio por saludar al público allí presente, quien no dio muchas señales de vida y no es de extrañar temiendo una explosión de bótox en el rostro de Billy Crystal y con unos chistes del maestro de ceremonias un poco sobados.
Los detalles, así como el resto de vídeos destacables, tras el salto.
La noche comenzaba con Morgan Freeman abriendo una cita que se antojaba previsible y con unos premios más que cantados. Billy Crystal además dio poco juego limitándose a repetir lo mismo que en sus 8 apariciones anteriores como conductor del evento: canturrear y soltar alguna burla flojilla. Ni siquiera Sacha Baron Cohen hizo, como todos esperábamos ansiosos, acto de presencia sobre el escenario y únicamente paseó palmito vestido de dictador en la alfombra roja, donde simuló lanzar las cenizas del difunto mandatario de Corea del Norte, Kim Jong Il, al presentador Ryan Seacrest. Bien, pero nos hubiera gustado verle en plató también liando alguna de las suyas Tanto pitote con su veto y posterior readmisión para nada. Decepcionante.
A mitad de gala, La Invención de Hugo ya había conseguido hacerse con 5 premios en los apartados técnicos y no veíamos el momento de llegar a las categorías principales, con la esperanza de que alguna sorpresilla alegrara o enturbiara nuestro humor, pero nada, las quinielas continuaron cumpliéndose, los vídeos recopilatorios de relleno no terminaban nunca y los bostezos fueron intensificándose.
El momento emotivo de la noche llegó con Octavia Spencer al recoger el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto. Graciosetes estuvieron Christopher Plummer, que hizo chistes refiriéndose a su edad, y Alexander Payne, que imitó a Angelina Jolie, al recibir sus respectivos galardones. El resto de los discursos fueron de lo más normalitos y, como siempre, Woody Allen ni se presentó a la cita para coger su dorado al Mejor Guión Original. Ni él, ni ningún colega suyo, ya que no subió nadie al escenario.
Ni el evasivo Terrence Malick, a quien tampoco se vio por esos lares, ni Giorgio "Nespresso" Clooney, ni tan siquiera el gran Gary Oldman, entre otros veteranos como Nick Nolte, pudieron lograr los premios, lástima sobre todo -los otros que se lo curren algo más- de estos dos últimos, que esperemos que algún día reciban su merecidísimo Oscar. Asímismo, duelen también las ausencias entre los nominados de Ryan Gosling o Michael Fassbender por sus trabajos en Drive y Shame respectivamente, que superan a algunas de las candidatas de este 2012.
Afortunadamente y a pesar de las grandes ausentes, las estatuíllas han ido a parar al menos a manos de las que más se lo merecían y en general han estado bien repartidas. Sin embargo, se nos han quedado algunas espinitas por esos grandes y queridos veteranos que no han conseguido llevarse nada pero cuyo trabajo se encuentra a un nivel tan superior, o quizá más, que el de los vencedores. Esperemos que en la próxima edición tengan su oportunidad y que la Academia se replantee una renovación en la organización de la cita, que empieza a ser superada hasta por nuestros Goya y a la que los Globos de Oro le lleva varias millas de ventaja desde hace unos cuantos añitos. No sé si la sobriedad y, por ende, el aburrimiento es ya rasgo inherente a los Oscar, pero como la cosa siga así en un futuro no muy lejano podremos ver el evento en Intereconomía.
Imágenes vía El País.
Sólo dos hechos quedarán grabados para la posteridad de la 84 Edición de la Gala de los Oscars (cuyos ganadores tenéis aquí), y ninguno de ellos corresponde al trabajo de la organización, que no se ha esmerado nada en recuperar una audiencia y un interés que lleva sucesivos años en decadencia gracias a lo insípido del evento. Uno de esos recuerdos queda patente gracias a The Artist al convertirse en el primer film no anglosajón en hacerse con el calvito a la Mejor Película, el otro se debe a Jennyfer López y su pezón, al que también le dio por saludar al público allí presente, quien no dio muchas señales de vida y no es de extrañar temiendo una explosión de bótox en el rostro de Billy Crystal y con unos chistes del maestro de ceremonias un poco sobados.
Los detalles, así como el resto de vídeos destacables, tras el salto.
La noche comenzaba con Morgan Freeman abriendo una cita que se antojaba previsible y con unos premios más que cantados. Billy Crystal además dio poco juego limitándose a repetir lo mismo que en sus 8 apariciones anteriores como conductor del evento: canturrear y soltar alguna burla flojilla. Ni siquiera Sacha Baron Cohen hizo, como todos esperábamos ansiosos, acto de presencia sobre el escenario y únicamente paseó palmito vestido de dictador en la alfombra roja, donde simuló lanzar las cenizas del difunto mandatario de Corea del Norte, Kim Jong Il, al presentador Ryan Seacrest. Bien, pero nos hubiera gustado verle en plató también liando alguna de las suyas Tanto pitote con su veto y posterior readmisión para nada. Decepcionante.
A mitad de gala, La Invención de Hugo ya había conseguido hacerse con 5 premios en los apartados técnicos y no veíamos el momento de llegar a las categorías principales, con la esperanza de que alguna sorpresilla alegrara o enturbiara nuestro humor, pero nada, las quinielas continuaron cumpliéndose, los vídeos recopilatorios de relleno no terminaban nunca y los bostezos fueron intensificándose.
El momento emotivo de la noche llegó con Octavia Spencer al recoger el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto. Graciosetes estuvieron Christopher Plummer, que hizo chistes refiriéndose a su edad, y Alexander Payne, que imitó a Angelina Jolie, al recibir sus respectivos galardones. El resto de los discursos fueron de lo más normalitos y, como siempre, Woody Allen ni se presentó a la cita para coger su dorado al Mejor Guión Original. Ni él, ni ningún colega suyo, ya que no subió nadie al escenario.
Ni el evasivo Terrence Malick, a quien tampoco se vio por esos lares, ni Giorgio "Nespresso" Clooney, ni tan siquiera el gran Gary Oldman, entre otros veteranos como Nick Nolte, pudieron lograr los premios, lástima sobre todo -los otros que se lo curren algo más- de estos dos últimos, que esperemos que algún día reciban su merecidísimo Oscar. Asímismo, duelen también las ausencias entre los nominados de Ryan Gosling o Michael Fassbender por sus trabajos en Drive y Shame respectivamente, que superan a algunas de las candidatas de este 2012.
Afortunadamente y a pesar de las grandes ausentes, las estatuíllas han ido a parar al menos a manos de las que más se lo merecían y en general han estado bien repartidas. Sin embargo, se nos han quedado algunas espinitas por esos grandes y queridos veteranos que no han conseguido llevarse nada pero cuyo trabajo se encuentra a un nivel tan superior, o quizá más, que el de los vencedores. Esperemos que en la próxima edición tengan su oportunidad y que la Academia se replantee una renovación en la organización de la cita, que empieza a ser superada hasta por nuestros Goya y a la que los Globos de Oro le lleva varias millas de ventaja desde hace unos cuantos añitos. No sé si la sobriedad y, por ende, el aburrimiento es ya rasgo inherente a los Oscar, pero como la cosa siga así en un futuro no muy lejano podremos ver el evento en Intereconomía.
Imágenes vía El País.