(Varsovia, 26/05/2011, Nacho Temiño, EFE)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viaja hoy a Polonia, país que asumirá el próximo mes de julio la presidencia rotatoria de la Unión Europea y que, de la mano del partido liberal, mira cada vez más a Europa para alejarse poco a poco de esa imagen de aliado incondicional de Washington.
El país que encontrará el mandatario estadounidense ya no es aquel que, gobernado por los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, presumía de ser “el mejor amigo” de EEUU en el continente, cuando Varsovia levantaba la vista por encima de sus vecinos europeos para buscar el apoyo de la Casa Blanca.
Hoy Polonia es mucho más europeísta y su primer ministro, el liberal Donald Tusk, precisamente último premio Carlomagno al europeísmo, se ha propuesto reforzar las relaciones con Alemania, Francia y el resto de socios comunitarios.
Pero a pesar de que el idilio polaco-estadounidense no atraviesa su mejor momento, la llegada de Obama se espera con impaciencia en Varsovia, donde las relaciones económicas y el impulso al comercio entre los dos países destacan en la agenda de esta visita.
Los políticos polacos tienen claro que la inversión de millones de dólares de consorcios estadounidenses serán una garantía de seguridad mayor que cualquier batería de misiles “Patriot” o el emplazamiento de aviones militares norteamericanos en su territorio.
Polonia está interesada en que empresas de Estados Unidos exploten el yacimiento de gas de esquisto recientemente descubierto, el más grande de Europa, cuya extracción puede generar la oposición de otros países europeos como Francia, que ve una amenaza al medio ambiente, o Rusia, a la que conviene mantener su liderazgo en la exportación de gas a la región.
La política también ocupará un lugar relevante en la agenda de Obama, quien aterrizará en Varsovia para participar en la conferencia de líderes de Europa Central, donde no estarán los mandatarios de Serbia, Rumanía y posiblemente Eslovaquia, que han decidido boicotear la cita en protesta por la presencia en la reunión de Kosovo, Estado que no reconocen.
La situación de la vecina Bielorrusia, país considerado por la Administración Bush como la última dictadura de Europa, será otro de los asuntos que Obama tendrá sobre la mesa durante su visita de dos días a Polonia, país que se ha propuesto liderar a la UE en un acercamiento a los Estados de la antigua Unión Soviética a través del llamado “Partenariado del Este”.
Barack Obama aterrizará mañana a media tarde y en su recorrido hacia el centro de la capital polaca aprovechará para depositar flores ante el monumento a los héroes de la sublevación en el gueto de Varsovia y en la tumba del soldado desconocido.
Además de reunirse con los principales mandatarios y líderes de la oposición polacos, el presidente estadounidense mantendrá una breve reunión con familiares de las víctimas de la catástrofe de Smolensk, donde en abril del pasado año perdieron la vida los ocupantes del avión presidencial de Polonia, entre ellos el entonces presidente del país Lech Kaczynski.
El presidente de EEUU abandonará el país centroeuropeo el sábado, tras una visita que se prevé que también sirva para planificar el futuro de un más que probable asentamiento de tropas estadounidenses en Polonia, incluidos cazas F-16, que se trasladarían desde la base de Aviano de Italia.