Revista Vino
El auténtico y genuino "vino costa" de Barranco oscuro es el vino de la Contraviesa, un vino hecho de la mezcla de distintas variedades; un vino envejecido más o menos en función de las necesidades de consumo; un vino que, por la mezcla de mostos y de métodos de envejecimiento (en la era contemporánea, tanto madera como inox), suele tener cierto grado y una presencia en nariz y en boca que no pasa desapercibida. El vino costa de los Valenzuela es el vino homenaje a su tierra, el vino que hay que hacer si uno está en la Contraviesa. 2010: 90% de listán negro, y aporte de otras variedades, entre las que marca e insinúa no poco el moscatel morisco. Un clarete, sin lugar a dudas, que tiene la gracia de un vino añejo (con todo lo que el adjetivo significa) y la frescura de los vinos de altura de la bodega.
Su color recuerda bastante al Ageno de La Stoppa o a algunos de los vinos de Fabio Bartolomei pero no es un "orange wine". Ese color es fruto de la poca coloración de la listán negro y de las uvas blancas que forman parte del cupaje. Aporta no poco a él el proceso de envejecimiento: es un clarete con cuatro años. Huele a vino de monte, jara, orégano, tomillo. Zumo de pomelo blanco también. Una mezcla de sobriedad, de carácter, de vino antiguo y de compostura de otro tiempo. Brezo. Flor de manzanilla seca. Piel de naranja infusionada. Retama. Sol amable de otoño, rojizo, en un atardecer de viento poniente. Hierbas de San Juan secadas en el interior: entras en la habitación, así huele el Vino Costa de Barranco Oscuro. Un punto de madera vieja, otro de frescura. Espíritu de las soleras. Fruto del madroño. Es un clarete de otoño. El otoño amable y cálido, del patriarca. De Manolo.