Revista Cultura y Ocio

BAW7052 Londres-HR – @soy_tumusa

Por De Krakens Y Sirenas @krakensysirenas

El ruido de mis tacones sobre el suelo de mármol, el tumulto de la gente, la espera solitaria junto a un café me devuelve de nuevo a la rutina tras un largo descanso. Viajar, trabajar y no pensar era lo único que me apetecía hacer después de aquel maldito desengaño… De nuevo yo y mi maleta azul, bajo el techo acristalado de aquel aeropuerto donde tantas horas he pasado esperando. Me apresuro a sacar el teléfono del bolso aunque ya no importa, el buzón de mensajes está vacío, hace ya más de cuatro meses que no se nada de él. Me siento idiota cuando pienso que en algún momento llegará un mensaje suyo dándome explicaciones; me quedo mirando las caras de la gente por si vuelvo a encontrar su rostro entre la multitud, es absurdo pensar que queda algo de esta historia.

Por estas fechas le conocí en un vuelo BAW7052 con destino a LONDRES-HR, resulta que era piloto de British Airways me dijo mientras tomábamos un café. Aquel día la espera para mi embarque no la hice sola; le conocí en la barra de la cafetería, mientras buscábamos una mesa para sentarnos, yo no tenía prisa y él se veía tan interesado, que terminamos intercambiando los teléfonos, así comenzó lo bonito de nuestra historia.

Un mensaje inesperado a los pocos días de regresar de Londres, justo cuando arrastraba mi maleta frente a la cafetería donde le conocí, hizo que sonriera sin motivos, esa tarde el café me supo a gloria, mensajes, llamadas cómplices, fotos con besos y un sin fin de conversaciones a medio terminar, me hacían la más feliz del mundo, me había vuelto a ilusionar; que bonita sensación esa que experimenta el corazón cuando llega alguien y te lo pone patas arriba, esa donde te da igual el caos porque tu vives montada en una maravillosa nube.  Nuestros horarios eran muy dispares y ambos sabíamos que era muy difícil coincidir, si él libraba yo trabajaba pero aún así nos cruzábamos en medio del pasillo de embarque casi todos los lunes y los jueves, apenas daba para un café largo expreso, pero suficiente para hacer planes, reír, besarnos, tocarnos, nos emocionábamos con estar juntos. Aquel mes pasó volando y lleno de proyectos y de amor, si porqué no, con cada mensaje se fue haciendo hueco en mi inaccesible corazón.

Me citó en el aeropuerto, – Te tengo preparada una romántica sorpresa. – decía su voz por teléfono, misma cafetería, misma mesa que nos vio intercambiar nuestras primeras miradas, y allí estuve, a la hora acordada, con mi vestido rojo tan elegante, mi pelo recogido de forma informal dejaba entre ver mis ojos ilusionados a través del largo flequillo, sólo que él no apareció. Allí esperé todas las horas que el reloj quiso dar, pero jamás llegó, me tragué ingenua todas las excusas que quiso darme, pero lo cierto es que a partir de ese día mi corazón se rasgó, sus llamadas eran pocas, sus mensajes escuetos, monosílabos, no podía entender como pasa una persona de colmarte de atenciones, del amor más puro a ser un completo desconocido, a ser amigos y cómplices a estar en la más absoluta lejanía. Tristeza era poco lo que padecí esos meses, algún mensaje a deshoras sin hilo de conversación, mantenían aún mi esperanza de que todo volvería a ser como antes, pero tristemente me equivocaba.

Aquel mes caminé por el aeropuerto cabizbaja, obsesionada con el teléfono y mirando hacia atrás por si lograba verle, aquella cafetería se convirtió en mi refugio por si  lo volvía a encontrar, pero no supe de él, ni si quiera atendía mis mensajes. En ese momento yo sólo necesitaba una explicación, al menos para que mi cabeza dejara de dar vueltas como una peonza preguntándome  “¿Porqué?”. Que triste es el momento en el que dejas de estar volando en tu nube para caer de golpe y darte contra el suelo.

– Que lastima María, y que extraño, lo recuerdo todo como si hubiera pasado ayer y lástima porque mañana quizás todo lo que recuerdo será una cortina de humo de caras desconocidas y fechas inconexas… déjame que te cuente un poco más hija, mientras mi cabeza me lo permita. – María miraba los ojos de su madre expectante por seguir el hilo de la historia, nunca había hablado de sus sentimientos hacia su padre, ella orgullosa, les miraba a los dos cogidos de la mano mientras relataba sonriente la historia de su casual amor…

“El vuelo BAW7052 con destino a LONDRES-HR efectuará su salida en la Terminal 5 a las 8:45 horas, rogamos se dirijan a la puerta de embarque”, se oía de fondo mientras descolgaba el teléfono de la cabina, marqué su número tragando saliva y apenas dos tonos una voz femenina me contestaba, su mujer me dijo ella, colgué apresurada mientras el corazón luchaba por no salirse por mi boca. Esa era la excusa que necesitaba para terminar de caer al suelo, un año con él y jamás lo hubiera imaginado. Aquella mañana antes de viajar, el golpe fue tan duro que aún me duele. A mi vuelta, más desolada y pensativa que nunca, me esperaba mi café, en esa dichosa cafetería, pero ese día… Ese día, por alguna extraña casualidad el destino volvió a mover ficha.

– Por favor no te muevas – me dice una voz dulce y amiga, parecía como si me conociera de toda la vida, me dijo no se qué de las cámaras , que estaban recalibrando el sistema de vigilancia y yo enseguida pensé que era un gran pretexto para sentarse conmigo a darme conversación. “Qué osado”, pensé, pero sus palabras, su manera de tratarme, la amabilidad que desprendía aquel hombre, era como si ya hubiéramos coincidido antes, atento, sensible, sabía de todo del aeropuerto, su conversación era tan agradable…me esperaba cada lunes y jueves en la misma mesa, con el mismo café haciéndome compañía mientras esperaba mi vuelo. Poco a poco dejamos los cafés de dos días, por cenas y paseos, dejamos de volar separados para volar juntos y hasta hoy…

– ¿Y así conociste a papá? ¿Qué bonito no…? – inclinando su cabeza, María nos interroga con la mirada mientras yo emocionada miraba los ojos de Ricardo y notaba a la vez como apretaba fuerte mi mano, pensé, ojala no dejara nunca de recordar pero ésta maldita enfermedad cada día avanza de manera veloz,  ya casi me cuesta acordarme de lo que hago al cabo del día, y soy tan joven y ya sin recuerdos, me invadía la tristeza, pero siempre que pueda y mientras  me quede algo de lucidez aprovecharé el momento para contar siempre la misma historia, la que jamás deseo olvidar, nuestra historia de amor. La del vuelo BAW7052 con destino a LONDRES-HR,  para volver a sonreír, aunque tan sólo sea por un instante.

Hoy volamos juntos @netbookk + @soy_tumusa

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