Revista Cocina
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo y la hipertensión es el factor de riesgo reversible más común de las mismas. La hipertensión es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. Propicia la arterioesclerosis y fenómenos de trombosis (pueden producir infarto de miocardio o infarto cerebral). En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura (lo que inevitablemente causa la muerte).
El reciente estudio Dietary calcium intake and its relationship with adiposity and metabolic profile in hypertensive patients, realizado por Torres MR et al. y publicado en la revista Nutrition en 2010, demuestra cómo una dieta rica en calcio puede tener efectos beneficiosos en pacientes hipertensos. Una alta ingesta de calcio a través de los productos lácteos está asociada a menor adiposidad global y porcentaje de grasa corporal en pacientes hipertensos. Asimismo, los compuestos bioactivos presentes en los lácteos, favorecen la disminución de la tensión arterial.
Por todo ello, la leche y los productos lácteos, alimentos de importante valor nutritivo y con un gran contenido en calcio, que aportan como media un 65-75% de la Cantidad Diaria Recomendada (CDR)-, resultan fundamentales en la alimentación de pacientes hipertensos. No obstante, pese a los beneficios asociados, cabe constatar que la ingesta de calcio en adultos hipertensos es de 831 mg/día, ingesta más baja que la recomendada (1000-1200 mg/día). Con tres, cuatro raciones de lácteos al día, quedarían cubiertas estas recomendaciones.
Para investigar la relación existente entre la ingesta de calcio y la adiposidad, obesidad y perfil metabólico en individuos hipertensos, se realizó un estudio en 85 pacientes hipertensos de edades comprendidas entre 25 y 70 años, que se clasificaron de acuerdo a su ingesta de calcio: grupo de consumo "bajo en calcio" con menos de 800 mg/día y grupo de consumo "alto en calcio" con más de 800 mg/día.
En los dos grupos a estudio se evaluó el peso, IMC, porcentaje en grasa corporal, parámetros corporales de medida e índices bioquímicos (contenido en glucosa, colesterol y triglicéridos totales, HDL- colesterol y LDL- colesterol) y se comparó con los niveles de ingesta de calcio. Asimismo, se evaluó el estilo de vida de los pacientes, ingesta de alcohol, actividad física, tabaquismo, etc.
Los principales datos del estudio permiten concluir que los pacientes hipertensos con una más baja ingesta de calcio tuvieron una más alta y significativa adiposidad global y porcentaje de grasa corporal, con independencia de la edad, ingesta de energía y actividad física. A esto cabe añadir que datos de estudios clínicos realizados con suplementación de calcio se ha observado un significativo descenso en la obesidad abdominal.
-Beneficios del potasio y magnesio presentes en los lácteos sobre los pacientes hipertensos
La leche y los productos lácteos se consideran alimentos básicos y uno de los pilares de la dieta. El valor nutricional de los lácteos se debe a su aporte energético, proteico, vitamínico y mineral. De entre los minerales, además del calcio, la leche cuenta con un elevado contenido en potasio y magnesio que también afecta de manera beneficiosa a factores de riesgo cardiovascular como la presión arterial, la resistencia a la insulina, la agregación plaquetaria o el proceso aterosclerótico según datos (Álvarez León 2005)
El reciente estudio Dietary calcium intake and its relationship with adiposity and metabolic profile in hypertensive patients, realizado por Torres MR et al. y publicado en la revista Nutrition en 2010, demuestra cómo una dieta rica en calcio puede tener efectos beneficiosos en pacientes hipertensos. Una alta ingesta de calcio a través de los productos lácteos está asociada a menor adiposidad global y porcentaje de grasa corporal en pacientes hipertensos. Asimismo, los compuestos bioactivos presentes en los lácteos, favorecen la disminución de la tensión arterial.
Por todo ello, la leche y los productos lácteos, alimentos de importante valor nutritivo y con un gran contenido en calcio, que aportan como media un 65-75% de la Cantidad Diaria Recomendada (CDR)-, resultan fundamentales en la alimentación de pacientes hipertensos. No obstante, pese a los beneficios asociados, cabe constatar que la ingesta de calcio en adultos hipertensos es de 831 mg/día, ingesta más baja que la recomendada (1000-1200 mg/día). Con tres, cuatro raciones de lácteos al día, quedarían cubiertas estas recomendaciones.
Para investigar la relación existente entre la ingesta de calcio y la adiposidad, obesidad y perfil metabólico en individuos hipertensos, se realizó un estudio en 85 pacientes hipertensos de edades comprendidas entre 25 y 70 años, que se clasificaron de acuerdo a su ingesta de calcio: grupo de consumo "bajo en calcio" con menos de 800 mg/día y grupo de consumo "alto en calcio" con más de 800 mg/día.
En los dos grupos a estudio se evaluó el peso, IMC, porcentaje en grasa corporal, parámetros corporales de medida e índices bioquímicos (contenido en glucosa, colesterol y triglicéridos totales, HDL- colesterol y LDL- colesterol) y se comparó con los niveles de ingesta de calcio. Asimismo, se evaluó el estilo de vida de los pacientes, ingesta de alcohol, actividad física, tabaquismo, etc.
Los principales datos del estudio permiten concluir que los pacientes hipertensos con una más baja ingesta de calcio tuvieron una más alta y significativa adiposidad global y porcentaje de grasa corporal, con independencia de la edad, ingesta de energía y actividad física. A esto cabe añadir que datos de estudios clínicos realizados con suplementación de calcio se ha observado un significativo descenso en la obesidad abdominal.
-Beneficios del potasio y magnesio presentes en los lácteos sobre los pacientes hipertensos
La leche y los productos lácteos se consideran alimentos básicos y uno de los pilares de la dieta. El valor nutricional de los lácteos se debe a su aporte energético, proteico, vitamínico y mineral. De entre los minerales, además del calcio, la leche cuenta con un elevado contenido en potasio y magnesio que también afecta de manera beneficiosa a factores de riesgo cardiovascular como la presión arterial, la resistencia a la insulina, la agregación plaquetaria o el proceso aterosclerótico según datos (Álvarez León 2005)
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