Bernat Canut durante la última final de la Lliga Catalana. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado (@ToniDelgadoG)
—Toni, hay un problema con los cuadros... Tengo que colgarlos bien en la pared porque intentamos hacer un invento que no funcionó y están torcidos. Mira... [Adjunta una imagen]. Y así no pueden salir [emoji de cara sudorosa]–se excusa, por escrito y un rato después de la conversación por Skype, Bernat Canut (La Seu d'Urgell, 1989), metódico y detallista. —Bernat, explicamos la situación y queda espontáneo. [Palmas de "por favor"]. Me parece una foto ideal para la entrevista –le respondo.
Unos minutos después, el entrenador del Cadí La Seu me envía la imagen: aparece con los siete cuadros, uno por cada temporada que lleva en el club. Siete plantillas. Hace tres cursos que Bernat Canut es el primer entrenador y acaba de renovar por otro. Es flexible, empático, sabe y se preocupa de hacer brillar al resto, y tiene una autocrítica infinita. Parece un gran consejero. —¿En qué rincón de La Seu d'Urgell te sientes más tú? En la montaña, sin duda. Necesito mi dosis semanal: alcanzar su cima, correr por su terreno, ir en bici, esquiar cuando se puede... La montaña es donde tomo mejores decisiones. —Tienes un respeto absoluto por la naturaleza. Para pasar por allí no puedo tirar un árbol, sí esquivarlo. No tenemos que dejar ningún rastro de nuestro paso: ni un papel ni siquiera una piel de plátano. —Entiendo que en La Seu d'Urgell tenéis más conciencia del planeta. Creo que sí. Quizás quienes hemos nacido cerca de la montaña la sentamos nuestra y la cuidemos al máximo. Seguro que habrá personas que suban de la ciudad y que la respeten igual o más.
El entrenador del Cadí La Seu con las siete plantillas de las que he formado parte. Foto: Bernat Canut.
—Gracias al confinamiento la naturaleza respira, los animales recuperan su espacio... ¿Tendremos más respeto cuando podamos salir sin horarios? Hace semanas pensaba que sí... Ahora ya no lo tengo tan claro... Me aterroriza que salgamos igual de egoístas y destructores, e ignoremos el futuro. Ojalá que los gobiernos se impliquen de verdad y tomen decisiones valientes y necesarias, como eliminar las bolsas de la compra de plástico. Nos pasaríamos un tiempo con las manos en la cabeza, pero dentro de un año nos preguntaríamos cómo pudo ser así antes. Sucedió lo mismo cuando se prohibió fumar en los restaurantes. —¿Cómo se fomenta la generosidad en un equipo?El primer paso es tener un objetivo común y que cada miembro sepa que sólo es una parte del engranaje. A una tiradora quizás más egoísta debes hacerle ver que para que lance más triples sola tendrá que ayudarnos con el rebote defensivo. Cada jugadora se motiva de una manera y necesitas tenerlo en cuenta. —"Bernat es muy natural", te retrata Ariadna Pujol. ¿Para convencerlas es mejor serlo?Intento no disfrazarme de entrenador. Soy Bernat, una persona que dice lo que piensa. No me gusta esconder nada: otra cosa es que te lo comunique en público o en privado. —"Valoro mucho su obsesión por el detalle, cómo intenta potenciar lo que haces bien y busca que mejores en cada jugada", sigue Ariadna Pujol. Cualquiera querría entrenar a Ari porque es una trabajadora incansable que nunca tiene una mala cara ni un mal gesto, piensa siempre en plural, es muy observadora y escucha mucho. La temporada que fui ayudante de Miguel Ángel Ortega me enamoré de los detalles. Con el tiempo vi que lo que pensaba que eran tonterías eran aspectos fundamentales.
Mirada de Ariadna Pujol de "no entiendo que acabas de pitar". Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—Como por ejemplo... Llegamos al tercer y último partido de semifinales de Liga ante el Perfumerías Avenida. Tras ocho meses de competición, y a dos días de la cita definitiva, cualquiera pensaría que nos dedicaríamos a detalles tácticos y no fue así: estuvimos toda la semana entrenando actividad de manos cuando hacíamos mucha presión en la pista, algo que repetíamos desde el primer día. "Nos jugamos la vida contra el Perfumerías Avenida y estamos trabajando situaciones de 1x1 como yo con mi mini o cadete", pensé. Parecía pretemporada, pero Miguel Ángel [Ortega] lo tenía clarísimo. Y acertó. —¿Lo habéis hablado alguna vez después? Sí, muchas. Conversamos, como mínimo, una vez al mes. Somos muy amigos. Fue una suerte para mí y para el club disfrutar de Miguel Ángel Ortega en el Cadí La Seu. —A Climent Viles, vuestro jefe de prensa y gestor de comunidades, le contestaste en una entrevista que Andreu Bou cambió "la dinámica del equipo", del club. ¿Por qué lo piensas? Puede que Andreu Bou fuese el primer entrenador polifacético: a sus conocimientos técnicos y tácticos añadía los de preparación física, el mundo del que venía. Jugaba con todas las vertientes del deporte: técnica y táctica, psicológica y socio-afectiva, física... —¿Haber sido el preparador físico del Cadí La Seu te ayuda como primer entrenador? ¿Te ha perjudicado en algún momento? Me perjudicó en mi primer año porque muy obsesionado con controlar ciertas cosas y ya teníamos otro preparador físico... Ahora me ayuda mucho compartir idioma y lenguaje con el fisioterapeuta y el preparador físico. Las jugadoras esprintan, saltan, corren, aplican situaciones técnicas y decisiones tácticas en un mismo momento. Todo va integrado.
Un tiempo muerto. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—¿Cómo fue la primera conversación con Tinara Moore? Poco a poco le fuiste sacando aquello que llevaba dentro y que no pudo demostrar en el Valencia Basquet. Para mí ha sido la MVP de la Liga Femenina Endesa. A Tinara Moore la conocíamos de su etapa universitaria y ya la quisimos fichar el año anterior, pero se decidió por el Valencia Basket. La primera o segunda semana le dije que lo hiciese bien o mal en un partido jugaría minutos porque necesitábamos que así fuera. "Tinara, en los entrenamientos no te centres en hacerlo bien para jugar, sino en mejorar y aplicar lo que te diga", añadía. Hizo un clic y cambió. Tinara sabía que la apretaba y la hacía enfadar porque quería que sacase lo mejor de sí misma y por el bien del equipo. —¿Con qué entrenador o entrenadora de la Liga Femenina Endesa te sientes más identificado? Supongo que con Made [Urieta]. —Ella me dijo lo mismo de ti. ¿Sí? Me veo reflejado en Made, aunque no la haya visto entrenar. Su jugadora sabe que cuando le echa una bronca o le dice cuatro malas palabras lo hace poniéndole la mano en la espalda, por su bien. No es rencor u odio, es un "creo en ti, pero espabila tenemos que continuar". Es lo que me transmite en los partidos y lo que cuentan las jugadoras. —Irati Etxarri ha pasado por las manos de Made Urieta. ¿Seguirá en el Cadí La Seu? Por nuestra parte y por lo que sé, por la suya, la voluntad es que así sea. Esperemos que las negociaciones avancen y podamos cerrarlo. —Laura Peña, Georgina Bahí, Yurena Díaz y Marina Lizarazu tienen contrato. ¿Está asegurada su continuidad? No te puedo garantizar nada... [Risas]. Nuestro deseo es que las cuatro sigan [horas después que Laura Peña continuará y que ha ampliado su contrato hasta 2022] y me parece que ellas también piensan lo mismo.Consejos de pizarra. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—¿Hay movimientos que no son oficiales, pero que ya están apalabrados? Hay situaciones muy avanzadas. Como cualquier club, a partir de febrero o marzo, empiezas a mover hilos y a tener alguna alguna conversación, pero el COVID-19 lo paró mucho porque no sabíamos hasta qué punto nos podía afectar. Ahora ya hemos vuelto a hablar. —Ariadna Pujol entiendo que también interesa que siga. Así es. —Sydney Wiese será mucho más difícil... Tanto a Wiese como a Tinara Moore se les ofreció continuar. Tinara ya se ha despedido y es complicado que siga Wiese. Habría sido una buena noticia que se quedasen, pero también que se vayan, ya que quiere decir que aquí han crecido. —"Si una jugadora no crece conmigo, me lo tomo como un fracaso personal", me contó Lino López, entrenador del Uni Ferrol. Estoy 100% de acuerdo con Lino. Intento ser siempre muy autocrítico y, a veces, mis amistades se ríen de mí cuando les digo que la he cagado. Tratas de conectar con todas las jugadoras, primero a nivel emocional, y no siempre lo consigues. Si lo logras con seis y cinco te han quedado colgadas, es un fracaso. Aunque a veces fracasar se ve como algo muy negativo... —¡Y definitivo! Tal cual. El fracaso te ayuda a ver tus errores y a mejorar, incluso cuando aciertas. —¿A nivel interno de equipo tu peor momento como entrenador fue la marcha de Andrea Boquete y Macarena, Maqui Rosset? Quizás se vendió como algo... No fue nada disciplinario. Con Andrea Boquete he vuelto a hablar. Simplemente no se adaptó y creo que una jugadora arrastró a la otra. Resultó duro porque eran dos piezas importantes. El momento más difícil ha sido compaginar el cargo de primer entrenador con la enfermedad de Joan Carles [Pié]. Las semanas posteriores a que nos dejara fueron muy duras. Seguía hablando con él. Le di muchas vueltas a la cabeza...
Bernat Canut en acción. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—¿Joan Carles Pié es tu padre deportivo? Creo que sí. Confió mucho en mí y siempre quiso compartir sus conocimientos conmigo. Siempre estaré en deuda con él. —Era un sabio generoso. Joan Carles era un sabio quizás menos metódico en la planificación o el scouting otros entrenadores. A veces se quedaba sentado los primeros cinco minutos de partido y de repente se levantaba y cambiaba la dinámica. Tenía una mente privilegiada. —¿Te transmitió tranquilidad cuando se puso enfermo y lo sustituiste? Sí... Cuando volvía de hacer el CES (Curso de Entrenador Superior) el director deportivo me propuso pasar a ser primer entrenador y le dije que, evidentemente, no me lo había planteado. Estábamos a finales de julio... Semanas después fue el propio Joan Carles quien me llamó y, más que animarme, casi me obligó a coger el equipo. Cuando colgué, llamé al presidente, Pere Porta, para decirle que aceptaba. —Conversaciones que marcan para siempre. Aquella conversación con Joan Carles me cargó de fuerzas para afrontar un momento complicadísimo, a tres semanas de empezar la pretemporada. —¿Dónde estabas? En el pueblo de mi madre, Peramea (Pallars Subirà). Cuando Joan Carles me llamó, me puse a caminar por el prado que está delante de la casa de mis padrinos. Lo recuerdo como si fuese ayer. —Desde fuera parece que a Anna Palma le falte confianza en la pista. ¿Es así? Anna Palma tiene un talento técnico-táctico y físico indiscutible y ha crecido mucho atacando y defendiendo a jugadoras de más experiencia en los entrenamientos y partidos. Lo que necesita ahora es acumular minutos, tomar buenas y malas sensaciones, ser decisiva en los buenos y en los malos momentos. —¿Tendrá más minutos la temporada que viene? Su contrato finaliza y le hemos ofrecido una ampliación. A veces las rotaciones no son fáciles, pero Anna Palma, quizás la 11ª jugadora estos años, ha dado pasos adelante para dejar esa plaza y contar con más tiempo. —Tanto Made Urieta como tú transmitís confianza y libertad a las jugadoras. Si hoy se equivocan, mañana les irá mejor porque confiarán más en ellas mismas. Intento presionar a la jugadora para que sea ella misma. Si trato de hacer cosas que ambos creemos que puede hacer, dejo que se equivoque. Tenemos que ayudarla a que perfeccione sus capacidades. Si acumula tres errores, es lo que hay. Quizás pasado mañana encadene tres aciertos. Cada día lo hará mejor. Si intenta cosas que no sabe ejecutar, no le doy ese margen, claro. —¿Cómo era el Bernat Canut que aterrizaste en el Cadí La Seu? Un libro salido de la universidad. —¿Muy cuadriculado?¡Sí! Andreu Bou me ayudó a entender que el mundo real era otra cosa a lo que ponga en un libro y que necesitaba experiencia aplicando los conocimientos. Intento ser más moldeable. Ahora sí que soy flexible."¡Atentas!". Bernat Canut. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—¿Aquel Bernat se veía más sabio de lo que era? ¡Sin duda! "Sólo sé que no sé nada" es una frase que repito mucho a los míos. Cuanto más sé, sé menos porque me surgen más preguntas. —Habéis tenido que suspender algunas actividades del 50º aniversario del club. Sí que continúa adelante vuestro campus de verano. Belén Arrojo, Marta Fernández o Amaya Valdemoro han cancelado los suyos. El entorno geográfico, el Pirineo, nos permite disponer de mucho espacio. Antes había 120 plazas y este año serán 50. El club, encabezado por Pere Porta, ha removido cielo y tierra para garantizar una estancia segura y muy divertida. Te lo digo con el corazón en la mano: los conozco y sé que están capacitados para hacerlo bien. —¿Qué jugadoras que hayas entrenado podrían ser entrenadoras? [Bernat Canut observa los cuadros de las plantillas que tiene colgados en la pared]. Tania Pérez, Andrea Vilaró, Geo Bahí... O Marta Montoliu, que creo que será una muy buena entrenadora porque tiene carácter, sabe mucho de baloncesto y transmitir, y sé que le gusta porque la he visto en acción. —Marta Montoliu es profesora: comunica muy bien. Tiene recorrido y es muy joven. También podría serlo Laura Peña, una apasionada de este deporte con grandes conocimientos y capacidad comunicativa.
GAS, energía, animación y alma. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—El Cadí La Seu ha crecido mucho en los últimos años y el Palau se llena a ritmo de GAS, el grupo de animación. Les estoy muy agradecido por haber convertido el pabellón en un local social donde la gente pasa un buen rato. No sólo cantan y animan al equipo, sino que también disfrazan a los y los peques, pintan caras con los colores del club... Van mucho más allá del baloncesto. —¿Qué estás descubriendo de ti durante el confinamiento? Me he reafirmado en que me cuesta mucho estar encerrado en casa. Enlaces relacionados
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