Tenia unos plátanos rondando por la nevera una semana que estaban maduros, maduros, pero que muy maduros, y como no están los tiempos para tirar nada, decidí buscar alguna receta que me sirviera de inspiración, como suelo hacer la mayoría de las veces, la he modificado a mi gusto.
Le dedico la receta a mi nieto Victor que hoy cumple 3 añitos.
4 plátanos muy maduros (negros, de los que ibas a tirar)
100 gr. de aceite de oliva extra virgen suave o aceite de coco
75 gr. de xilitol (azúcar de abedul) u otro edulcorante de vuestro gusto
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 cucharadita de levadura
1 cucharadita de sal de frutas
30 gr. de harina de coco o coco rallado
50 gr. de harina de algarroba
50 gr. de harina de almendras
50 gr. de cacao puro en polvo (p. ej: Valor)
50 gr. de nueces en trocitos
Precalentar el horno a 180ºC, engrasar el molde si no es de silicona.
Aplastar bien los plátanos con un tenedor o con la batidora, hasta hacerlos puré. Mezclar el aceite con el puré de plátanos, añadir el azúcar de abedul y la vainilla y batir bien.
Mezclar los ingredientes secos: la levadura, la sal, las harinas y el cacao en polvo y mezclar todos los ingredientes hasta que estén integrados.
Mezclar las 2 preparaciones y añadir las nueces a la masa, reservando alguna para adornar.
Verter la mezcla en el molde engrasado y echar los trocitos de nueces por encima, a modo de decoración.
Meter el molde al horno durante unos 35-40 minutos aproximadamente o hasta que se compruebe que el bizcocho está hecho con la técnica de introducir una brocheta o cuchillo en el centro y que este salga limpio.
Dejarlo enfriar unos 15 minutos en el molde y luego desmoldar y dejar que enfríe completamente en una rejilla.
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