Si Jarvis Cocker dice que me tire por la ventana, pues yo voy y me tiro. Y si Jarvis Cocker dice que Dan Wilson tiene un talento fuera de lo común para armar melodías, pues es que el compositor de Edimburgo, definitivamente, lo tiene. Claro, esto lo digo ahora, cuando prácticamente acabo de descubrir las dos fabulosas canciones que anticipan la publicación de “New Gods“, pero cuando en 2009 el escocés debutó con bajo el alias de Withered Hand con un disco de lo más apañadete, entonces ni el apoyo de Sanjarviscocker ni una posterior reedición para el público norteamericano lograron que el público (por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa) prestara la debida atención a aquel nuevo artista.
En fin, me consuela (mal de muchos, consuelo de tontos) saber que es mucha la gente que aún no ha oido hablar de Withered Hand, en la actualidad poco más que una banda de culto llegada desde Escocia. “Good News” (qué títulos más parecidos pone este chico, luego la gente se nos liará en las tiendas de discos y se llevará a casa… ah, no, calla, que ya no existen las tiendas de discos)… “Good News“, decía, era un álbum compuesto en un periodo de reflexión entre la muerte de un amigo cercano a Wilson y el nacimiento de su primer hijo. A saber en qué medida afectaría aquello a la composición de esas 10 canciones, pero efectivamente en todas ellas se que dejaba entrever una gran habilidad para las melodías memorables, capaces de invocar tanto el pop lo -fi de Hefner y (“New Dawn“) el genial desaliño de Clap Your Hands Say Yeah, como el indie folk, banjo incluido, más acogedor. Sumadle a ello unas cuidadas letras en las que caben tanto el conflicto espiritual como el sentido del humor, y tendréis la receta que convirtió a Wilson en el tipo adorado por la crítica pero ignorado por los oyentes. Y si la descripción no es lo suficientemente convincente (mea culpa, porque las canciones son soberbias) entonces acercaos por su Bandcamp y me decís si temas como “No Cigarrettes” o “I Am Nothing” (¡qué estrofas, Dios mío, qué estrofas!) son de los que se publican todos los días.
La cuestión es que ahora que tenemos a James Mercer liado en aquella cosa medio Bee Gees, medio no se sabe qué (creo que se nota el escasito entusiasmo con que he recibido el segundo disco de Broken Bells, su proyecto junto a Danger Mouse… Igual algún día me da por por rescatar de la tibieza el tema “After The Disco“, pero voto a bríos que no será hoy), va este escocés y adelanta por la derecha a The Shins, haciendo justamente lo que a estos tan bien se les daba: pop cristalino, a punto de fracturarse de lo bonito que es. Mi bola de cristal -ésa que hasta el momento ha demostrado ser completamente inútil en lo que se refiere a vaticinar éxitos y futuras carreras- me dice que “New Gods“ (se publica en Europa el próximo 10 de marzo de la mano de FortunaPOP!, y quince días más tarde lo hace en los USA con Slumberland Records) es el disco con que Dan Wilson va a tener su merecido, y me estoy refiriendo, por supuesto, a la más absoluta rendición de crítica y (esta vez, sí) público. Como avales, están la inmejorable nómina de colaboradores (miembros de Belle And Sebastian, Frightened Rabbit, o Eugene Kelly de The Vaselines), y la producción de Tony Doogan, pero sobre todo -con esto debería bastar, en realidad- con estas dos canciones de las de lagrimilla con las que presenta su nuevo trabajo.
“Horseshoe” es el último single presentado, hace apenas unos días, y no exagero ni un ápice si afirmo que rivalizaría con “What’s In It For” de Avi Buffalo en una hipotética competición de estribillos (categoría notas agudas) capaces de llevarte al éxtasis: ya sé que aún estamos en febrero, pero creedme que aspiraría a convertirse en una de las canciones del año, si no fuera por su hermana mayor.
Y, por fin, “Black Tambourine” (también) cuenta con la colaboración en los coros de Pam Berry, líder de la formación de indie pop noventero que precisamente da nombre al tema, y fue lo primero que pudimos escuchar del nuevo álbum de Withered Hand, casi a finales del año pasado. Y aquí, perdonadme, pero tengo que ponerme de rodillas: estoy completamente enamorado de este exultante himno pop, rebosante de optimismo y con guiños al mejor pop sesentero (de Beach Boys a The Byrds: el mejor pop, sin el sesentero). Si esta canción no conquista en 2014 los corazones del público indie de todo el mundo mundial, es porque definitivamente, algo no funciona como debería. ¿Se puede decir más claro? Hey, Mr. Tambourine Man… You light me up with your smile!
“I’m older now, and I feel the same
I’m not the same
Self-sacrifice, I sing it twice (no way)
I sing it twice
I’m keeping myself alive facing down the fear
And thinking, what’s the big idea?
I don’t know who I am,
I’ve never covered your ears
You light me up with your smile
You light me up with your smile
Black tambourine,
You ought to know what I mean
You can’t be part of the scene
Shift your paradigm, some people stand in the line
Just to stand in the line
I’m keeping myself alive facing down the fear
And thinking, what’s the big idea?
I don’t know who I am,
I’ve never covered your ears
You light me up with your smile
You light me up with your smile
When you tell me you’re lonely
Isn’t everyone lonely?
No!
I’m keeping myself alive facing down the fear
And thinking, what’s the big idea?
I don’t know who I am,
I’ve never covered your ears
You light me up with your smile
You light me up with your smile
When you tell me you’re lonely
Isn’t everyone lonely?
No!
When you tell me you’re lonely
Isn’t everyone lonely?
No!
When you tell me you’re lonely
Isn’t everyone lonely?
No!