Revista Cocina
Unas cuantas son las bodegas por las que tenemos especial predilección. No sé el por qué, pero hay veces en las que estás con una persona durante una hora y parece que te conoces de siempre, creas un lazo de unión que te hace estar pendiente de por donde anda, qué tal le va y cuales son sus nuevos proyectos. Es más, cada vez que alguien habla de esa persona te gusta estar pendiente y al día.
Son ya varios años los que han pasado desde que estuvimos en Quinta Do Feital, al Norte de Portugal, conociendo y disfrutando de la compañía de Marcial Dorado. Pero sobre todo aprendiendo, viendo sus cepas viejas y con qué cariño las trataba para que luego el vino reposara en los depósitos de acero y que poco a poco y sin prisa vieran la luz. Catamos varios depósitos a cada cual más espectacular. Un recuerdo de bodega y de hombre que aún hoy tenemos fresco. La pena de que por aquellas épocas como que lo de bloguer ni se me había ocurrido, sino os habría contado lo bien que lo pasamos.
¿Sabéis cuando estuvimos allí? En Marzo del 2005, cuando en las cepas estaban empezando a surgir el vino del que hoy os hablamos. Os dejamos una foto de aquel día.
¿Qué decir de este Dorado 2005? Que es un vinazo, un lujo haberlo probado con un gran amigo que sabe apreciar lo bien hecho por otros, Carlos de Agrícola Labastida junto a su padre Fidel.
Sabéis? os iba a empezar a hablar del color, aromas, sabores y demás. Pero no, no lo voy a hacer, esta vez voy a ser fiel a mi manera de entender el vino, porque sabéis que en el fondo paso de aromas, que si té, que jazmín, balsámicos y todo eso que sé que a muchos os gusta, pero en el fondo yo paso. Abro la botella y ya su color me impresiona, su nariz cerrada, lágrima en copa, y le muevo y dejo que coja temperatura, cuando está por los 12º explota en aromas, y la boca espectacular, y la retronasal y... Todo, un lujo haber disfrutado de esta botella, de la que ya hay muy pocas en el mercado.
Sé que muchas veces os lo digo pero esta vez, buscad este Dorado 2005, porque este es albariño de los nuestros, de los que gustan, enamoran y te hacen vibrar.
Gracias a Marcial Dorado por permitirnos estar con él, y por que después de más de 7 años cuando le llamo me sigue contestando y acordándose de nosotros.