¡Buenos días a todos! ¿Habéis desayunado? Regresamos con una receta que nos trae aires de verano. La Bougatsa es una especialidad griega que os va a encantar.
El color azul, el blanco, el rosa de las buganvillas, la brisa marina y su olor a sal...todas estas notas de colores y sensaciones se respiran en las islas griegas. Originaria y referente de la cultura mediterránea, Grecia es otra cuna de civilizaciones, en este caso la mediterránea, de la que bebemos muchos de los países europeos.
Todos tenemos en mente imágenes ideales de las islas griegas como la de Skopelos, donde se rodó la famosa peli del musical Mamma Mia! Noches de música y días de playa, una idealización de las vacaciones que todos querríamos y que no tendrían mejor manera que comenzar con este desayuno típico a base de masa filo crujiente, crema pastelera y frutos secos.
La bougatsa, conocida como Μπουγάτσα, es un pastel de procedencia bizantina. Tuvo origen en la ciudad de Constantinopla antes que fuera invadida a mediados del s. XV por los turcos.
Se estima que antes del Imperio Otomano, tuvo la primera versión en Roma, conocido como "placenta" en alusión a las capas que presenta. Se cree que el nombre bougatsa, como es conocido este dulce, deriva del latín panis focacius, derivando en palabras como focaccia, tan popular en Italia.
Lo cierto es que a través de las diversas conquistas y asentamientos de pueblos, este tipo de recetas han permanecido en el país helénico, siendo muy popular en ciudades como Serres, Tesalónica y Veria. Si váis a Creta, la encontraréis especialmente en Chania y Heraklion, donde se ha convertido en especialidad. También podéis encontrarla en panaderías y cafés en Grecia, conocidos como bougatsopolia. ¿Curioso verdad?
Mencionar que también existen versiones saladas de este pastel, relleno de carne o verduras. No obstante, hay muchas elaboraciones con pasta filo en la región mediterránea. No olvidemos la baklava o el börek, elaborados en Turquía que ha traspasado fronteras y comparten un poco de historia como nuestra Bougatsa.
¡Pasemos a la receta!
Ingredientes: Molde de 20 cm. - 12/14 láminas pasta filo- 120 grs. mantequilla fundidaCrema pastelera:- 500 ml. leche- 3 yemas- 1 vaina de vainilla- 3 tiras peladura de limón- 100 grs. azúcar- 50 grs. maicenaPara decorar:- azúcar glass- nueces y pistachos troceados- miel de flores
Preparación: En primer lugar comenzamos por la crema pastelera, el relleno de nuestra delicia griega. Infusionamos 400 ml. de leche con la corteza del limón y la vaina de vainilla cortada por la mitad. Extraemos todas las pepitas, para que el resultado sea espectacular.
Una vez que hierva, la colamos y, mientras dejamos templar, vamos preparando la otra mezcla. Separamos las claras de las yemas. Reservamos las claras para otra elaboración en nuestra nevera.
En un bol, añadimos las yemas, la maicena, el azúcar y los 100 ml. de leche restantes. Batimos bien con nuestras varillas. Encendemos de nuevo el fuego con la leche infusionada y agregamos la mezcla de las yemas.
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Removemos a fuego lento hasta que comience a espesar. Una vez que salga la primera burbuja, ya estará lista. Agregamos el trocito de mantequilla y disolvemos bien. Ponemos film transparente a piel. Dejamos templar una hora y luego llevamos a la nevera al menos una hora más. Debe estar fría para añadir a nuestro postre.Una vez que esté lista la crema, pasamos al montaje del postre. Para ello, fundimos la mantequilla. Cubrimos el molde con papel vegetal en base y laterales. Podéis engrasar un poco el lateral con mantequilla, así quedará bien fijado.
Medimos las hojas de filo y cortamos con el ancho del molde que vayamos a usar. Pintamos cada hoja con la mantequilla y añadimos al molde con mucho cuidado porque son frágiles y se parten fácilmente. La primera la ponemos recta, la siguiente en diagonal y así hasta completar la mitad de la masa que tengamos, unas 6 ó 7 hojas. Los picos los vamos dejando hacia arriba. Añadimos la crema pastelera que extendemos bien por toda la superficie con ayuda de una cuchara.
Luego cerramos los picos hacia dentro con cuidado. Continuamos el proceso de pintar láminas que iremos añadiendo al relleno de crema pastelera. Cuando completemos la otra mitad, metemos con cuidado los picos sobrantes hacia dentro. Añadí la última hoja a medida del molde a modo de tapadera.
Pintamos con mantequilla y horneamos unos 30-35 minutos a 180 grados. Retiramos cuando esté dorada toda la superficie y se vean crujientes los bordes. Dejamos enfriar un buen rato, en mi caso la dejé un par de horas porque con estas temperaturas tardó mucho en enfriarse. Luego llevamos a la nevera al menos 4 horas. Recomiendo dejarla toda la noche.
Desmoldamos con cuidados y decoramos....¡mi parte favorita sin duda! Añadimos azúcar glass con un colador, que cubra bien la superficie pero sin pasarse. Luego añadimos nueces y pistachos troceados y culminamos con unos hilos de miel. Esta parte es muy especial. Me encanta el efecto de la miel mientras cae sobre el azúcar glass. Buen apetito!
Es toda una delicia mediterránea que tenéis que probar y que además no es difícil de hacer. Sólo hace falta un poco de tiempo y tendréis un desayuno o postre exquisito.
Ayer llegué destrozada del trabajo y reconozco que un trocito de bougatsa de postre por la noche me hizo recuperar ese poquito de felicidad que le faltaba a mi día.
¿Y tú, te animas a hacerla en casa? Espero con mucha ilusión vuestras impresiones. Si conocíais o no este postre y si pensáis probarlo cuando vayáis a Grecia. Yo ya me imagino en una terraza con vistas al mar, rodeada de flores y degustando esta maravilla mientras cierro los ojos y vuelvo a abrirlos para comprobar que todo es real...
¡Feliz Verano!
Un abrazo a todos. Volvemos pronto!
Maribel García 🍓