Una de las imágenes más características de la naturaleza asturiana en invierno es la de un grupo de lúganos o ubanos Carduelis spinus alimentándose en un bosque de ribera. Este pequeño y bonito fringílido es todo un especialista, y en esta época tanto las semillas como las inflorescencias de los alisos o humeros constituyen su dieta casi en exclusiva.
Los lúganos demuestran una gran habilidad para extraer la parte nutritiva de estos órganos del árbol, desechando las partes más duras, tal como se puede observar en este vídeo.
El lúgano cría en buena parte de Europa, especialmente en los grandes bosques de coníferas, alimentándose en esta época de semillas de abetos y pinos. Al terminar la época reproductora inicia un intenso desplazamiento hacia el sur, en especial las poblaciones más boreales, buscando las zonas donde pasar el invierno.
La llegada a Asturias se produce a partir de octubre, pero sobre todo en noviembre, y es muy variable, desde años en los que apenas se observa hasta otros en los que se produce la llegada de grandes bandos.A este respecto se comporta como una especie irruptiva. Los lúganos que llegan a Asturias proceden de una amplia banda del oeste de Europa, sobre todo de los países nórdicos, los de la orilla del Báltico y Alemania.
Esta parece ser una buena temporada, habiéndose registrado una buena entrada, en especial en el oriente asturiano. Hay algunos enclaves que los atraen fuertemente, y en los cuales se observan año tras año, como la aliseda de La Magdalena, en Avilés, donde he podido tomar estas fotos hace pocos días de un bando que ya está invernando por allí. Aunque no sólo se quedan en las alisedas, por ejemplo
también en Avilés, en el parque de La Magdalena, llevo siguiendo un pequeño grupo desde hace unas semanas que se alimentan entre los abedules y los arces.