

La ayuda que la cafeína puede brindar al ejercicio físico radica en su poder estimulante, ya que al actuar sobre el sistema nervioso central incrementa la concentración, así como la reacción ante estímulos, características muy importantes en la mayoría de los deportes.


Por otro lado, siempre se ha creído que la mayor liberación de adrenalina que induce la cafeína, favorece la utilización de grasas para dar energía durante el esfuerzo y preserva el glucógeno muscular, lo cual es esencial en deportes de larga duración. Si bien los estudios al respecto son controvertidos, si se puede afirmar que la cafeína reduce la percepción de fatiga y por esta razón, también favorece de manera indirecta el rendimiento en las actividades de larga duración.
Asimismo, el esfuerzo que el deportista realiza se percibe de manera diferente cuando se ingiere cafeína, ya que, subjetivamente, la intensidad es menor debido al estímulo adicional que ofrece dicha sustancia.
Sin embargo, las dosis que suelen utilizar los deportistas, oscilan alrededor de los 200 mg, lo cual se considera elevado, ya que muchas investigaciones afirman que no existe una relación entre la dosis y la respuesta y que, con sólo pequeñas cantidades (1 a 3 mg/kg), ya se pueden percibir sus efectos sobre el desempeño deportivo.

Puede suceder que el efecto de la cafeína nos perjudique en lugar de ayudarnos, ya que entre sus efectos adversos se encuentran el nerviosismo, las cefaleas, insomnio, mareos u otros, que pueden entorpecer el rendimiento físico y alterar el desempeño del deportista.

