Del extenso género Cárex nos aparece esta especie frecuente de ver por toda la península, de distribución paleotemplada, que por su aspecto y ecología nos recordaría más a una montaraz gramínea que a una higrófila cyperácea de medios húmedos. Pues el lastoncillo es una hierba rizomatosa, cespitosa, de hojas estrechas y curvadas que se cría en matorrales secos, o bosques aclarados de laderas pedregosas y soleadas. Pero si observamos sus típicas inflorescencias o espigillas, que ya por nuestras latitudes comienzan a surgir desde enero, la delatarán . Generalmente se nos muestran con una espiga terminal masculina, solitaria, y vistosa por los grandes estambres de color crema que cuelgan de sus florecillas; situándose por debajo una espiguilla femenina de menor tamaño y en ocasiones algunas más en la base del tallo.
Es una planta común en nuestras montañas calcáreas , a veces como único componente del estrato herbáceo de áridos matorrales degradados y que nos resultará fácil de identificar si nos detenemos a observar sus espiguillas. Al igual que las gramíneas y aunque no sean coloridas y vistosas también forman parte de nuestra flora y poseen una gran relevancia en la vegetación y función ecológica.