Lo advertimos en la primera parte de un artículo que por desgracia nos vemos obligados a dar continuidad. Lo hacemos ante una nueva prueba irrefutable de que vivimos en un país retrógrado, un país que en vez de dar un paso hacia delante da cinco hacia atrás. Un país en el que ignorantes en la materia son los que toman incomprensibles decisiones que atentan directamente contra la cultura y sobre todo, un principio tan básico como lo es la libertad de expresión. Un país que no sólo no es capaz de comprender y valorar el trasfondo y la denuncia social de una película, recordemos, una ficción, que, cinematográficamente hablando, roza la maestría, sino que encima la lapida. Última prueba de ello es la denuncia que el fiscal ha impuesto sobre el director del Festival de Sitges, Angel Sala, por exhibir material pornográfico infantil, dicho de otra forma, por proyectar en el certamen "A serbian film."
La denuncia está a la espera de ser repartida y de que el juzgado abra diligencias. La fiscalía considera que Sala pudo cometer un delito recogido en el artículo 189.7 del Código Penal, que castiga con penas de tres meses a un año de cárcel o multa a quien "produjere, vendiere, distribuyere, exhibiere o facilitare por cualquier medio material pornográfico en el que no habiendo sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen alterada o modificada".
Un hecho lamentable ante el cual no ha tardado en responder el resto de festivales principales de España en una carta de apoyo conjunta en la que señalan su "extrañeza ante el hecho de hacer recaer la responsabilidad en un programador cultural, y no en los teóricos responsables de tales contenidos (en todo caso, el director y los productores)" y recuerdan que "el filme se ha visto, desde el pasado año, en certámenes de ciudades como Bruselas, Montreal, Londres, Oporto, Austin, San Francisco, Toronto, Sofía, Hamburgo, Helsinki, Puchon (Corea del Sur), Ravenna y Estocolmo, entre otros. A Serbian Film se ha proyectado además en los dos mercados de cine más prestigiosos del mundo: Cannes y el American Film Market en Santa Mónica, California. Todo ello sin que nadie haya elevado, hasta la fecha, denuncia judicial alguna contra el film, sus responsables o sus programadores".
También destacan que ha ganado prestigiosos galardones como los tres premios en Montreal (Mejor Película; Premio de Oro a la Mejor Película Europea, y Película Más Innovadora); el Premio del Público en el Festival de Fantasporto en Oporto (hace menos de una semana); y el Premio Al Mejor Guión en el Festival Fipresci en Serbia.
Finalmente, los firmantes quieren "denunciar que comportamientos como el de la Fiscalía de Barcelona parecen retrotraernos a épocas de cortapisas censoras contra la libertad de expresión y programación culturales que sinceramente creíamos que pertenecían a la Historia".
Y por si no fuera suficiente, si nos atenemos a la acusación vertida por el Fiscal, Amazon está distribuyendo pornografía infantil a nivel mundial. Tanto su edición en DVD como en Bluray ya están disponibles. ¿Prohibirán su venta en España? ¿Y su posesión?
Más claro, agua y en botella. Desde filmin sumamos nuestro incondicional apoyo a Ángel Sala así como a toda la organzación del Festival de Sitges.
(Si aún no estás familiarizado con el caso, te ponemos en situación)
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