Alguien (un crítico, un buen amigo… qué se yo, siempre hay alguien) debería haber advertido al bueno de Louis Eliot de los peligros que acechan el reto del segundo disco, más aún cuando has firmado un debut más que notable y te sientes tentado de dar a su continuador un “interesante giro electrónico” ¡No, joder, Louis! ¡Mal, mal, muy mal! Muy posiblemente no conocía el británico el famoso poema de nuestro Juan Ramón, objeto de mil y una discusiones sobre su leísmo: “No le toques más, que así es la rosa”, que es algo así como a decir que si la cosa funciona para que vas a andar enredando, y que solo puedes acabar pifiándola.
Ya he reconocido por aquí, y no me avergüenzo de ello: me gusta mucho el debut de Rialto, a pesar de que entiendo que con el paso del tiempo el ejercicio de brit-pop ampuloso de aquel primer disco ha perdido algo de lustre. El álbum que publicaron en el año 2000, titulado “Night On A Train“, es otro cantar: los arreglos deluxe que envolvían la épica de aquellas primeras canciones vinieron acompañados de unos (supongo que alguien le pareció que lo de guardar a Jon Barry en el armario y sacar al DJ le daría un sonido “más actual”) beats de baratillo, que flaco favor les hacían. Violines y drum’n’bass, mala combinación: siguen queriendo sonar grandes, qué duda cabe, pero el resultado se acerca más a lo irritante que a la emoción, y acaba siendo un disco agotador. El viejo cliché del “difícil segundo disco”, ejemplificado a la perfección hasta los límites del desastre.
Salvo del naufragio esta canción, “Catherine’s Wheel“, desde luego la que más recuerda a las contenidas en su debut, una pista que sólo fue publicada por primera vez en Corea (país en el que los Rialto tuvieron una acogida más cálida, vaya usted a saber por qué) pero que por estos lares fue absolutamente (mucho me temo que fue un justo castigo por esa castaña de álbum) ninguneada, y que trata del placer y sufrimiento que aguarda al que comete la imprudencia de enamorarse. El vídeo fue rodado en Seúl, e incluye una modelo coreana. Vale, no es muy interesante, pero al menos no hago como los de mondosonoro, que publicaron esta crítica de un disco de Rialto que no existe.
Publicado en: Canciones EscondidasEtiquetado: 2000, Brit-Pop, Eagle Records, Night On Earth, RialtoEnlace permanenteDeja un comentario