Todos hemos pasado momentos de ‘flojedad’ que a veces nos ha aliviado y otras veces nos ha irritado, descompuesto y dejado en muy baja forma.
Hablar de diarrea es algo genérico ya que las causas pueden venir por diferentes razones: diarrea del viajero, por intoxicación alimentaria, por intolerancia a la lactosa, celiaquía, alergia alimentaria, por parásitos, por ausencia de la vesícula biliar, por nerviosismo…
En este artículo también se podría incluir a todas aquellas personas que van ‘bastante sueltas’, es decir, que sus heces no llegan a ser compactas ni tampoco líquidas y su tránsito intestinal libera rápidamente el contenido de su intestino, normalmente con restos de comida.
Pero no incluiremos aquella diarrea continuada (literalmente continuada) que dura todo el día y que se acompaña con vómitos ya que ésta es un estado crítico y necesita atención urgente. Ni tampoco de aquellas donde aparezca sangre en las heces.
Una diarrea que dura unos tres días y es moderada, no debe preocuparnos, al contrario, significa que nuestro organismo se está limpiando, haciendo una buena eliminación, así que no deberemos pararla ni estorbarla sino dejar que siga su curso. Pero si dura más de tres días es que se está convirtiendo en un mal funcionamiento.
Toda diarrea es un aviso de nuestro cuerpo de que algo hemos comido que es nocivo, tóxico o estaba en malas condiciones y que es mejor eliminarlo cuanto antes; o que estamos pasando un momento emocional que no queremos aceptar o asimilar o que no queremos responsabilizarnos de él. También decir que cualquier diarrea puede ser síntoma de una enfermedad oculta o una que está en camino, desde un simple resfriado hasta una diverticulitis, por ejemplo. Las diarreas infantiles suelen aparacer cuando les introducimos antes de tiempo ciertos alimentos y los órganos de los pequeños, todavía inmaduros, no pueden asimilarlos.
Otro razón de que aparezca una diarrea puede ser por un colon estreñido y ocurre cuando en las paredes del colon hay adheridas heces muy antiguas y los nuevos residuos no pueden entrar en contacto directo con la pared del colon. Así que el contenido de agua de los residuos líquidos y semilíquidos no se absorbe, las heces no se forman como es debido y salen en forma de diarrea. Y esto es un caso típico de una persona estreñida.
Todos sabemos que cuando tenemos diarrea durante varios días seguidos se pierde fluido del cuerpo eliminando minerales esenciales ya que el intestino delgado vierte su contenido rápidamente en el grueso sin que los líquidos y electrolitos (sales minerales) sean reabsorbidos y así las heces se llevan niveles altísimos de sales minerales haciendo que nuestro cuerpo se quede deshidratado. Y si esta diarrea dura más de uno o dos días puede debilitar nuestro sistema y desestabilizar el metabolismo mineral.
Ya sabemos que en estas condiciones debemos reponer fluidos y electrolitos y eso lo podemos hacer incluyendo en nuestra alimentación verduras cocidas en forma de sopas o cremas, algas que nos remineralicen…
Podemos empezar a tomar a diario un poquito de chucrut (col fermentada), miso, kuzu y umeboshi para estimular nuestra flora bacteriana beneficiosa del intestino. Durante unos días debemos centrar nuestra alimentación en kuzu (tres veces al día), en arroz integral de grano redondo más cocido de lo normal y en crema de arroz para los más peques o mijo bien cocinado acompañado de una variedad de alga y verduras bien cocidas como la zanahoria (eliminando toda solanácea:patata, tomate, pimiento y berenjena) y dos sopas diarias de hatcho miso (la mejor variedad para estos casos y media cucharadita por toma). Podemos tomar compota de manzana casera que le habremos añadido también kuzu con un punto de sal marina sin refinar. Y es muy importante no tomar nada directamente sacado de la nevera. Siempre debemos darle un punto de calor a todo.
El virus Rotavirus es el principal causante de las gastroenteritis infantiles produciendo una diarrea acuosa.
Veamos los alimentos a eliminar y los más agresivos para intestinos delicados:
- Frutas crudas, verduras crudas y sus zumos (sobre todo si son industriales). Los zumos de naranja (o de cualquier otro cítrico), por ejemplo, son muy irritantes y más si los tomamos con el estómago vacío y si además los acompañamos del cotidiano café con leche y azúcar blanco.
- Toda proteína animal hasta que nos repongamos; frutos secos y sus pastas.
- Lácteos y sus derivados. Despertemos de una vez y que no nos tomen el pelo con danacoles, activias, actimeles o cualquier otro brebaje bífidus inactivo. También eliminaremos la leche de soja y cualquier leche vegetal ya que provocan expansión o laxitud al intestino grueso. Otra cosa sería hacernos leche de arroz casera que seguro que nos sentaría de perlas: Lavar cuidadosamente el arroz integral de grano redondo (1 parte de arroz por 10 de agua). Hervir durante 3 min. a fuego fuerte, tapar y bajar la llama cocinando cinco horas a fuego lento. Muy bueno para los bebés. Y si le añadimos un poquito de kuzu diluido mucho mejor.
- Los suplementos de vitamina C, magnesio (sobre todo el famoso y adictivo carbonato de magnesio) expanden y relajan el intestino y agravan la diarrea e irritan el intestino.
- La fructosa, el sorbitol, sacarina y aspartamo que se añaden en grandes cantidades a cualquier producto de supermercado y a muchos de dietética ya que son pésimos para un intestino delicado provocando diarrea y/o cólicos. Y el alcohol ya no sólo en bebida sino también se encuentra en muchos medicamentos y remedios natura (leer los prospectos).
- El trigo en todas sus formas: panes, harinas, pastas. Y los copos de cereales aunque sean ecológicos.
- Y mucho cuidado con el exceso de fibra sobre todo sintética y el salvado de trigo, las semillas de lino, kiwis... que destrozan al inflamado intestino irritándolo más. Lo de eliminar la fibra no significa ahora que dejemos de tomar arroz integral y nos pasemos al blanco, al contrario, el arroz integral nos ayudará a recomponer nuestra flora ya que ayuda a los estreñimientos como a las diarreas, es un alimento adaptógeno. No soy partidaria de tomar varios días arroz blanco, otro ‘cuento chino’, ya que corta el síntoma pero no arregla la raíz del problema. Nos eliminará radicalmente la diarrea pero seguirá dejando nuestra flora intestinal hecha un desastre (sin terminar de arreglar) ya que seguramente pasaremos varios días estreñidos (por culpa del arroz blanco) y empezaremos a acumular heces tóxicas de nuevo que nuestro cuerpo teóricamente tendría que eliminar. Lo que se tiene que conseguir es que la diarrea desaparezca pero que sigamos evacuando diariamente con consistencia.
- Olvidarnos del agua del grifo y buscar una solución para conseguir agua sana sin adulterar, sin manipular ni llena de aditivos, nitratos ni metales pesados. Más info en Agua Mal-Tratada.
- Y por supuesto, toda comida basura: refrescos, golosinas, barritas, bollería industrial, comidas grasientas preparadas, enlatados, congelados, rebozados…
Además de todos los consejos anteriores debemos de comprobar si tenemos parásitos, el SCI (Síndrome de Colon Irritable) o una enfermedad más seria como un cáncer de colon. Un trabajo muy interesante sería que hiciéramos de detectives para descubrir qué alimento puede ser el causante de nuestra descomposición. Normalmente el culpable suele ser aquel que tomamos más de una vez al día (aunque sea un alimento super sano).
Lo importante es hacer caso a nuestro instinto y si percibimos que sólo es pasajero pues relajarnos, no impacientarnos ni preocuparnos más de la cuenta sino actuar con los consejos anteriores y dejar al cuerpo que elimine y se reequilibre para no tener que tomar ningún medicamento antidiarréico que lo descompondría todo mucho más.
A ver qué nos cuenta emocionalmente Louis Hay sobre la diarrea:
Diarrea: Temor. Rechazo. Huida.
Colitis: Inseguridad. Representa la facilidad para dejar marchar lo que está superado.
Colon irritable: Temor a relajarse, inseguridad.
Hagamos frente a nuestro momento actual, no vivamos con miedos infundados que realmente sólo están en nuestra cabeza, recobremos nuestra fuerza y seguridad y no huyamos de nuestra vida, de nuestros problemas. Hay que responsabilizarse para saber que todo es un montaje mental, mejor dicho, una descomposición mental.
Después de tantos posts relacionando la enfermedad con la emoción he encontrado esta información que creo que es suficientemente clara para que nos demos cuenta de la importancia que tiene esta conexión:
‘La relación entre cada órgano y una emoción particular es mutua: el estado del órgano afectará a las emociones, y las emociones afectarán al estado del órgano.
Mediante el tratamiento de un órgano específico, podemos influir en la emoción particular relacionada con ese órgano y ayudar a la persona a conseguir un estado emocional más equilibrado’. Fundamentos de la Medicina China, autor Maciocia. Personalmente creo que también ocurre lo mismo a la inversa (me refiero a lo dicho en el último párrafo): Tratando la emoción en cuestión ayudamos al órgano específico a equilibrarse.
Yo Isasi
Salud y Buenos Alimentos.