De izquierda a derecha: Lorena, Guillermo, Isa, Antía y Toño
Es difícil encontrar información en internet que pueda dar luz sobre la génesis de Charades. En una entrevista para el proyecto documental 160 metros, Isa Fernandez habla de la situación musical de Bilbao a principios de los noventa y da algunos apuntes sobre la pasión que sentía por la música desde su adolescencia. De ahí tenemos que dar un salto temporal a su militancia en Electrobikinis a principios del presente siglo y del que existe poco material en internet con canciones como Boston City Girl o Suck Your Body. Si vienes de Charades e intentas indagar en la música de este grupo anterior, sorprende encontrar otro tipo de música más garajera y mucho menos luminosa. En Electrobikinis, Isa Fernandez compartía liderazgo con Miren Iza y, al disolverse el grupo, surgen dos proyectos tan distintos como fueron Tulsa y, por fin, el grupo que nos ocupa: Charades. El grupo liderado por Isa Fernández se constituirá con músicos desde distintos puntos geográficos bastante apartados: Maria Hernández de Barcelona (bajo y voz), Lorena García de Ponferrada (teclados) y Guillermo Llansó de Madrid (batería). Como ya he dicho, no conozco los inicios discográficos del grupo, pero podemos decir brevemente que debutaron con un EP de cuatro canciones llamado The Only One y el LP When Shining Blue publicado por el sello Corea en 2006 y cantado integramente en inglés.
Yo conocí a Charades en 2009, cuando buscaba en Mondosonoro el ranking con los mejores discos nacionales del año anterior. Recuerdo haber escuchado mucha música raruna por aquella época. En Ningún Lugar sonó sin descanso durante aquel verano mientras pintaba la casa de arriba a abajo. Me gustó bastante, aunque no continué ahondando en Charades hasta que The New Raemon publicó el recopilatorio EPs Reunidos incluyendo como bonus track el tema En Ningún Lugar de Charades a duo con la propia Isa. Ese enfoque menos garajero y más pausado me conquistó por completo y me hizo rescatar de nuevo el álbum En Ningún Lugar. Aquel mismo año se publicaba precisamente el tercer trabajo de Charades, Revolución Solar, su último trabajo hasta la fecha. Y en cuanto a temas biográficos, aquí me paro. Ahora hablaré de lo que me ha movido a escribir esta entrada: comentar y recomendar encarecidamente los dos últimos trabajos de Charades.
Charades - En Ningún Lugar (2008)
Lo primero que me llamó la atención de este álbum fue la perfecta combinación entre su sonido garajero, heredado quizá de Electrobikinis, y unas voces deudoras del pop melódico más vibrante. La combinación de voces entre Isa y Maria Hernández da un plus al conjunto y refuerza además el positivismo de las canciones. Si tengo que encuadrarlo dentro de un género, no me quedaría más remedio que dar la razón a ciertas web que lo clasifican como pop psicodélico. A pesar de que el mencionado toque garajero inunde el sonido del álbum, también hay espacio para cierto tono nostálgico y melancólico aquí y allá. Por ejemplo, los comienzos de guitarra y bajo en El Barco de Eric o Tengo a María son de lo más memorable. Me gustaría destacar para terminar canciones como La Máquina del Tiempo, con un trabajo de voces increíble, y la canción que da título al álbum con un comienzo memorable a base de steel guitar. Esas serían quizá las canciones más mainstream de todo el conjunto, pero no puedo olvidarme del medio tiempo ya mencionado El Barco de Eric y la brillante Un Día en Brighton.Charades - Revolución Solar (2010)Si el segundo álbum, del que acabamos de hablar, era impresionante, Revolución Solar supone otro paso adelante. María Hernández abandona el grupo, cediendo el relevo a Antía Moure en las voces y Toño Castro al bajo. Sumando las nuevas incorporaciones a una Isa Fernández inspiradísima en la composición, nos damos de bruces con el mejor trabajo de Charades. Sin menospreciar el trabajo de María Hernández en el álbum anterior, la voz de Antía combina perfectamente con la de Isa. Los coros en este álbum tienen más colorido, están más elaborados y crean paisajes sonoros tan impresionantes como el estallido de color que adorna el libreto de la versión CD. No hay canción sin una rica ornamentación en los coros, convirtiendo a las trabajadas segundas voces en la seña de identidad de Revolución Solar por encima del resto de instrumentos. Canciones como Harold & Maude o El Fin del Mundo basan casi todo su atractivo en unos coros confeccionados al milímetro. Me gustaría destacar el trío inicial de canciones Grito Tu Nombre / Revolución Solar / Aguaceros. Los dos primeros juguetean con comienzos a la batería bastante originales y, como ocurre en casi todo el álbum, las voces caleidoscópicas de Isa y Antia centran toda la atención. Teniendo en cuenta las canciones que he nombrado hasta ahora, lo único que se le podría achacar al álbum es quedar algo descompensado en sus dos mitades. Se podría decir que la Cara A es lo mejor de Charades, mientras la cara B (empezando por Nerium Oleander) es eso por mera comparación... eso, una cara B, cosa que no quita para que el álbum merezca la pena en su conjunto.Después de Revolución Solar, el grupo se disuelve sin hacer mucho ruido. Isa Fernandez se muda de provincia y Charades deja de existir. Durante un tiempo me estuve preguntando porque no sacaban nuevo disco hasta que me enteré de la separación. Fue una mala noticia, aunque indagando algo más en páginas web descubrí que no había porqué preocuparse... Isa se había embarcado en un nuevo proyecto llamado Aries. De él hablaremos en una nueva entrada.