A los 16-17 añosdecidí que, con un poco de esfuerzo, podía llegar a ingresar en alguna facultadde arquitectura en lugar de buscar alguna profesión alternativa más acorde conmi escaso nivel académico. Desde una perspectiva sesgada e inmadura empecé afijarme en lo que me rodeaba y a verlo como arquitectura. Tenía una suerte que,en parte, sigo conservando: ver las cosas descontaminadamente, con frescura. No hay arquitectos en mi familia, ni gentededicada al negocio de la construcción. Así que miraba, aprendía y, a veces,escribía y dibujaba. Seguí haciéndolo después de entrar en la facultad. Apartir de 1996 empecé a guardar mis fotografías. A partir de 1999 o 2000, laslibretas. En 2006, aprovechando la estructura de los blogs, empecé a publicarobservaciones dispersas sin método alguno: había nacido el blog.
Siempre había queridoescribir en revistas. Nunca lo había conseguido, en parte porque acostumbro air por libre sin dar demasiado mi brazo a torcer: me gusta poco, muy poco, lamanera de publicar de las revistas. Que, a menudo, es también responsabilidadde los arquitectos publicados: Las memorias de proyectos son, a veces, pobres. Lasrevisiones críticas, banales. Se abusa de las metáforas, o no se da suficienteinformación, o se confía demasiado en las fotos, y muchas, demasiadas veces, nose conoce bien el edificio publicado. Se pide que se redibujen los planos,cuando, a veces, los del proyecto ejecutivo son más expresivos. Se falseancroquis iniciales. Se usan diagramas de una banalidad insultante. No siemprelos que construyen son capaces de explicarse bien. Lo jodido es que no siemprelos que explican son capaces de explicarse bien, tampoco. Las fotos: he tenido la suerte de hablar (y ver trabajar) afotógrafos de arquitectura que me han comentado (más de uno, en circunstanciasdiferentes) que se ven obligados a un tipo de fotografía determinado, casi uncliché: una esquina, o un alzado, un edificio exhibido impúdicamente, lejos dela crítica que puede significar una buena fotografía con autonomía formal.También he presenciado, en diversos estudios en los que he colaborado (o que,sencillamente, he visitado), cómo algunas buenas fotos eran recortadas, casi censuradas,quintando un contexto que el arquitecto quería obviar porque difuminaba suedificio, aun cuando el tema de la fotografía era, precisamente, explicar lobien integrado que estaba.
Así que el blog naciócon varios propósitos simultáneos:
-ordenar, fijar, explicaciones (que me hacía a mí, en unprincipio. Sigo así: soy mi primer cliente) sobre edificios o situaciones queproducen arquitectura y me interesan. Darme armas para proyectar mejor, ensuma. Para crecer personalmente.
Dibujo de arquitectura pre-blog: el bar del Foment de Molins de Rei.
-contar la arquitectura a mi modo. De la manera que creo quese tendrían que contar. Hay un uso intensivo y deliberado de la primerapersona. Buena parte de la crítica debería de hacerse así. No estoy intentandocontar verdades absolutas, sino dar explicaciones consistentes que organicen yfijen toda la información de la que dispongo. A veces hasta llegar a reproyectar el edifico para hacerlomío. Para poderlo contar con una cierta propiedad.-disciplinarme: pasar dichas reflexiones a limpio,producirlas regularmente, fijar, pulir. Exigirme. Escribir con regularidad. Laque sea. La que pueda: semanal, mensual. Pero jamás dejar de hacerlo.
-obligarme a seguir practicando disciplinas alternativas quetienen cabida en el blog: fotografía y dibujo, principalmente. Y escribir bien,claro.
Fotografía del Kunsthal de Rem Koolhaas, hecha expresamente para el blog.
Este proceso acabóatrayendo lectores. Muchos. Las redes sociales (Facebook, Twitter) y losenlaces de otros blogs hicieron que el interés de los arquitectos que me leen subiese.Y con él, nuevamente, el nivel de exigencia. Esto es lo mejor de los lectores.Al menos de los míos: son exigentes. Duros, a veces. Lo que se agradecemuchísimo, porque es una buena manera de crecer.Estos lectores,eventualmente, se han convertido en protagonistas del blog y en amigospersonales: arquitectos que, con interés, con entusiasmo, te abren las puertasde sus obras y te las enseñan. Ceden material. Explican y aceptan, conmuchísima generosidad, las explicaciones posteriores, a menudo alejadas de sudiscurso. Aunque cualquier artículo que produzca deberá (como regla de juego)tener en cuenta, necesariamente, sus explicaciones.Foto de la plaza del ábside de la catedral de Tortosa, Arquitecturia arqs. Amigos que protagonizan el blog y que, a través de él, se van al ciclo de conferencias NOON de la ETSA de Sevilla.
El uso de la primerapersona ha dado lugar a una derivada curiosa: la página de Facebook quefunciona, donde se dan los debates, no es tanto la del blog como mi páginapersonal, donde todo está mezclado: familia, obsesiones varias, reflexiones,tonterías y, de vez en cuando, arquitectura. Mi pasión. Tampoco es extraño: alfinal se trata de un blog personal centrado en arquitectura y temas aledañosque ofrece, desde una visión subjetiva, explicaciones que pretendo que seanútiles para quien las lea.El título del blogderivó des del primer “Arquitectura, entre otros problemas” (una broma personalsin más) hasta el “Arquitectura, entre otras soluciones” definitivo, asugerencia del pintor madrileño Jack Babiloni, lector entusiasta al que nuncale podré agradecer lo suficiente la observación que, en realidad, el tono delblog es demasiado optimista como para pensar que sólo denuncio: intento, comoregla general, mostrar buena arquitectura. Y, cuando es así, ésta es más unarespuesta, una solución, que un problema.
La base del blog
El método del blog seha ido depurando desde sus inicios, pero sigue basado en una premisa inicialinvariable que me he saltado muy, muy pocas veces: la visita al lugar. Unedificio respira. Tiene vida propia. El espacio te envuelve, y cuenta no sólolo que ves sino también lo que pasa a tu lado, o tras de ti. Un ejemplo: visité porprimera vez la iglesia de Marco de Canaveses, de Alvaro Siza, el año 1999, enuna excursión organizada por la ETSAB, a segunda hora de la mañana, quizá lasnueve y media. Gran parte de mis compañeros había salido la noche antes, yhabía un buen número de resacosos. Algunos seguían bebidos. Me levanté delasiento del bus antes que nadie. Tras de mí preguntaron cómo se entraba(sabiendo que conocía los planos). Giré la mano noventa grados y guié a todo elgrupo por el camino más largo. Desaparecí y conseguí estar veinte minutos,quizá media hora, completamente solo dentro de la iglesia, mientras los otrosdecidían organizarse, encontrarse y, finalmente, entrar: siempre he sido ungamberro.
Alvaro Siza, iglesia de Marco de Canaveses.
La iglesia es la quese ve en las fotos. Pero el espacio no tiene nada que ver. Una de las capillaslaterales, la de la izquierda conforme se entra, contiene la pila bautismal. Lacapilla tiene la misma altura exacta que el campanario, y, cuando la visitéesta primera vez, todavía no tenía colocado el mural cerámico realizado por elpropio Siza, que hoy en día se puede ver en la pared este, un dibujo esmaltadoque muestra un bautizo. Esta capilla queda anuestras espaldas si miramos hacia el altar. La pila bautismal propiamentedicha está esculpida en un bloque de mármol único, vaciada, torneada. Se hundequizá un par de centímetros en el suelo, creando una oquedad perfectamentecircular, como la propia pica. No es un depósito de agua bendita: es una fuentede agua bendita. El agua sale por el centro de la pila, y, a través de unagujero practicado en un lateral, cae en la oquedad del pavimento. La caídaserá de unos sesenta o setenta centímetros. El chorrito de agua provoca unruido constante, suave, que llena completamente todo el espacio. Este ruido esla iglesia. Antes que las investigaciones formales de Siza. Un simple agujeroen una pila bautismal, un ruidito. Espacio lleno. Sencillamente, no telo pueden contar. Tienes que haber estado ahí sentado, tranquilamente, solo,con el pueblo a tus pies, el espacio inundado de luz, con el patio de butacas enteroa tu disposición. Lo demás, a posteriori. Visitar un espaciotambién sirve, si ello es posible, para documentarlo. Aunque puede haberexcepciones: una de ellas anticipa un artículo que saldrá próximamente, sobrela nave 16 del Matadero de Madrid, realizada por Iñaqui Carnicero y su equipo.La pésima gestión de la nave ha alterado el espacio y su percepción de un modoque, espero, no sea irreversible. Y, por tanto, el artículo se hará con fotosproporcionadas por Iñaqui, tanto de su autoría como de Roland Halbe.Después de la visitaviene la documentación. Bien, generalmente, antes también: uno tiene que saberqué va a visitar, y las visitas completamente vírgenes sirven para poco. Aunquelas he realizado, cautivado por algún edificio que no conozca de nada y quevalga la pena documentar. Hay que tener los ojos abiertos siempre. La crítica,finalmente, se realiza como una cebolla: por capas. Capas de información.Niveles de profundidad, intentando transcender la mirada cuando ello esnecesario. Generalmente, intensificándola. Sin más: no es tanto lo que mirascomo el cómo; intensamente, sin perder detalles, de la globalidad a lasanécdotas y viceversa. Poniendo énfasis en lo que caracteriza los edificios. Ensu construcción, en sus materiales. En la percepción, que intento que seasiempre compleja. Cambiante. Las perspectivas centrales no funcionaron ni en elrenacimiento.
Emplazamiento y detalle constructivo de la casa Sonneveld, Leendert van der Vlugt, arq. El ciclo se cierra.
La figura del arquitectoLeendert van der Vlugt, arq. Sin entender su biografía (corta, demasiado corta) y sus circunstancias es imposible saber de la génesis y del proyecto de la casa Sonneveld.
La crítica es,también, sobre la figura del arquitecto. La arquitectura tiene, siempre, autor.Aun cuando lo desconozcamos. Aun cuando ésta parezca anodina. Contextualizarlodebidamente no es ajeno al proyecto: éste sale de un momento concreto de lavida de un colectivo de personas. La estructura del proyecto es jerárquica, ydemasiadas veces sólo miramos lo que está arriba de este vértice. No es así: laarquitectura es una obra colectiva, suma de diversos niveles de esfuerzo ydedicación. Cuando más arriba se está del vértice de pirámide jerárquica elnivel de intensidad suele aumentar. También el de la atención que merecen losautores. Su biografía. Y, cuando ello es posible, se deben de contextualizarcon la debida perspectiva histórica.Instrumentos de trabajo
La crítica se fija enlos instrumentos de trabajo: qué miramos y cómo miramos. Cómo dibujamos. Conqué materiales se realizan las maquetas. Si éstas son de trabajo o finalistas.Si son arquitectura en sí mismas o no. O si lo son los dibujos. Su número. Lapresencia en la obra del arquitecto o de sus colaboradores, o su ausencia. Todoes importante. La tecnología es una parte más de nuestro cuerpo. Su nivelafecta al proyecto. No es lo mismo un lápiz que un ordenador. Un cutter sobrecartón de milímetro y medio que un plotter tridimensional. La música no se reducea los Beatles. El sintetizador no la mató. Ni el sampler. La llegada del sonidono afectó al cine, como no fuese para mejorar su calidad. Ni el 3-D. Ni elPhotoshop a la fotografía. Sencillamente las disciplinas cambian de escala. Seredefinen a ritmo de la tecnología. De su elección consciente. De su presenciao ausencia. Desde siempre. Lo mismo la arquitectura.
Otras disciplinas
En el blog caben otrasdisciplinas: pintura, música, escultura, cine, literatura. La base es, siempre,la percepción. Luego, lo que pueda averiguar sobre ello. La razón para hacerloes doble: disfrutar de una serie de obras con dignidad, con sentido, y acentuarrasgos del proyecto que pasan más desapercibidos en una obra de arquitectura. Amenudo (casi siempre) la lógica de proyecto es la misma, pero éste se vadeformando de acuerdo con la lógica que impone la disciplina a que va dirigido.Analizar estas deformaciones, tenerlas en cuenta, comparar (a menudoindirectamente, dejando al lector esta tarea, de artículo a artículo,sencillamente describiendo) pone de manifiesto rasgos de la arquitectura que,de otro modo, podrían pasarnos por alto.También permiteprovocar con las obras reseñadas. Usar las que están alejadas del canon noporque no quepan en él, sino porque el canon es, necesariamente, lento. A vecesdemasiado para que éste sea pedagógico, incluso considerando que una de susfunciones es proporcionarnos perspectiva sobre lo que hacemos hoy en día. Un ejemplo: consideroque la obra estrictamente contemporánea de Rem Koolhaas y sus OMA (la que ahoramismo está en sus talleres de maqueta y almacenada en sus servidores) es la másmadura e interesante que ha salido del estudio. Pero, con suerte, lasuniversidades mostrarán los trabajos preparatorios para el Delirious New Yorko, como mucho, el Nexus World de Fukuoka. Lo que es interesante, excepto si sehace de modo que los edificios posteriores aparezcan esclerotizados, merasexcrecencias de estos proyectos iniciales. Que es la manera en que he visto quelo enseñan. Espero estar equivocado y que estas cosas no sigan sucediendo. Segundo ejemplo: eldirector de cine Michael Mann no aparece en ninguna lista de directorescélebres. Su cine está calificado como “comercial”, lo que significa, a lapráctica, que quiere (que necesita) de un buen taquillaje para funcionar. Deentrada, discutir esto: todo el cine es comercial. Incluso una películaindependiente (de qué?) necesita exhibirse, distribuirse. Venderse. Cuestión deproporciones, de equilibrio. Michael Mann ilumina mejor, mueve mejor la cámara,dirige mejor a los actores, que muchísimos (que la mayoría, de hecho)directores de cine independiente. Incluso sus guiones son más inteligentes. Siempredentro de lo que se llama “cine de género”. De lo que, efectivamente, es cinede género. Eso sí, sus argumentos pueden llegar a ser banales:policía-persiguiendo-ladrones. Asesino-al-que-hay-que-atrapar. Hombre-recto-al-que-se-le-tuerce-todo.Cuestión de estilo. Sin más. Como la arquitectura. No es lo que se filma: escómo se filma. Pero ¿qué diferencia de programa hay entre las viviendas deÁvila o de Sabadell de Rafael Moneo o cualquier edificio promovido por Paco elPocero? ¿Por qué estudiamos la Ville Savoye y no cualquier vivienda unifamiliaranodina de la periferia de una gran ciudad, cuando puede ser que contenganexactamente lo mismo, cuando la segunda puede que esté, seguro que está, muchomejor construida? La arquitectura es una cuestión de estilo. Como esta clase decine.
Fotograma de Miami Vice. Michael Mann, director. Más detalles en el blog.
El blog como proyectoEl blog pretende serun proyecto. Un proyecto de proyectos, como la obra construida de cualquierarquitecto. Cada crítica es, en sí misma (o quiere ser) una obra autónoma,terminada, con una cierta consistencia formal. Con un ritmo. Con unas imágenesseleccionadas ex profeso, a menudo realizadas expresamente. Cada obra quiere sermejor que la anterior. Y el propio blog va avanzando por etapas. A veces porinstinto, otras de un modo consciente. De ser posible (y sinafectar al contenido como no sea para mejorarlo) el texto debe de serperfectamente comprensible para quienes no sean arquitectos. El lenguaje, portanto, debe de ser llano. Del registro más bajo posible. Sólo son admisiblestecnicismos cuando hablamos de términos estrictamente técnicos: construcción,tecnología, etcétera. Los registros innecesariamente elevados son opacos,abstrusos, innecesariamente liosos. A veces, absurdos. Otros sólo esconden labanalidad del discurso.
Perspectivasincrónica.
La crítica es uninstrumento de trabajo. Por tanto, la perspectiva sobre lo criticado debe deser necesariamente sincrónica: todo en un mismo plano, disponible, sinperspectiva histórica alguna. Esto no es incompatible con que la crítica tengaperspectiva histórica. Una cosa es usar ésta como método para desentrañar ycontextualizar los edificios, otra que el resultado final de la crítica seaproducir un texto sobre historia. La perspectiva histórica sirve, precisamente,para lo contrario, es decir, para poner de manifiesto lo que tiene decontemporáneo un edificio. Lo que tiene de instrumental, de vigente, lo que esnecesario conocer de él y lo que podemos usar. Por tanto, no importasi se habla de un menhir o del último edificio de un arquitecto con estudioabierto. O de una obra en construcción, o de una propuesta de concurso quejamás se construirá: todo ha de servir.
Tres proyectos reseñados o por reseñar en el blog. El primero de ellos, la torre Diagonal ZeroZero, EMBA-Enric Massip-Bosc arq (foto Edgar González), el segundo la propuesta de Ábalos-Senkiewcz para la Biblioteca del Born de Barcelona, el tercero la iglesia de Almazán , Javier Bellosillo arq, desaparecida ya. Desgraciadamente. (foto Jaume Prat)
Sobre lo criticadoLa crítica es sobreobras que considero válidas. Buenas, bonitas, útiles. Usar estos adjetivos esvalorar. Juzgar, cualificar. Y hacerlo a priori, con la propia elección de laobra reseñada. Por tanto se impone una reflexión constante sobre los propiostérminos usados para valorar una obra. Incluso sobre la conveniencia de usarlos.Sobre los conceptos, sobre el propio sistema de valores. Aceptado esto, lacrítica es sobre obras que valoro como buenas. Una vez escogidas se desmenuzan.Se vuelven del revés. Me fijo en sus contradicciones, en sus debilidades, ensus inconsistencias. Ello sin perder de vista sus logros. Porque una cosavalora la otra: las obras nunca son planas, nunca son perfectas ni puedenserlo. Quizá ni deban. En las buenas obras conviven defectos, cicatrices,ruinas, conflictos, sin que por ello pierdan interés. No caben obras que nome gusten ni que no sepa valorar. No caben obras que considere malas. El blog(excepto en ocasiones) no quiere ser un blog de denuncia. Porque usar las malasobras como instrumento de trabajo y darles la vuelta no nos dará buenas obras,sino tan sólo una obra a la defensiva, reactiva, jamás propositiva. Mediocre acosta de tan sólo salvar obstáculos. En suma: jamás llegará a ser arquitectura.
No hay obra pequeña. Nohay obra escondida. Los arquitectos tienen Obra. En mayúscula. Cuando sereseñan, no valen los estudios B. Ni las obras menos intensas. Si un arquitectotrabaja con obras visibles y otras menos aparentes tendrá que responsabilizarsede ello. Y su obra tomará sentido, también, a partir de estos parámetros. Un pequeño ejemplo: hará un tiempo reseñéun edificio que Clotet y Paricio construyeron para el INCASÒL en Solsona. Esteedificio a penas ha sido publicado: tan sólo el concurso y luego, el propioIgnacio Paricio publicó determinados aspectos técnicos de la primera fase en unlibro estupendo que escribió para Folcrá.
Este edificio contienecasi todas las claves de la primera etapa del equipo, y marca la transición ala segunda. Puede leerse como una obra de calidad excepcional que muestra,también, la actitud de estos arquitectos ante un proyecto. Resumiendo unahistoria larga (de la que los propios Clotet y Paricio me llenaron las lagunasa posteriori): ganan un concurso que se acaba ejecutando en dos fases. Laprimera es hija de las viviendas de la Villa Olímpica. La segunda prefigura lasviviendas del Fórum. El parón les sirve para dejar una primera medianera comofachada, meter un pasaje público que resuelve una situación urbanísticacomplicada y cambiar completamente de tipología. Y, de paso, conservar un edificiomodernista, meterse en un solar complicadísimo al lado de la catedral (elprimer solar extramuros del pueblo, que tiene una estructura tan excéntrica quedeja el palacio episcopal colocado justo contra la muralla) y conseguir que elalcalde no les deje terminar la obra. Que, por tanto, está ahí, olvidada ydigna, sin que casi nadie se fije en ella.
De Josep Quetglas saqué una hipótesis detrabajo que aplico casi hasta su reducción al absurdo: los arquitectos no nosequivocamos proyectando. Jamás. Si los suelos resbalan, si no hay bandasantideslizantes en los escalones, si se dejan grandes cantidades de parcela sinpavimentar. Todo tendrá un motivo. Todos tenemos proyectos que no nos gustan oque no hemos podido terminar. Y debemos responsabilizarnos de ello. Los fallos seránsiempre culpa del arquitecto. Pero, si no hay fallos porque el arquitecto no seequivoca, habrá motivos que se deberán de encontrar. Esta reducción alabsurdo nos habla de dos cosas importantes: la primera de ellas tiene que vercon que somos profesionales. Técnicos cualificados que jamás debemos permitirque en un edificio nuestro no haya bandas antideslizantes en unos escalones. Nopuede haber goteras. No debemos asarnos en verano, ni diseñar edificios quemultipliquen por n la factura de la calefacción o del aire acondicionado. La segunda nos hablade los límites de esta profesionalidad. Un ejemplo: recuerdo estar en unaconferencia del arquitecto Enrique Rovira-Veleta, experto en adaptar edificiosa usuarios minusválidos, redactor de normativas y usuario de una silla deruedas. Lo que viene a reforzar sus argumentos por poderlos usar en primerapersona. En su conferencia,Rovira-Veleta nos pidió que no pusiésemos rampas en edificios públicos: hay queevitar desniveles y a los pisos superiores se sube por ascensores de buentamaño. Las rampas espectaculares con enormes desarrollos cansan a losminusválidos, transformando su experiencia no en un paseo arquitectural, sinoen una excursión cargante, cansada y tediosa. Si le hago caso estaréincumpliendo normativas. Pero lo haré en virtud de la demanda de una personadoblemente autorizada a pedir. Si le sigo haciendo caso puedo hipotecar elmantenimiento futuro del edificio poniendo demasiados ascensores que serándemasiado caros. O puedo construir un edificio perfectamente adaptado en lacima de una calle con un 15% de pendiente (inciso curioso: el único CorteInglés histórico que fracasó fue el de Vigo, emplazado originalmente en unacalle con un 15% de pendiente), lo que hará absurdo que lo adapte porque jamáspodrá llegar ningún minusválido allí. Entonces el problema estará en la calle yallí tendremos que intervenir.Esta anécdota noshabla de la profesionalidad del arquitecto y de sus límites. De los límites,también, de la normativa. Un arquitecto debe de hacer un balance entre lo quele piden y lo que es razonable. Debe de hacer pensar al cliente, a la sociedad.Convertir todo lo que hace en una apuesta urbana. Mejorar su entorno, jamásempeorarlo.
Una derivada: los edificios, a ser posible,se visitan usados. Reformados. Con goteras. Y se fotografían y registran deeste modo, porque arquitectura es, también, lo que sobrevive y cómo sobrevive.Dialogando con las intenciones iniciales, valorando lo que es maquillaje, loque es esencial. El envejecimiento y la decadencia. Lo que pervive. El colorrojo cambiado. Lo que está bien y los disgustos.
A&P Smithson arqs, the Economist Building. En perfecto estado de conservación, usos cambiados. Más detalles próximamente. Foto Jaume Prat.
Otra hipótesis detrabajo importante: prefiero obviar los dogmas y los movimientos. Sí, encambio, encuentro pertinente hablar de modas y de estilo. Las moda es unconcepto estadístico. Nos habla de un tiempo instantáneo. Nos habla, desde unaperspectiva estrictamente contemporánea, en que conviven un númeroindeterminado de modas, de una elección consciente de la percepción inmediatade un edificio. Que siempre es válida, y afecta, condicionando las miradas másprofundas y atentas que vendrán a posteriori. Nos habla, también, de lassensaciones.No considero el estilocomo el amaneramiento de un vocabulario. No tengo una noción peyorativa de esteconcepto, ni la acabo de entender. Estoy convencido, en cambio, que esimposible proyectar fuera de él. Lo que hacemos remite a lo que otros han hechoanteriormente. Está relacionado con un modo de usar un material que jamás seráesencial. Porque los conceptos platónicos se quedan ahí, en el mundo de lasideas, y la realidad se abre, siempre, camino como nuestra aliada para mejorarlos proyectos. Quien piense que elcontacto con la atmósfera, con los procesos de oxidación, con elenvejecimiento, con las medidas estandarizadas de los semicomponentesindustriales empobrece un proyecto (lo aleja del render, para entendernos) nosabe de arquitectura. Y más, los modos de trabajar un material y de considerarqué es lo importante en ellos cambian de arquitecto en arquitecto, sin que seacapaz de saber cuál de ellos tiene razón. Un ejemplo tonto: eltratamiento del hormigón en Fisac, Candela, Le Corbusier, Tadao Ando yArquitecturia. Para el primero lo fundamentaldel material es el modo en que éste se trabaja en obra: líquido. Por tanto,sometido a las leyes de una presión hidrostática clave a la hora de verterlo enlos moldes de encofrado. Esto le llevó, con el tiempo, a desarrollar un sistemade moldes a base de listones de madera o metal forrados interiormente con unfilm de polietileno que se abría a causa de esta presión cuando se vertía elmaterial. Puedes llegar a realizar un millón de piezas de hormigón prefabricadoy todas serían diferentes, una especie de almohadillado producto del procesoconstructivo, un expresionismo abstracto que produce una vibración infinita encada edificio realizado.Muro de hormigón de Miguel Fisac. Javier Azurmendi, fotógrafo.
Para Candela elhormigón es un material que se trabaja en formas geométricas que contengan lacatenaria, de modo que éste trabaje casi siempre a compresión pura en gruesosinverosímiles, a veces de tan sólo cuatro centímetros. Su concepto del hormigónexcluye, prácticamente, el armado, sólo usado, en su caso, en unas cuantíasmenos que mínimas (unos 4kg/m2) para repartir uniformemente las cargas yadaptarlas a los cambios de sección instantáneos que produce el desarrollotridimensional de estas formas.Félix Candela arq, Restaurante los Manantiales, Méjico. Formas orgánicas, gruesos inverosímiles.
Para Le Corbusier elhormigón es una piedra barata e infinitamente versátil que, además, essusceptible de ser adintelada y sometida a esfuerzos que no sean estrictamentede compresión. También se puede prefabricar. Muy atento a la pátina que éstecrea, lo confiará a unos encofrados bastos. Se expresará a través de lasirregularidades, de los malos vibrados, de las juntas frías, contando lahistoria de la construcción del muro en cuestión y acelerando sus pátinas. Aveces convirtiéndolo en un material herido desde su propia concepción. De ahílos problemas (espero, solucionables) surgidos en edificios como el monasteriode la Tourette. Cuando Sert, director de obra de su Carpenter Center, trata elmaterial con mimo, encofrándolo con plancha metálica, obligando a que sólo lotrabajen operarios expertos, imponiendo unos despieces exquisitos en lasparedes curvas sólo encofrables con madera, le muestra fotos del edificio, LeCorbusier empieza un proceso que lo llevará a replantear toda su arquitectura,proceso interrumpido por su muerte muy pocos años más tarde.Le Corbusier arq, monasterio de la Tourette. Si el muro se hormigonó el jueves a cero grados, el material contará esta historia para siempre.
Tadao Ando trata elhormigón como un material precioso. El arquitecto estudió química y atentócontra las dosificaciones del material, al que suele añadir grandes cantidadesde ceniza para conseguir ese tacto satinado. Sus muros gruesos son falsos: enalgunos edificios se trata de muros dobles de seis centímetros,autoarriostrados, con una hoja exterior que tan sólo soporta la cubierta y unainterior que soporta los forjados. El aislamiento térmico los separa. Suhormigón es, pues, un material mixto, tremendamente sofisticado, prácticamentehi-tech.Tadao Ando arq, casa Koshino. Control. Hormigón modulado al tatami, gruesos impostados, giro imposible de los encofrados en una esquina inverosímil.
Arquitecturia,finalmente, en la plaza del Ábside de la Catedral de Tortosa, consideran que elmaterial no debe de armarse. Los muros cogen, así, grosores muy considerables,formando muros de contención de muchos metros de altura con seccionesretranqueadas, mucho material y ni un gramo de hierro.Uso del hormigón por parte de los Arquitecturia. Encofrado con cañas de río, muy masivo, uso virtuoso del detalle constructivo.
Todos estos ejemplos,todas estas elecciones se producen siempre en red. Casi siempre de modoinconsciente: los arquitectos, los buenos arquitectos se apoyan en unaformación constante. Todos podemos poner un punto en nuestra vida en el quesabemos que nos hemos empezado a formar. El punto final lo pondrá nuestramuerte física o cerebral. Si decidimos plantar nuestra formación dejaremos deser arquitectos en ese mismo instante. Tan sólo seremos cadáveres ambulantesrepitiendo clichés. Quizá a esto es a lo que muchos llaman estilo. No es micaso. Yo soy más radical. Lo llamo no-arquitectura. Las elecciones de unproyecto se toman cuando nos formamos. Cuando reflexionamos sobre nuestra obra.Cuando decidimos coger el toro por los cuernos y enfrentarnos al problema. Alque sea. Y no a lo que el cliente cree que es el encargo.La arquitectura,finalmente, es magia. Y como tal hay que tratarla. Magia de la de verdad. Elblog no pretende ser otra cosa que un intento de desnudar un proyecto, dedesmenuzarlo impúdicamente, casi pornográficamente, con la tranquilidad desaber que la arquitectura está ahí. Inexplicable aún sabiendo todos los trucosque la forman. Siempre inalcanzable, siempre renovándose. Siempre sorprendiendo.Inagotable. Mientras seamos seres sociables y sociales que se valoran a símismos, mientras tengamos consciencia de nosotros mismos, dignidad, mientas nosconsideremos seres humanos con algo mejor que hacer que simplemente sobrevivir,habrá arquitectura. Lo mismo pasa con elblog. He intentado contarlo entero. Pero tengo la sensación que me dejo algo, yno me importa demasiado: lo quiero complejo, como la propia arquitectura quemuestro. Y, en parte, como la arquitectura que él mismo aspira a ser.
Final deseado para la charla sevillana: una de las secuencias inicales de Todo Sobre mi Madre, dirigida por Almodovar. La llegada a una ciudad que no es la suya. Arquitectura como acumulación de edificios de autor y otros anodinos, usos alternativos de infraestructuras. Poesía. Tono emocionante y consistente. Una de las mejores maneras de contar la ciudad que conozco.