Hace muchos años,en mi barrio había churrería y los domingos por la mañana era obligatorio desayunarlos.
Ahora no hay;hace muchos años que ya no hay.Ahora, prácticamente, solo hay bares.
En ciertas épocas del año aparece una churrería ambulante y parece que se nos quita el gusanillo pero solo abre por las tardes ,para merendar.
Envidio las ciudades que aún disponen de una churrería entre sus negocios.No sé si será rentable o no pero ,desde luego, sí que es un canto a la tradición y una preciosa manera de empezar un buen fin de semana con un desayuno de churros bien hechos.
Al final, me he comprado la churrera;se supone que de calidad, pero me costó un triunfo el primer intento de hacer los churros...un click que no encajaba en su sitio me hizo sudar tinta china.
Para ser los primeros no estaban mal,los hice gorditos,casi porras,para tener un buen bocado.
Ingredientes
- 250 ml de agua
- 225 g de harina
- Una pizca de sal
- Azúcar para espolvorear
- Aceite para freír
- Pon el agua a calentar con la sal hasta que hierva.
- Retira del fuego y añade la harina de golpe.
- Remueve con una cuchara de madera.
- Como te costará integrar todo bien, saca la masa a una mesa y termina de amasar a mano.
- Monta tu churrera, mete la masa dentro y forma churros del la longitus que te apetezca.
- Fríe y saca a papel absorbente.
- Espolvorea con azúcar al gusto.