BAO (ÍDEM, EU, 2018)Una madre tiene síndrome de nido vació y se siente deprimida cuando su marido va a trabajar pero de pronto un panecillo cobra vida y lo adopta como hijo, lo cuida, sale con el, comen juntos al regresar de la calle, lo cuida de no lastimarse en los deportes, es una madre pesada y cansina que siempre esta encima del niño, pero mas pronto que tarde el chico se convierte en un rebelde sin causa que no la pela, que no hace caso y que al tiempo llega con mujer y deja el nido.
Cuando estaba viendo esta cinta de la directora Domee Shi no podía sentirme extraño, por un lado técnicamente es impecable, el hecho de ser muda le da mas fuerza, pero los personajes me parecieron pesados, la madre muy encimosa, el hijo un cínico malagradecido, y casi estaba pensado que era malo pero llego el remate... la importancia del final es tan importante que este salva el corto.
Todo es un sueño que termina con un arranque de ira visceral y cuando por fin llega el hijo verdadero a pedir perdón sin decir una palabra, solo compartiendo eso panes que compartían antes y las lagrimas corren por los ojos, no se ocupa mas, la familia es asi, perdona y se reconcilia con situaciones que solo ellos comprenden, y el bonito final me gano y acepte esta historia simbólica sobre la relación madre-hijo.
Calificación: Vale la Pena