"MI JEFE ES UN VAMPIRO" ("BLOODSUCKING BASTARDS", ESTADOS UNIDOS, 2015) DE BRIAN JAMES O'CONNELLDejando de lado el aberrante título en español queda claro con el ingenioso titulo original que estamos ante una película gamberra, de esas comedias americanas que tanto gustan a los norteamericanos, y que como en muchas otras utiliza el género de terror para lograr su cometido, reírse de los ciudadanos, la sociedad, y si se puede de más cositas en el camino, mucho mejor, esta vez la cinta funciona como una especie de critica al sistema capitalista y a los nulos escrúpulos de las empresas con tal de tener éxito y hacer mucho dinero, se puede llegar a pensar que comienza un poco lento ya que al inicio se enfoca principalmente en mostrar la forma en que actúan las empresas y en particular las oficinas de trabajo, con las cargas de trabajo mal repartidas, empleados ineptos por aquí y por allá, algunos arribistas lamebotas, personal competente y en su gran mayoría colaboradores que se sienten muertos en vida o por lo menos increíblemente frustrados.
Algo así es el caso de Evan (Fran Kranz), un buenazo que tiene un puerto casi gerencial, quizá debido a que aunque es un empleado responsable, dedicado, eficiente y fiel, también es demasiado tibio con su personal, carece de liderazgo, no puede ser agresivo - en el buen sentido de la palabra - y es incapaz de tomar alguna decisión, por ello mismo su novia y también encargada de recursos humanos Amanda (Emma Fitzpatrick) lo acaba de botar debido a una vergonzosa situación, en medio de esto los días de Evanm transcurren mientras su mejor amigo holgazán Tim (simpático Joey Kern), el buenas tardes Andrew (Justin Ware) y peor empleado Mike (Neil Garguilo) le ven la cara, hasta que llega la nueva adquisición de la compañía de ventas, el atractivo, agresivo, líder y labioso jefe de sonrisa perfecta que se queda con el puesto que Evan deseaba, y que para acabarla de amolar es nada menos que su némesis escolar Max (Pedro Pascal) con quien tiene un turbio pasado que involucra infidelidad y expulsiones.
Mágicamente los empleados comienzan a ser eficientes, se desempeñan de forma impecable, no pierden tiempo, cambian su apariencia y hablan con respeto, algo que no parece nada a como era la empresa antes, pero muy pronto Evan descubre que esto se debe a que literalmente están siendo convertidos por vampiros e intentara detenerlo a como dé lugar, topándose con varias sorpresas en el camino, una de ellas es hilarante y sirve como critica perfecta de la forma empresarial de pensar, otra es el análisis de empleados, tiene un remate fenomenal, así que eso es lo que depara esta cinta, una comedia satírica con mucha violencia, por ahí hay momentos de gore cómicos que funcionan - los baños de sangre - , y que tiene sus mejores bazas en las metáforas que nos tira en el camino, desde la humanidad de los abogados, los guardias que se toman muy en serio su trabajo, los empleados invisibles - el chiste sobre el conserje es genial - y finalmente ese juego de como estos vendedores chupan la sangre de sus clientes al tiempo que la empresa succiona la suya, mientras un jefe ridículamente seguro pero completamente inhumano y arrogante toma todas las decisiones, sin importar las bajas, justo como en la vida real.
Calificación: Palomera