Un olor dulce y especiado se desprende de la cocina y traspasa el salón, el vestíbulo y llega hasta el pasillo y el ascensor del edificio.
Escucho a los vecinos por la ventana de la cocina suspirar profundamente y decir con voz melosa: uhmmm están horneando algo con caneeela. Pienso en asomar la cabeza por la ventana e invitarlos a degustar lo que estoy a punto de compartir con Uds. En eso llegan unos amigos de visita y olvido todo el asunto de ser buena gente y compartir con vecinos y bla bla bla.
Vean lo que estoy preparando, probemos uno a ver cómo quedaron, mejor que sean dos porque son pequeños, este quedó medio feo no va para la foto así que vamos a comérnoslo. ¿Quieren café? ¡por supuesto! ¿se puede tomar otro rollcito? es para acompañar con el café ¡claro cómete este!, ahora vamos a probarlos con el glaseado...
Antes de salir a almorzar juntos envuelvo varios en papel de aluminio: llévense estos para esta tarde y tu Juan, lleva estos a la oficina para que compartas allá.
Y así, en menos de 24 horas, fueron desapareciendo uno a uno estos 24 bebecitos acanelados. Guardé 4 para el desayuno del día siguiente y eso fue todo. ¿Ahora entienden porqué no engordo? ¡mis amigos y familiares comen más que yo! y me encanta ver sus caras de felicidad mientras lo hacen, de eso se trata.
Estos rolls de canela clásicos son fáciles de hacer y más fáciles aún de comer, yo suelo hacerlos más grandes, pero esta vez quise hacerlos tamaño petite, ideales para una merienda o para regalar a cualquier persona buena gente que lo merezca y que lo aprecie (lo siento vecinos, otra vez será).
Los cinnamon rolls se preparan con una masa enriquecida con huevo, mantequilla , azúcar y leche, eso los hace más suaves y sabrosos, pero si la crisis aprieta el bolsillo o si se tiene alguna restricción alimentaria puede hacerse una versión más económica con 1 huevo, agua y margarina. La receta rinde para 12 rolls de tamaño normal o 24 pequeños que son perfectos para compartir. Recuerda: no engordas si compartes más de lo que comes 😉
Ya he publicado otras recetas de rollos dulces, como estos rolls de canela super rápidos que no requieren levado, o estos otros de manzana y caramelo melosos, pegajosos y divinos.
A estos cinnamon rolls los he cubierto con un glaseado sencillo de vainilla, azúcar glass y unas cucharaditas de leche (o agua). Debe aplicarse cuando los rolls hayan enfriado por completo, de lo contrario el glaseado se fundirá y se tornará transparente.
Esta versión económica la tome del libro de recetas que trae la vieja maquina de hacer pan que había en casa de mis padres. Las fórmulas son rendidoras, fáciles y con resultados aceptables, perfecto para los que comienzan a perderle el miedo a eso de ponerle las manos a la masa.
Aquí dejo la receta a todos los que levantaron la mano hace varios días en Instagram cuando pregunté quién la quería. Entre corchetes dejo los cambios que introduje, solo para mejorar algo el sabor de la masa. También dejo un paso-a-paso, medio feo porque lo hice con el teléfono en la cocina, pero espero que se entienda.