Revista Cocina
Cuando tenemos una infección urinaria es por la presencia de bacterias en la orina que inflaman los tejidos del tejido urinario. Puede localizarse en el riñón y pelvis renal (pielonefritis), uréter (ureteritis), vejiga (cistitis) o uretra (uretritis).
Cistitis: Se dice que es la más dolorosa de las enfermedades acabadas en '-itis' (amigdalitis, gastritis, meningitis...). Las mujeres suelen ser propicias a sufrir reiteradas cistitis ya que las bacterias colonizan nuestra vagina y se quedan con nosotras largos períodos de tiempo.
Los síntomas son dolor y ardor al orinar, dolor lumbar, micción nocturna, urgencia urinaria y si ya se han infectado los riñones habrá escalofríos y fiebres que pueden subir hasta los 40º, vómitos y un malestar general.
Cólico renal: Los síntomas son dolor y ardor al orinar, dolor lumbar, micción nocturna, urgencia urinaria y si ya se han infectado los riñones habrá escalofríos y fiebres que pueden subir hasta los 40º, vómitos y un malestar general.
La orina contiene unas sustancias especiales que hacen lo imposible para que las sales de calcio y otras sales no formen grandes complejos pero si la orina se satura de estos materiales (sales de calcio, oxalatos, fosfatos, cistina o ácido úrico) se formarán cristales que crecerán y formarán el cálculo.
Muchos sufren de prostatitis. Ya sabemos que todo lo que acaba en '-itis' significa inflamación y suele venir acompañado de infección. Aparece una inflamación de la próstata con dolor en la parte baja de la espalda, molestias testiculares...Cuando haya infección (E. Colli, Proteus) aparecerá fiebre, escalofríos, urgencia urinaria, dolor lumbar, escozor al orinar, micción nocturnas...
Para la medicina oriental un desequilibrio de vejiga significa celos, desconfianza o mantener resentimientos durante mucho tiempo. Por eso, es mejor no guardar nuestros sentimientos, expresarnos, no dejar la porquería en nuestro cuerpo para que luego nos arrebate la salud.