Breathtaker de Mark Wheatley y Marc Hempel (Breathtaker 1 al 4, 1990).
Ahora que Planeta tiene publicado casi todo el material vendible del sello Vertigo, no sería mala idea que se fijara en los inicios del sello, mucho antes de que el propio sello existiera como tal. En esas primeras obras que podríamos englobar en la etapa pre-Vertigo del universo DC, incluiríamos títulos como La Cosa del Pantano de Alan Moore, Hellblazer de Jamie Delano, La Sombra de Chaykin, el Sandman de Gaiman y el Animal Man y la Doom Patrol de Grant Morrison, por recurrir a los títulos más famosos de esa prehistórica etapa. Pero también hay pequeñas joyas que nunca han tenido la suerte de ser publicadas en nuestro país, y una de ellas sería Breathtaker.
Breathtaker apareció en 1990 en una miniserie en formato prestigio de 4 números, que posteriormente fue publicada por DC Comics en el año 1994, esta vez bajo el sello Vertigo. La serie, que narra la historia de una bella joven que resulta ser un súcubo y que mezcla el terror, el sexo y una crítica política, social y de los medios de comunicación muy ochentera e influída enormemente por el Elektra Assasin de Miller y Sienkiewicz, es una muy estimable obra que contiene 2 primeros números extraordinarios y otros dos volúmenes finales que aunque bajan considerablemente la excelencia de su excepcional punto de partida, son suficientemente estimables.
El gran acierto de esta miniserie es su magistral dibujante, Marc Hempel. Un autor que nunca ha sido suficientemente reconocido por el gran público y que sus obras más populares son Gregory y sobre todo su etapa como dibujante en una de las mejores sagas del Sandman de Gaiman, Las Benévolas.
Desde la primera página, Hempel sorprende al lector, con un arte que 20 años después de su publicación sigue siendo actual. Sus figuras angulosas y sensuales, su composición de página, el uso del color para enfatizar atmósferas y estados de ánimo y sus excelentes portadas, hacen de este cómic, una golosina visual para el aficionado a la narrativa gráfica.
El guión de Weathley, como ya he comentado con anterioridad, tiene un excelente punto de partida que a partir de la mitad de la obra discurre por caminos algo más convencionales, pero que en ningún momento decepciona.En definitiva, una historia sobre la pasión, el deseo, la obsesión. Un tebeo recomendable, difícil de localizar pero que desde aquí animo a Planeta para que lo edite en un bonito paperback.