El día de hoy os traigo una receta con la que quedaréis como los reyes/reinas de la cocina aunque, como vereis, es realmente difícil cometer errores. Esta receta está inspirada en la Quiche Lorraine, aunque con algunas modificaciones de la casa. Mi madre suele prepararlo y, como buen hijo que soy, al irme a vivir por mi cuenta empecé a hacerlo y, creo, a perfeccionar un poco la receta.
Así que, como siempre, enfundaos el delantal porque ya tengo los fogones a punto.
Antes de nada, os dejo con la lista de ingredientes:
- Tres puerros.
- Tres huevos.
- Uno o dos ajetes tiernos y un cuarto de cebolla (si es pequeña un poco más).
- Gambas (unos 150gr).
- Una lámina de masa quebrada.
Para empezar, preparamos en una sartén o wok los ajetes, los puerros y, si queremos, la cebolla. Hay que pocharlos hasta que estén bien cocinados, blandos y, preferiblemente, bien seco (sobretodo si usais gambas congeladas). Podéis añadir un chorrito de vino mientras se preparan, así como un poco de sal. Cuando esté la verdura casi lista, añadimos las gambas y esperamos a que se cocine. Mientras, podemos ir calentando el horno a unos 220ºC.
Ahora hay dos opciones: si nos gusta que la masa quede más dura, prehorneamos un poco la masa sola, en una fuente de horno cubierta con papel de horno, para que no se pegue y facilite el desmoldar. Si nos gusta que la masa quede por abajo blandita y por encima más crujiente, como es mi caso, preparamos todo junto. La temperatura en ambos casos es la misma: horno a unos 180ºC. La diferencia es que si hacemos todo junto deberemos poner la masa en la altura media del horno y, si precocemos la masa la pondremos un poco más arriba primero.
Ahora, una vez aclarado lo de la masa, ponemos el relleno (la mezcla de puerros, ajos y gambas), sobre ella y, a continuación, vertemos el huevo dentro, cubriendo el relleno. Cubrimos con queso rallado, para que al gratinar se dore y quede más sabroso y bonito y lo metemos de nuevo (si precocinamos la masa) o por primera vez (si no lo hicimos).
Ahora, sólo nos falta esperar a que se cueza el huevo y se funda el queso y, por supuesto, a que se termine de hacer la masa.
Si queréis, podeis aprovechar el huevo y pintar un poco la masa, para que quede más dorada y sea más vistosa. También podeis usar masa de hojaldre, aunque tiene mucha más grasa que la quebrada.
Como nota, para que veáis que es una receta muy rápida y socorrida, os comento que yo suelo tener algún puerro en la nevera y gambas en el congelador, junto con la masa (si tuviese termomix la haría yo, pero como no soy tan afortunado la compro congelada y listo). El puerro que no uses para esto lo puedes destinar a un revuelto de verduras, o a una sopa… En una media hora de horno más los 10-15 minutos de sartén tienes la comida lista, un relativamente plato rápido (la mayoría es horno) que, sin duda, agradará a casi todos.