Revista Cine

Coherence (2013)

Publicado el 13 noviembre 2014 por Rugoleor @rugoleor

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Fue en Finlandia, en 1923. El paso de un cometa hizo que los habitantes de un pueblo quedaran completamente desorientados, hasta el punto que una mujer llamó a la policía alertando de que el hombre que estaba en su casa no era su marido. Décadas más tarde, un grupo de amigos recuerda este caso mientras cenan, brindan y se preparan para ver pasar un cometa. ¿Puede acaso repetirse la misma historia?

Calificación: 7,125.

Tráiler de la Película – VOSE

Ficha

Título Original: Coherence.
Director: James Ward Byrkit.
Guionistas: James Ward Byrkit, Alex Manugian.
Actores: Nicholas Brendon, Lauren Maher, Lorene Scafaria, Maury Sterling, Hugo Armstrong, Emily Baldoni, Elizabeth Gracen, Alex Manugian.
Productor: Lene Bausager.
Fotografía: Nic Sadler.
Música: Kristin Øhrn Dyrud.
Montaje: Lance Pereira.
Diseño de Producción:
Diseño de Vestuario:
Países: Estados Unidos, Reino Unido.
Lugares de Rodaje:
Fechas de Rodaje:
Año: 2013.
Duración: 87 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 12 años.
Género: Ciencia Ficción, Suspense.
Estreno: 24-10-2014.
DVD (Venta):
Distribuidora: Good Films, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 1.123.
Recaudación: 4.284,03 €.
Visitas: 0.

Fotograma: Coherence (2013)

Crítica

25-10-2014 – JOSU EGUREN

Mis dobles, mis amigos y yo

La paradoja de Schrödinger, la teoría de los multiversos psicológicos de William James, un puñado de anotaciones abundantes en jerga científica y unas breves nociones de física cuántica son los argumentos que James Ward Byrkit utiliza para sugestionar al espectador antes de conducirlo por un túnel de espejos que en cada mirada nos devuelve el reflejo de infinitas realidades alternativas a la nuestra. La mecánica del truco es sencilla, pero es igual de fácil errar al ejecutarla, y en buena medida el éxito de “Coherence” se debe a que Ward Byrkit, conociendo bien los límites de su propuesta, elige adoptar un perfil bajo cuando se decide a ponerla en imágenes.

Los ángulos y oscilaciones de la cámara son el maquillaje que disimula las imprecisiones de una película cuyo presupuesto hace generosos los del cine underground: el atrezzo de Ward Byrkit se resume en un anillo, un teléfono roto, dos tiritas de distintos colores y una caja de barritas luminiscentes, un modesto arsenal que le permite construir un puzzle espacio temporal inserto en un ‘whodunit’ que a su vez contiene un drama protagonizado por un grupo de viejos amigos reunidos para celebrar su amistad, y es aquí donde reside el gran tema de la película: la insatisfacción con el presente y el anhelo de aquellas otras vidas que dejamos escapar.

La improvisación es un arma de doble filo de la que el director extrae los mejores aciertos de la velada. Por un lado le imprime inmediatez y verosimilitud psicológica a las acciones de sus personajes, pero por el otro le obliga a calcular sus pasos para no cometer errores de continuidad. Esta obsesión por la coherencia lastra una película que solo en el tramo final se deja arrastrar por el delirio fantástico, como si Ward Byrkit estuviese más pendiente de no provocar el enfado de los notarios del raccord que de profundizar en su relación con joyas como “Stopover in a Quiet Town”, uno de los episodios de referencia de “La dimensión desconocida” (Serie de televisión, “The Twilight Zone”, 1959-1964).


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