
Por el cuello tan marcado de gris se deduce que ambos ejemplares son juveniles, como la mayor parte de los que se ven aquí. Los colimbos chicos son muy escasos en migración en Asturias entre noviembre y diciembre, y unos pocos se quedan en nuestras aguas a invernar, en especial en la bahía de Gijón. La ensenada de Luanco es uno de los mejores enclaves de la costa asturiana para observar a esta especie, tanto en paso otoñal como en invernada.
